Seat Alhambra 1.9 TDi 115 CV Sport

La nueva gama Alhambra estrena, además de imagen, el motor TDi con sistema de alimentación por bomba-inyector de 115 CV. Con su mayor potencia y superior tecnología, revitaliza un monovolumen al que ya le empezaban a pesar los años.

Seat Alhambra 1.9 TDi 115 CV Sport
Seat Alhambra 1.9 TDi 115 CV Sport

En situaciones como circular por ciudad, el anterior Alhambra TDi resultaba más agradable, pues el nuevo TDi requiere atención con el embrague para salir bien desde parado. Sin embargo, en carretera, y para ir deprisa, el nuevo Alhambra permite encontrar mejor la marcha que más se adapta a las condiciones de carga y de la carretera. Si explotamos el buen funcionamiento del cambio llevaremos el motor en su zona «buena». Una conducción más dinámica que agradecerán aquellos a los que les gusta jugar con el cambio y subir de vueltas el motor, pero que para los más tranquilos al volante supondrá un trabajo extra para poder mantener el ritmo. La imagen deportiva de la marca llega hasta el más familiar de sus modelos, ya que el acabado Sport, además de un interior más vistoso, implica una suspensión más firme y rebajada, barras estabilizadoras de mayor diámetro y llantas de 16 pulgadas con neumáticos 215/55. En cuanto al consumo, las cifras que hemos podido medir se asemejan bastante a las del anterior TDi, aunque a la hora de viajar a ritmo elevado el nuevo motor saca ventaja. Porque, si a 160 km/h en quinta el Alhambra TDi 110 marcaba casi 4.000 rpm, ahora, a esa misma velocidad, el Alhambra TDi señala en sexta apenas 3.000. Una gran diferencia que hay que unir a las de rendimiento de ambos motores. La imagen deportiva de la marca llega hasta el más familiar de sus modelos, ya que el acabado Sport, además de un interior más vistoso, implica una suspensión más firme y rebajada, barras estabilizadoras de mayor diámetro y llantas de 16 pulgadas con neumáticos 215/55. El resultado sí es plenamente satisfactorio, mejorando mucho las cualidades dinámicas si lo comparamos con anteriores versiones de Alhambra. El tacto de dirección es más preciso y el balanceo queda muy contenido, permitiendo una gran facilidad para inscribirlo en curva, un aplomo más consistente y una cierta agilidad para moverse por trazados sinuosos. Pero, sobre todo, le otorga una conducción mucho más cercana a la de un turismo, con reacciones más previsibles y una mayor confianza para ir rápido. Y si además cuenta con el control de estabilidad ESP, el resultado es que el Alhambra, en versión Sport, se sitúa como la referencia para los monovolumen en lo que a comportamiento se refiere.