El terreno ideal para sacar lo mejor de este Saab son las carreteras amplias, donde podremos viajar a regímenes desahogados y no tendremos que preocuparnos en exceso por el cambio. Si el terreno se complica, sale a relucir su carácter “Aero", que lo distingue como el 9-5 SW más dinámico de la gama.Al principio, puede que afrontemos las curvas con cierta prevención, pero pronto nos olvidaremos de las medidas de este coche para concentrarnos en su comportamiento, que apenas pierde efectividad. Es posible enlazar los giros sin que el ritmo desfallezca en exceso, gracias a la respuesta calculada del motor, aunque, para rematar el conjunto, haría falta una dirección que acatara nuestras órdenes con mayor rapidez. Aquellos que busquen el lado dinámico del 9-5 quizá acaben deseando una suspensión más firme. Sin embargo, no podemos olvidar que estamos ante un vehículo familiar y que, por ello, la amortiguación también ha tenido en cuenta la comodidad de los ocupantes. El compromiso entre ambas caras de la moneda se ha resuelto con un tarado eficaz, que evita el “efecto barco" de la mayoría de los station wagon, ofrece confianza en los virajes y no provoca dolores de espalda a los pasajeros. El equipo de frenos es la nota discordante: aunque cuenta con unos discos de 308 milímetros en el tren delantero y 300 en el trasero, se quedan un poco cortos a la hora de parar las 1,6 toneladas de este Saab. Desde 140 km/h, su mejor marca es 71,9 metros hasta la detención. No está mal, pero hay que hacer algunos apuntes: el tacto del pedal es mejorable, la mordiente también y, además, la eficacia se pierde con relativa facilidad. Nuestro Centro Técnico midió, en la segunda frenada desde 140 km/h, una distancia de 77,2 metros, que pasaron a ser 80,2 en el tercer ensayo.Tan impresionante como la frialdad del motor es la sorprendente calidez que destila el interior de este Saab 9-5. El habitáculo está diseñado en dos colores, que también se combinan en la tapicería de cuero de las banquetas, y ofrece un ambiente luminoso, invitando a pasar muchos kilómetros en él.Aceptamos la propuesta y descubrimos que es posible acomodarse a la perfección en unos asientos que envuelven el cuerpo y lo colocan en la posición óptima al volante. La visibilidad es muy buena: los espejos son grandes y nos permitirán controlar todo lo que ocurre a nuestro alrededor. En el cuadro de mandos (en el que no falta un indicador de la presión del turbo), toda la información aparece de manera clara y ordenada, dos cualidades de las que también puede presumir la consola central. Aquellos que viajen en las plazas traseras se sentirán igualmente mimados. La prolongación del techo permite una altura disponible de 95 centímetros, por lo que los más altos no se sentirán agobiados. El espacio para las piernas se acerca a los 80 centímetros.El correcto acabado del interior se traslada al maletero, completamente forrado en la misma moqueta de color claro que tapiza el habitáculo. Sus formas rectas y la ausencia de recovecos permiten aprovechar al máximo los 450 litros de volumen que ofrece. Éstos pueden convertirse en 840 si abatimos los asientos traseros. Por 41.075 euros (este Saab no es apto para todos los bolsillos), podremos hacernos con este familiar tan deportivo –¿o con este deportivo tan familiar?-. Al precio básico habrá que sumar 1.600 euros si deseamos asientos con regulación eléctrica o 160 si pedimos el sensor de lluvia (un elemento que es casi imperdonable que no forme parte del equipamiento de serie). Todo aquel que no quiera “extras" debe saber que la dotación básica es muy completa: cuenta con climatizador, cierre centralizado, faros antiniebla, llantas de aleación de 17 pulgadas, controles de tracción y estabilidad, airbags de acompañante, conductor, de cortina y laterales. Recientemente, ha incorporado la función de aviso si alguno de los cinturones de seguridad de las plazas delanteras no está abrochado. Este dispositivo le ha hecho merecedor de cinco estrellas en los test de choque EuroNCAP y en las pruebas americanas USANCAP. El terreno ideal para sacar lo mejor de este Saab son las carreteras amplias, donde podremos viajar a regímenes desahogados y no tendremos que preocuparnos en exceso por el cambio. Si el terreno se complica, sale a relucir su carácter “Aero", que lo distingue como el 9-5 SW más dinámico de la gama.Al principio, puede que afrontemos las curvas con cierta prevención, pero pronto nos olvidaremos de las medidas de este coche para concentrarnos en su comportamiento, que apenas pierde efectividad. Es posible enlazar los giros sin que el ritmo desfallezca en exceso, gracias a la respuesta calculada del motor, aunque, para rematar el conjunto, haría falta una dirección que acatara nuestras órdenes con mayor rapidez. Aquellos que busquen el lado dinámico del 9-5 quizá acaben deseando una suspensión más firme. Sin embargo, no podemos olvidar que estamos ante un vehículo familiar y que, por ello, la amortiguación también ha tenido en cuenta la comodidad de los ocupantes. El compromiso entre ambas caras de la moneda se ha resuelto con un tarado eficaz, que evita el “efecto barco" de la mayoría de los station wagon, ofrece confianza en los virajes y no provoca dolores de espalda a los pasajeros. El equipo de frenos es la nota discordante: aunque cuenta con unos discos de 308 milímetros en el tren delantero y 300 en el trasero, se quedan un poco cortos a la hora de parar las 1,6 toneladas de este Saab. Desde 140 km/h, su mejor marca es 71,9 metros hasta la detención. No está mal, pero hay que hacer algunos apuntes: el tacto del pedal es mejorable, la mordiente también y, además, la eficacia se pierde con relativa facilidad. Nuestro Centro Técnico midió, en la segunda frenada desde 140 km/h, una distancia de 77,2 metros, que pasaron a ser 80,2 en el tercer ensayo.Tan impresionante como la frialdad del motor es la sorprendente calidez que destila el interior de este Saab 9-5. El habitáculo está diseñado en dos colores, que también se combinan en la tapicería de cuero de las banquetas, y ofrece un ambiente luminoso, invitando a pasar muchos kilómetros en él.Aceptamos la propuesta y descubrimos que es posible acomodarse a la perfección en unos asientos que envuelven el cuerpo y lo colocan en la posición óptima al volante. La visibilidad es muy buena: los espejos son grandes y nos permitirán controlar todo lo que ocurre a nuestro alrededor. En el cuadro de mandos (en el que no falta un indicador de la presión del turbo), toda la información aparece de manera clara y ordenada, dos cualidades de las que también puede presumir la consola central. Aquellos que viajen en las plazas traseras se sentirán igualmente mimados. La prolongación del techo permite una altura disponible de 95 centímetros, por lo que los más altos no se sentirán agobiados. El espacio para las piernas se acerca a los 80 centímetros.El correcto acabado del interior se traslada al maletero, completamente forrado en la misma moqueta de color claro que tapiza el habitáculo. Sus formas rectas y la ausencia de recovecos permiten aprovechar al máximo los 450 litros de volumen que ofrece. Éstos pueden convertirse en 840 si abatimos los asientos traseros. Por 41.075 euros (este Saab no es apto para todos los bolsillos), podremos hacernos con este familiar tan deportivo –¿o con este deportivo tan familiar?-. Al precio básico habrá que sumar 1.600 euros si deseamos asientos con regulación eléctrica o 160 si pedimos el sensor de lluvia (un elemento que es casi imperdonable que no forme parte del equipamiento de serie). Todo aquel que no quiera “extras" debe saber que la dotación básica es muy completa: cuenta con climatizador, cierre centralizado, faros antiniebla, llantas de aleación de 17 pulgadas, controles de tracción y estabilidad, airbags de acompañante, conductor, de cortina y laterales. Recientemente, ha incorporado la función de aviso si alguno de los cinturones de seguridad de las plazas delanteras no está abrochado. Este dispositivo le ha hecho merecedor de cinco estrellas en los test de choque EuroNCAP y en las pruebas americanas USANCAP.
Saab 9-5 SW 2.3 TS Aero aut.
Escojamos diversas “delicatessen": motor potente, imagen llamativa y habitáculo de acabado impecable. Mezclémoslas y obtendremos el Saab 9-5 SW: un cóctel apetecible, pero con mucho hielo.