No es que el León sea la panacea ni que sea el mejor coche de la categoría de los compactos (aunque hay quien jura que sí). Lo que sucede es que Seat ha sabido esperar al momento más oportuno para lanzar su coche, justo cuando los grandes competidores ya habían mostrado sus cartas. Por eso, en la firma española han recogido en el León lo mejor de los rivales y lo mejor de la propia casa Volkswagen (propietaria de Seat). De paso, han corregido todos los defectos que el público y la crítica especializada han ido detectando en los coches de la competencia.El resultado, además de un cierto juego de ventaja, es un coche que no hace más que recibir aplausos y que encanta a todo el que posa sus ojos sobre él. Pero, además de bonito, el León es un vehículo eficaz, poderoso, realmente deportivo, terriblemente estable y muy seguro.
Por otra parte, la inminente llegada al mercado del Seat León tiene un marcado carácter de reivindicación, de puñetazo en la mesa. Seat lanza un coche envidiable que, desde el principio, se convierte en una referencia para la categoría. Y, de paso, deja claro cuál es la marca joven, pasional y deportiva dentro del grupo alemán. Es una verdadera declaración de principios. Hemos querido realizar esta primera prueba combinando el alabado chasis del León (el mismo que llevan, por ejemplo, el Golf, el A3 y el Altea) con el motor 1.9 TDI de 105 CV, un verdadera leyenda dentro del grupo Volkswagen y una máquina muy conocida que nos permite calibrar con precisión cuánto ha mejorado el coche. Además, hemos empezado por el acabado Reference, el más básico, de forma que comprendamos mejor cuál es el punto de partida a la hora de comprar un León.
Después del habitual millar de kilómetros de las pruebas, el coche nos deja plenamente satisfechos. Veamos por qué.
Hay unanimidad en prensa, crítica y público: este Seat León es un coche muy bonito, muy atractivo. La gente lo mira por la calle y todo el mundo comenta: “es como el Altea, pero más elegante", “es más deportivo que antes", “se parece al Alfa 147…" Y lo cierto es que todos los comentarios aciertan. El León, que ha sido firmado por el famoso Walter De Silva, responsable del Alfa 147 y del Seat Ibiza, recoge las líneas del Altea y del León, pero sólo para el frontal. La zaga es particular de este modelo y, dicho sea de paso, resulta muy personal y atractiva.
El coche, por tanto, tiene el mismo frontal aguerrido del Altea, lleno de rasgos deportivos y transmisor de tanta fortaleza. También comparte un buena porción de los laterales, donde destaca la presencia de un característico pliegue de la chapa en los costados que da ese aire fornido y musculoso al perfil.
Y, precisamente en los lados del coche, es donde De Silva ha puesto todo su talento: a simple vista el León parece un coupé de tres puertas, pero no lo es: escondidas en el montante final van las manetas que abren las puertas traseras. La solución, estéticamente irreprochable, ya se había visto en coches como el Alfa 147 y tiene un pero: los zurdos lo tienen mucho más difícil que los diestros para abrir las puertas.
La parte trasera se ha resuelto con mucha pericia, agrandando mucho el parachoques y subrayando las líneas del portón. El resultado es un dibujo lleno de músculos y curvas que da una impresión de animal agazapado, de felino, de auténtico león.
En resumen, un coche tan bonito y juvenil que, según la malas lenguas, cuando en Audi vieron los bocetos se enfadaron mucho porque pensaron (y con razón) que sería un rival demasiado poderoso para su A3.