El interior del Legacy aún no está a la altura de otros modelos de origen europeo, pero hay que decir a su favor que la mejoría respecto a ediciones anteriores es patente. La posición de conducción de este Subaru resulta del agrado de todo tipo de usuarios: la regulación del asiento tiene tantas posibilidad que los amantes de lo deportivo van sentados “casi en el suelo" y aquellos a quienes les gusta “dominar" la situación se pueden colocar en posición más elevada. Además, estos asientos sujetan a la perfección y son envolventes; en las plazas traseras, la tónica no es la misma y, aunque son confortables, el espacio para sus ocupantes es reducido (138 cm de anchura) y para las piernas la cota de espacio es de sólo 70 cm.Los elementos del salpicadero atienden, por su intuitiva ubicación, a las demandas del conductor. La amplia batería de datos que recibimos desde varios puntos (ordenador de a bordo –de serie-, los diferentes relojes, cuentavueltas y velocímetro) está correctamente ordenada para facilitar su lectura y evitar las indeseables distracciones al volante. En el interior domina el plástico. Hay una excepción: en la consola central se hace un guiño acertado a las terminaciones que imitan metal mate y que ayudan a aumentar la percepción positiva del habitáculo. Multitud de huecos facilitan las tareas de almacenaje de tantos elementos que solemos llevar en el coche (gafas, teléfono móvil, monedas, tarjetas, etc). La capacidad del maletero está en la línea de la de sus rivales en el mercado. La posibilidad de carga, no obstante, está “capada" por culpa del portón trasero, que puede darnos problemas a la hora de introducir algún que otro objeto voluminoso, porque el hueco de carga queda disminuido. La apertura de este portón, además, resulta un tanto incómoda, ya que sólo se puede realizar mediante la llave, no hay ningún botón que lo permita desde el puesto “remoto" del conductor. El Subaru Legacy dispone de un potente climatizador, en el que es complicado encontrar un término medio.
La oferta de berlinas con mecánica de gasolina en el mismo nicho de mercado que el protagonista de nuestra prueba es muy amplia. En la sección de “Rivales" sólo hemos incluido aquellos que son más novedosos (Peugeot 407 y Volvo S40) o que por sus características se acercan mucho al Legacy. Sin embargo, no sería justo olvidarnos de berlinas tan importantes como el Opel Vectra, el Renault Laguna, el Saab 9-3 o el Volkswagen Passat. De ahí que, aunque no las analicemos a fondo, sí hacemos referencia a ellas como pertenecientes a este pobladísimo segmento. En este segmento del mercado las mecánicas Diesel están tomando cada vez más importancia. Este es uno de los inconvenientes de marcas como Subaru: no tiene motores de gasóleo para el Legacy. De hecho, la gama Legacy se compone en España de tres únicas mecánicas de gasolina: 2.0, 2.5 y 3.0 de 140, 165 y 245 CV de potencia, respectivamente, montadas en carrocería berlina de 4 puertas o bien en configuración familiar (denominada station wagon). Los precios van desde 23.400 euros (la berlina con motor 2.0) hasta 40.600 euros (carrocería familiar con propulsor 3.0). Una de las características diferenciadoras de Subaru frente al resto de su competencia es la inclusión, de serie, de la tracción total de la que ya te hemos hablado en el apartado de comportamiento. Los amantes de las mecánicas de gasolina encontrarán en este Legacy una buena propuesta con una excelente relación calidad/precio.