El Range Rover Evoque es un modelo que ha hecho de Land Rover un referente entre los SUV. Ha recibido una actualización estética y a nivel de equipamiento, al tiempo que ha renovado su gama de motores para ganar en eficiencia. El motor Ingenium 2.0 TD4 de 180 CV, siempre asociado a la tracción total, se constituye como una opción más que interesante.
Este motor del Range Rover Evoque es más pequeño y ligero que el extinto 2.2, de forma que ha contribuido a lograr una rebaja en el peso de casi 70 kg, que no sólo redunda en una mejora en la agilidad y en la conducción, sino en el consumo urbano del Range Rover Evoque. Pero, pese a ese ahorro, que también ha pasado por el material fonoabsorbente, no ha empeorado en calidad de sensaciones o en cuanto a ruido que llega al habitáculo, que sigue por debajo de sus rivales más destacados poniendo de manifiesto el exquisito cuidado invertido en su desarrollo.
Range Rover Evoque 2.0 TD4 180: buen dinamismo
Aunque sus prestaciones no alcanzan las del anterior 2.2, el Range Rover 2.0 TD4 180 CV mantiene una destacada capacidad dinámica, como demuestran los registros medidos por nuestro Centro Técnico, con una aceleración de 0 a 100 km/h de 9,8 segundos o una recuperación de 80 a 120 km/h en D en torno a los 7,5 segundos, demostrando su rapidez a la hora de afrontar adelantamientos.
A ello también ayuda el par máximo de su motor, de 43,9 mkg y disponible desde 1.500 rpm; y su cambio automático de nueve velocidades, que presenta unos saltos muy suaves entre marchas, aunque mejoraría con una función de rueda libre. En cualquier caso, al viajar no sólo se mantiene al ritmo del tráfico con facilidad, sino que lo puede superar fácilmente, quedando establecida su velocidad máxima en 195 km/h.
Range Rover Evoque 2.0 TD4 180: eficaz en campo
Por otra parte, como buen Range Rover que es, su comportamiento fuera del asfalto también gana importancia. Por eso, aunque el Evoque se muestra cómodo y eficaz en carretera, con una suspensión que se "traga" los baches sin esfuerzo, es probablemente dentro de la amplia oferta de SUV similares el que más recuerda a un todoterreno clásico. No obstante, nos gustaría una mayor eficacia de la suspensión en extensión, para mejorar las sensaciones de control de la carrocería cuando aparecen baches en curvas tomadas a alta velocidad.
Su pertenencia a una marca tan especialista como Land Rover se nota, por ejemplo, en el diseño de una postura de conducción más erguida, con un volante vertical de grandes dimensiones, sin olvidar su selector de modos de conducción, que regula la respuesta de acelerador, cambio y control de estabilidad ESP en función de las necesidades, y que ofrece distintos y eficaces programas para uso off road, que se adaptan a la perfección al tipo de superficie por la que circulemos.
Range Rover Evoque 2.0 TD4 180: muy personal
El nuevo motor del Range Rover Evoque ha reducido el consumo en ciudad frente a su antecesor, mientras que en carretera hemos registrado un gasto real de 7 l/100 km, que se puede considerar correcto pero no está entre los mejores de la categoría. Esto sumado a un depósito de combustible no muy grande —63 litros— hace que la autonomía del Range Rover Evoque TD4 180 no sea tan amplia como la de algunos rivales.
Los revestimiento interiores de este SUV ofrecen un tacto exquisito, y los ajustes denotan una gran sensación de calidad, mientras que a nivel de espacio hay que valorar la cota de altura algo justa en sus plazas traseras o un maletero que no presenta una gran capacidad consecuencia también del diseño de su carrocería. Precisamente éste es uno de los aspectos más valorados del Range Rover Evoque, un SUV con mucho estilo y personalidad, pero cuyo precio se acerca a modelos de la talla de los Audi Q5 o BMW X3, un terreno en el que nos es fácil desenvolverse pero en el que se defiende bien este equilibrado modelo, 100 por 100 SUV.
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