No se trata de un modelo que acabe de aterrizar en España y, de hecho, la versión que está a la venta es la segunda del Prius, un modelo con mucho futuro y que en países como Japón ya cuenta con un excelente presente. Sin embargo, tanto en nuestro país como en el resto de mercados occidentales el Prius no termina de cuajar. Está claro que su precio lo separa del gran público, no porque sea caro, sino porque cuando un comprador tiene los más de 24.100 euros (algo más de 4 millones de pesetas) que cuesta el Prius se lo pensará dos veces y, probablemente, a la segunda decida que apuesta por más prestaciones o mayor habitabilidad que por un consumo excepcional y una “virguería" tecnológica.
Su carácter mestizo, que hace realidad la combinación de dos motores completamente distintos, uno eléctrico y otro de gasolina, lo pone en un lugar muy visible para todos aquellos interesados por reducir la contaminación y el consumo de carburante, por lo que los primeros que deberían (y de hecho en muchos casos así es) fijarse en él son las administraciones públicas y las organizaciones ecologistas. Es por ello que ya algunos ayuntamientos cuentan con más de un Prius en sus flotas.
El Toyota Prius es un modelo híbrido que combina un propulsor convencional de gasolina con un motor eléctrico. Se trata de dos propulsores independientes, un gasolina de 1,5 litros y un eléctrico, cuya principal característica es su elevado par motor. Sin embargo, es la batería, con su constante recarga y un tamaño reducido, la que parece significar el mayor logro. El sistema completo conecta todos los elementos mecánicos con un dispositivo que reparte la potencia que generan la batería y los motores y recupera la fuerza del frenado y de las ruedas al girar para recargar la pila. El motor de gasolina no tiene ninguna particularidad a destacar y su principal función es la de "mover" las ruedas, aunque cualquier exceso de potencia se traslada hacia las baterías. Esta mecánica necesita gasolina sin plomo de 95 octanos y las prestaciones que ofrece están, tal y como se refleja en la ficha, en una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora, una aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora en 13,8 segundos y recorre los primeros 400 metros en 19,25 segundos. Tanto la culata como el bloque motor de este propulsor están realizados en aleación de aluminio, con lo que el peso se ha reducido mucho. En cuanto al eléctrico, su potencia máxima es de 33 kilowatios en un margen de entre 1.040 a 5.600 rpm y el par es de 11,7 mkg de 0 a 400 rpm. Lo habitual es que la gestión regule, según las necesidades, el trabajo del gasolina y el del eléctrico; uniéndose para realizar maniobras que supongan un sobreesfuerzo, como subir cuestas muy empinadas o adelantar. Cuando la potencia del motor convencional es innecesaria y podría suponer o un alto consumo o unas emisiones muy elevadas, el gasolina deja de trabajar y entra el eléctrico solo. Esto sucede en bajadas, a velocidades reducidas o con el vehículo parado.En cuanto al cliente particular, el Toyota híbrido cubre una serie de necesidades muy determinada y no parece haber sido pensado para llegar a todos nosotros. El Prius parece ser, sobre todo, un segundo vehículo, ya que donde mejor se mueve es en la ciudad y en pequeños recorridos interurbanos. No decimos con esto que no pueda hacer largos recorridos, que los hace y sin ningún problema, sino que su hábitat natural no son las autopistas y que no es el mejor para viajar.
Ni contigo ni sin ti, esto es lo que pensarán muchos clientes potenciales del Prius cuando se acerquen al concesionario a darle un vistazo a este híbrido. Seguro que ya de partida hay compradores que lo rechacen por el precio, aunque también hay muchos que se planteen su compra, incluso a pesar de los 24.000 euros. Como ya se comenta en la prueba, el Prius parece especialmente adecuado para un uso empresarial o público, ya que se supone que son los que más ejemplo deberían dar en cuanto a materia de emisiones no contaminantes son precisamente las administraciones y grandes compañías, aunque también es cierto que el ahorro de carburante y el cuidado por el medio ambiente comienzan a ser dos de los factores fundamentales para muchos clientes de a pie. Del consumo ni hablamos, ya que está más que visto que el sistema de Toyota está pensado para reducir el gasto en carburante al máximo. Sin embargo, antes de llegar a amortizar el gasto inicial de la compra del Prius gracias al ahorro en gasolina tendrán que pasar unos añitos (el Diesel sigue siendo la opción preferida). Es el carácter ecológico y de innovación el que más podría atraer a muchos compradores. La decisión final de estos dependerá, sobre todo, de las ganas que tengan de llevar un modelo completamente distinto (serán de los pocos afortunados que vayan al volante de un híbrido) y vanguardista hasta la médula y que, además, se nos presenta como el primero de una línea de trabajo en el sector que parece de las más viables en cuanto a emisiones y a ahorro se refiere. Además, tiene un tamaño interesante y ofrece capacidad de maletero suficiente para 4 ó 5 pasajeros. Toyota busca en Europa (en Japón es otra cosa y el éxito del Prius es incuestionable) a ese conductor que ya tiene su coche para viajar, pero opta por un modelo mediano que pocos más tienen y que supone lo último en el sector del automóvil. El fabricante japonés también dirige sus ojos hacia un tipo de comprador que va a hacer recorridos cortos urbanos y que no tiene ningún problema en gastarse una cantidad relativamente elevada para estar dentro del club de los "verdes" con interés por la tecnología más vanguardista. En septiembre de 2000, el Prius llegó a nuestro país y venía con una acogida muy buena en Japón, donde se puso a la venta en 1997. En estos años, las ventas de Prius han sido de unas 30.000 unidades y la producción del híbrido se ha tenido que ampliar casi cada mes. Las previsiones de exportación de Toyota hacia Europa y EE.UU. con el nuevo Prius son de entre 18.000 y 24.000 unidades al año.