Seat Altea XL 1.8 TSi

Quizás alejado de la realidad de la mayoría, pero esta versión mecánica da la razón a los nostálgicos que siguen renegando del imperio Diesel.

Seat Altea XL 1.8 TSi
Seat Altea XL 1.8 TSi

Tal y como están las cosas, si extraño puede resultar una versión de gasolina en un tipo de coche orientado por y para la familia y el uso diario, inaudita es la posibilidad que se cubra con un motor turbo alimentado, por el añadido halo de deportividad que acompaña a este tipo de motores. Pero el caso es que en la gama Altea existe un motor 2.0 FSI de 150 CV que progresivamente será jubilado por este nuevo 1.8 TSi de 160 CV que estrena la variante XL. Y, por cierto, no da por pensar con esta novedad mecánica, que los revolucionarios motores “downsized" 1.4 TSi (de 140 y 170 CV) que en cierta medida nacieron como evolución vanguardista de los motores de gasolina, no han debido cumplir las expectativas de Volkswagen.Este nuevo motor 1.8 TSi deriva del 2.0 TSI (se ha eliminado la F de las siglas) que hasta el momento se ha escalonado en cuatro niveles de potencia entre diferentes modelos del Grupo: 185, 200, 240 y 265 CV. Para la ocasión, no se ha “descafeinado" el 2.0 si no que se ha recurrido a una configuración interna diferente, reduciendo la carrera, lo que ha llevado a rebajar la cilindrada a 1.8 litros (mejor para contener consumos y emisiones). El turbo trabaja a 0,6 bares en fases constantes (con picos momentáneos de 0,7 bares), lo que podríamos llamar como bajo/medio soplado. Esto nos da una idea del perfil del motor, en el que más que la prestación pura, ha pesado el carácter progresivo y amable de su respuesta. A sólo 5.000 revoluciones anuncia su potencia máxima, 160 CV que mantiene constante hasta 6.000. Pero mejor son sus 25,5 mkg de par, que aparecen a unas irrisorias 1.500 revoluciones y conserva hasta las 4.200. Con estas credenciales, cierto halo de deportividad es evidente (también quizás porque Seat lo ha acompañado con una puesta a punto de chasis en este Altea XL consecuente con esa potencialidad) pero ante todo resulta un motor agradabilísimo por tacto de funcionamiento y respuesta. Su golpe de acelerador desde muy bajas revoluciones es excelente, transmitiendo una fácil sensación de empuje, inmediato y contundente, todo un mundo frente a un motor atmosférico equivalente. La tendencia a cualquier caricia sobre el acelerador es la de avanzar metros con mucha rapidez. Prácticamente trabaja como un turbodiesel actual, pletórico desde abajo y con una aceleración a prueba de trampas. Pero todo lo ofrece con muchísima mayor dulzura por tacto y sonoridad, comparado sobre todo con los “agrios" TDI de la casa. Su progresividad también es mejor, o dicho de otra manera, el 1.8 TSi disimula su carácter turbo hasta parecer que estamos llevando un elástico motor atmosférico de gran cilindrada. En ciudad admite ir engranando todas las velocidades sin ver más de 2.000 revoluciones y está preparado para aprovechar cualquier hueco a golpe de acelerador. En carretera corre mucho y bien, con excelentes reservas de aceleración independientemente del régimen y gira con una suavidad que llena de agrado su conducción. Parece el motor perfecto por combinar la impronta de los turbodiesel con la finura de los gasolina y así es salvo que, por los consumos, los Diesel siguen estando a otro nivel por mucha inyección directa que utilice este motor TSi. No obstante, sobre los consumos de este motor habría que decir que son muy variables en función del tipo de conducción. A ritmos normales se mueve en unas medias lógicas e interesantes entre 7 y 8 litros, pero se desbaratan a poco que nos dejemos llevar medianamente por el potencial que esconde este motor, que sin grandes demandas nos lleva a ver medias por encima de los 13 litros con mucha facilidad. Lo mismo pasa en ciudad, donde no resulta fácil bajar de la franja de los 13 litros.Tal y como están las cosas, si extraño puede resultar una versión de gasolina en un tipo de coche orientado por y para la familia y el uso diario, inaudita es la posibilidad que se cubra con un motor turbo alimentado, por el añadido halo de deportividad que acompaña a este tipo de motores. Pero el caso es que en la gama Altea existe un motor 2.0 FSI de 150 CV que progresivamente será jubilado por este nuevo 1.8 TSi de 160 CV que estrena la variante XL. Y, por cierto, no da por pensar con esta novedad mecánica, que los revolucionarios motores “downsized" 1.4 TSi (de 140 y 170 CV) que en cierta medida nacieron como evolución vanguardista de los motores de gasolina, no han debido cumplir las expectativas de Volkswagen.Este nuevo motor 1.8 TSi deriva del 2.0 TSI (se ha eliminado la F de las siglas) que hasta el momento se ha escalonado en cuatro niveles de potencia entre diferentes modelos del Grupo: 185, 200, 240 y 265 CV. Para la ocasión, no se ha “descafeinado" el 2.0 si no que se ha recurrido a una configuración interna diferente, reduciendo la carrera, lo que ha llevado a rebajar la cilindrada a 1.8 litros (mejor para contener consumos y emisiones). El turbo trabaja a 0,6 bares en fases constantes (con picos momentáneos de 0,7 bares), lo que podríamos llamar como bajo/medio soplado. Esto nos da una idea del perfil del motor, en el que más que la prestación pura, ha pesado el carácter progresivo y amable de su respuesta. A sólo 5.000 revoluciones anuncia su potencia máxima, 160 CV que mantiene constante hasta 6.000. Pero mejor son sus 25,5 mkg de par, que aparecen a unas irrisorias 1.500 revoluciones y conserva hasta las 4.200. Con estas credenciales, cierto halo de deportividad es evidente (también quizás porque Seat lo ha acompañado con una puesta a punto de chasis en este Altea XL consecuente con esa potencialidad) pero ante todo resulta un motor agradabilísimo por tacto de funcionamiento y respuesta. Su golpe de acelerador desde muy bajas revoluciones es excelente, transmitiendo una fácil sensación de empuje, inmediato y contundente, todo un mundo frente a un motor atmosférico equivalente. La tendencia a cualquier caricia sobre el acelerador es la de avanzar metros con mucha rapidez. Prácticamente trabaja como un turbodiesel actual, pletórico desde abajo y con una aceleración a prueba de trampas. Pero todo lo ofrece con muchísima mayor dulzura por tacto y sonoridad, comparado sobre todo con los “agrios" TDI de la casa. Su progresividad también es mejor, o dicho de otra manera, el 1.8 TSi disimula su carácter turbo hasta parecer que estamos llevando un elástico motor atmosférico de gran cilindrada. En ciudad admite ir engranando todas las velocidades sin ver más de 2.000 revoluciones y está preparado para aprovechar cualquier hueco a golpe de acelerador. En carretera corre mucho y bien, con excelentes reservas de aceleración independientemente del régimen y gira con una suavidad que llena de agrado su conducción. Parece el motor perfecto por combinar la impronta de los turbodiesel con la finura de los gasolina y así es salvo que, por los consumos, los Diesel siguen estando a otro nivel por mucha inyección directa que utilice este motor TSi. No obstante, sobre los consumos de este motor habría que decir que son muy variables en función del tipo de conducción. A ritmos normales se mueve en unas medias lógicas e interesantes entre 7 y 8 litros, pero se desbaratan a poco que nos dejemos llevar medianamente por el potencial que esconde este motor, que sin grandes demandas nos lleva a ver medias por encima de los 13 litros con mucha facilidad. Lo mismo pasa en ciudad, donde no resulta fácil bajar de la franja de los 13 litros.