En el concesionario, los vendedores tendrán que esforzarse en demostrar que el nuevo Rav-4 no es exactamente igual que su predecesor. Los cambios estéticos se han introducido con cuentagotas. ¿Para qué arriesgar si está claro que su look ha gustado? Un frontal más ancho, unos nuevos grupos ópticos con intermitentes integrados, faros antiniebla más grandes en el parachoques, nuevo diseño del protector de la rueda trasera, retrovisores más anchos… Son pequeños retoques para potenciar su estilo deportivo. Eso sí, tendrán más argumentos con tan sólo abrir las puertas. En el interior, continúan las novedades. Inserciones cromadas –al estilo Land Cruiser-, volante forrado de cuero con control de equipo de audio, salpicadero más oscuro… Incluso, como opción, ofrecen un navegador con DVD y pantalla táctil. Está claro que Toyota ha decidido jugar la baza del lujo. El Rav-4 es todo un veterano en nuestro mercado. Además, se ha ganado un nombre. Fue de los primeros “todo caminos" en ponerse a la venta. Generación a generación, iba acentuando este carácter mestizo. Era un coche muy capaz en carretera, práctico en ciudad y sorprendente en pistas por su agilidad y buen comportamiento. Ahora, también quiere un trozo del pastel del segmento premium: mucho más cómodo y equipado, este Toyota podría plantar cara incluso a lujosas berlinas. Y aquí llega su principal novedad: incorpora control de tracción y control de estabilidad en todas las versiones 4x4. Antes, este último elemento no estaba ni siquiera disponible como opción, pero ahora pasa a incluirse de serie. No es el único guiño que Toyota dedica al apartado de seguridad. En los modelos más equipados se pueden montar hasta ocho airbags, ya que estrena nuevas bolsas laterales y de cortina. Se ha reforzado la carrocería del vehículo –en especial los laterales- y se ha insonorizado mejor. También es más limpio. Han incorporado un nuevo catalizador, un nuevo sistema de escape con colector único y nuevos inyectores de combustible, para que el motor de gasolina de dos litros supere la normativa anticontaminante Euro IV. Con estos cambios, consiguen –según Toyota- disminuir las emisiones de CO2. En el concesionario, los vendedores tendrán que esforzarse en demostrar que el nuevo Rav-4 no es exactamente igual que su predecesor. Los cambios estéticos se han introducido con cuentagotas. ¿Para qué arriesgar si está claro que su look ha gustado? Un frontal más ancho, unos nuevos grupos ópticos con intermitentes integrados, faros antiniebla más grandes en el parachoques, nuevo diseño del protector de la rueda trasera, retrovisores más anchos… Son pequeños retoques para potenciar su estilo deportivo. Eso sí, tendrán más argumentos con tan sólo abrir las puertas. En el interior, continúan las novedades. Inserciones cromadas –al estilo Land Cruiser-, volante forrado de cuero con control de equipo de audio, salpicadero más oscuro… Incluso, como opción, ofrecen un navegador con DVD y pantalla táctil. Está claro que Toyota ha decidido jugar la baza del lujo. El Rav-4 es todo un veterano en nuestro mercado. Además, se ha ganado un nombre. Fue de los primeros “todo caminos" en ponerse a la venta. Generación a generación, iba acentuando este carácter mestizo. Era un coche muy capaz en carretera, práctico en ciudad y sorprendente en pistas por su agilidad y buen comportamiento. Ahora, también quiere un trozo del pastel del segmento premium: mucho más cómodo y equipado, este Toyota podría plantar cara incluso a lujosas berlinas. Y aquí llega su principal novedad: incorpora control de tracción y control de estabilidad en todas las versiones 4x4. Antes, este último elemento no estaba ni siquiera disponible como opción, pero ahora pasa a incluirse de serie. No es el único guiño que Toyota dedica al apartado de seguridad. En los modelos más equipados se pueden montar hasta ocho airbags, ya que estrena nuevas bolsas laterales y de cortina. Se ha reforzado la carrocería del vehículo –en especial los laterales- y se ha insonorizado mejor. También es más limpio. Han incorporado un nuevo catalizador, un nuevo sistema de escape con colector único y nuevos inyectores de combustible, para que el motor de gasolina de dos litros supere la normativa anticontaminante Euro IV. Con estos cambios, consiguen –según Toyota- disminuir las emisiones de CO2.
Toyota RAV4
Toyota está eufórica. Vive un año triunfal en ventas y quiere coronarlo con una nueva edición del Rav-4. ¿Cambios? Estéticamente, los justos. Sin embargo, la parte mecánica se ha puesto a punto y se ha completado el equipamiento. Ahora, es capaz de retar a modelos más lujosos.
