Cuando BMW –sí, decimos BMW porque en el momento del desarrollo del Range la marca bávara era propietaria de Land Rover- decidió acometer el proyecto del modelo, pretendió no solaparlo con el X5, vehículo enfocado más al uso por carretera que el que hoy nos ocupa. Por ello, basó la estrategia del Range en la calidad, el lujo y el confort. Con ello se pretendía lograr que un mismo automóvil tuviera las características de una superberlina en cuanto a comodidad, como un Serie 7, un Mercedes Clase S o un Audi A8, con la máxima capacidad para circular por el campo, como la que ya habían demostrado los Land Rover de toda la vida.Aunque lo conocemos bajo marca Land Rover, propiedad de Premiere Automotive Group (Ford), en realidad el proyecto y desarrollo del modelo corrió a cargo de BMW en su totalidad. No sólo se invirtieron cantidades astronómicas en Solihull (Gran Bretaña), donde se produce, sino que se ampliaron las instalaciones de diseño de Gaydon, a donde se trasladaron una legión de ingenieros alemanes desde Múnich para implantar sus procesos y el control de calidad hasta la conclusión del proyecto.Así, no es extraño que nos resulten conocidos muchos de sus componentes, como motores, sistemas electrónicos o incluso las piezas estampadas de chapa, en las que se encuentra el sello BMW. Respecto a la anterior edición cambian todos los elementos, pues ahora dispone de chasis de acero monocasco de mayores dimensiones, sistema de suspensión neumática regulable, motor Diesel de seis cilindros en línea, caja de transferencia de accionamiento eléctrico, sistema de control de descenso de cuestas, etc.Lógicamente, no todo iba a ser “BMW"; en el interior se respira la elegancia y el aroma británico al más puro estilo Jaguar o, por qué no, Rolls-Royce. También es muy típica de Land Rover la posición de conducción, los ángulos de la carrocería o la disposición de los mandos, que se asemejan más a los de un avión comercial que a los de un todo terreno clásico. Sus dimensiones internas son excepcionales, permitiendo a los ocupantes disfrutar de un espacio poco habitual en un modelo de estas características: los pasajeros traseros disponen de 152 cm de anchura, 85 cm para las piernas y casi un metro de altura.La denominación Vogue no es nueva en la versión, pero sí es la más exclusiva y equipada de la gama, ya que sólo deja como opcional la pintura metalizada. Por poner algunos ejemplos, cuenta con elementos tan exclusivos como asientos tapizados en cuero de primera calidad, con contornos ribeteados y todos sus reglajes eléctricos -calefactados en las plazas delanteras y traseras- (incluso el ajuste del reposacabezas o el reglaje lumbar se realizan mediante dispositivo eléctrico). También es térmico el volante, una característica prácticamente inédita en el sector.Pero aún hay más: incluye sistema de navegación por satélite con sintonizador de televisión, equipo de sonido con radiocasete, cargador de 6 CD’s, procesador digital con once altavoces, amplificador de alta potencia y subwoofer, todos los mandos (hasta los reglajes de las boquillas del aire) se encuentran iluminados, madera “de verdad" en consola central y extremos del salpicadero, moquetas de lana, faros de xenón para cruce y carretera con sistema de limpieza (chorro a presión más lavafaros, espejos retrovisores antideslumbrantes con sistema de plegado automático, techo solar eléctrico, columna de dirección regulable en altura y profundidad mediante servomotor, alarma volumétrica y perimétrica con batería auxiliar de seguridad...)En mecánica y materia de seguridad también se ha realizado un espectacular despliegue de equipamiento: llantas de aleación de 18 pulgadas, sistema de control de tracción y estabilidad, dispositivo de control de descenso de pendientes, parabrisas térmico, airbags frontales, laterales y de cortina…En realidad sólo hay que pagar aparte la pintura metalizada. Bueno, después de desembolsar la nada despreciable cantidad de 84.900 euros (casi 14,5 millones de las antiguas pesetas), ya podía incluirse como equipamiento de serie ¿no?
Range Rover 3.0 Td6 Vogue
Mantiene el mismo nombre de las anteriores generaciones, pero poco tiene que ver con ellas. Más grande, refinado y eficaz, el actual Range es todo un derroche de lujo y tecnología.