En Porsche están muy satisfechos con el resultado de su roadster, el Boxster. Cuando lo lanzaron, hace ya ocho años, calcularon unas ventas de 15.000 unidades anuales. Era un complemento para su cartera de productos. Para muchos, casi una frivolidad. Pero el “pequeño" Boxster pronto dejó claro que no iba a ser un segundón: algunos años se han vendido más de 30.000 unidades y su éxito comercial ha devuelto la fortaleza económica a Porsche, además de garantizar la supervivencia de la marca.Así, los responsables de la empresa han decidido premiar a su modelo de “entrada de gama" con una nueva existencia. El Boxster ha sido rediseñado casi por completo, pero hay que fijarse para notarlo. En Porsche hablan de evolución más que de revolución, pues lo que han hecho es trabajar sobre la buena base del Boxster anterior y tratar de mejorarlo. “Es difícil reinventar una línea que ya representa un mito en el mundo del automóvil", aseguran sus responsables. Por eso, el modelo de 2005 hereda rasgos estéticos de su hermano mayor, el 911, pero mantiene su frescura y su estilo propio, lleno de descaro y de juventud.
El resultado es el mismo de antes: un deportivo biplaza, atrevido y resultón que no deja indiferente a nadie. Con su planteamiento de “todo atrás", el Boxster se precia de ser el más radical de los roadster del mercado y, además, con sus dos nuevas mecánicas proporciona prestaciones para satisfacer al más exigente.
Como cuando nació, el Boxster se presenta con dos versiones. La básica lleva un motor de seis cilindros y 2,6 litros que entrega 240 CV y utiliza un cambio manual de cinco relaciones. La superior, apellidada “S", desplaza 3,2 litros, entrega 280 CV y se maneja con una caja de seis marchas.
Estéticamente, todo el coche resulta más voluminoso, más corpulento, y eso a pesar de que el bastidor no crece de tamaño, pero sí que hay más presencia de la carrocería, más bulto. Las líneas se tensan y el perfil del Boxster se llena de músculos y protuberancias que dan al coche un aspecto audaz y fuerte.
Después, la novedad más impactante son los faros delanteros, que pasan a ser redondos, como los del coupé. Además, la parte delantera copia más cosas del 911, como los laterales y los pasos de rueda abultados o las enormes tomas de aire delanteras, que integran los intermitentes. En la zaga hay algunas modificaciones menores, también inspiradas en la imagen del 911, la gran referencia dentro de Porsche. Otros pequeños cambios se aprecian en los tiradores de las puertas, los espejos retrovisores... No podía faltar el típico alerón trasero retráctil, que es opcional y cuesta 352 euros.
En el interior también se ha trabajado mucho para lanzar esta nueva edición. Se han revisado todos los materiales, que ahora reúnen mayor calidad. Destaca la presencia masiva de acolchados y plásticos blandos, con todas las superficies recubiertas de un exquisito cuero natural. El resultado es impactante, una exacta mezcla de deportividad, lujo y exclusividad. Se podría hablar de elitismo.Los asientos, dos y de corte deportivo, van ahora en una posición algo más baja que antes. Esto, unido a que los pedales se han colocado algo más adelante, permite encontrar una postura más cómoda al volante. Si añadimos el reglaje eléctrico, la postura perfecta se alcanza sin problemas. Es uno de los roadster más cómodos que hemos llevado. A pesar de las durezas e incomodidades propias de estos coches, el Boxster es capaz de mantener un nivel de confort muy bueno.A este buen nivel contribuyen dos cosas: la correcta ergonomía de todos los mandos y la buena insonorización. Con el motor justo detrás de las orejas y el techo de lona, uno esperaba un ruido insoportable dentro del habitáculo. Es cierto que hace ruido, pero ni mucho menos lo que suele ser habitual en este tipo de coches. Es más: descapotado apenas se nota más sonoridad y en Porsche aseguran que el techo duro, que es una opción, trasmite más ruidos al interior que la capota de triple capa textil. Una curiosidad: se puede abrir en marcha y hasta a 50 km/h.Nacido casi como un divertimento, el Boxster se ha convertido en un estandarte dentro de Porsche. El que fuera conocido como 987 en código interno ha vendido un total de 160.000 unidades en Europa, de las que 2.505 han recalado en España. En Porsche aseguran que el coche es la referencia clara de la categoría y, con las cifras en la mano, puede que tengan razón. Habrá que esperar a medirlo con los nuevos rivales, pero, de antemano, seguro que este renacido Boxster también bate récords.En Porsche están muy satisfechos con el resultado de su roadster, el Boxster. Cuando lo lanzaron, hace ya ocho años, calcularon unas ventas de 15.000 unidades anuales. Era un complemento para su cartera de productos. Para muchos, casi una frivolidad. Pero el “pequeño" Boxster pronto dejó claro que no iba a ser un segundón: algunos años se han vendido más de 30.000 unidades y su éxito comercial ha devuelto la fortaleza económica a Porsche, además de garantizar la supervivencia de la marca.Así, los responsables de la empresa han decidido premiar a su modelo de “entrada de gama" con una nueva existencia. El Boxster ha sido rediseñado casi por completo, pero hay que fijarse para notarlo. En Porsche hablan de evolución más que de revolución, pues lo que han hecho es trabajar sobre la buena base del Boxster anterior y tratar de mejorarlo. “Es difícil reinventar una línea que ya representa un mito en el mundo del automóvil", aseguran sus responsables. Por eso, el modelo de 2005 hereda rasgos estéticos de su hermano mayor, el 911, pero mantiene su frescura y su estilo propio, lleno de descaro y de juventud.
El resultado es el mismo de antes: un deportivo biplaza, atrevido y resultón que no deja indiferente a nadie. Con su planteamiento de “todo atrás", el Boxster se precia de ser el más radical de los roadster del mercado y, además, con sus dos nuevas mecánicas proporciona prestaciones para satisfacer al más exigente.
Como cuando nació, el Boxster se presenta con dos versiones. La básica lleva un motor de seis cilindros y 2,6 litros que entrega 240 CV y utiliza un cambio manual de cinco relaciones. La superior, apellidada “S", desplaza 3,2 litros, entrega 280 CV y se maneja con una caja de seis marchas.
Estéticamente, todo el coche resulta más voluminoso, más corpulento, y eso a pesar de que el bastidor no crece de tamaño, pero sí que hay más presencia de la carrocería, más bulto. Las líneas se tensan y el perfil del Boxster se llena de músculos y protuberancias que dan al coche un aspecto audaz y fuerte.
Después, la novedad más impactante son los faros delanteros, que pasan a ser redondos, como los del coupé. Además, la parte delantera copia más cosas del 911, como los laterales y los pasos de rueda abultados o las enormes tomas de aire delanteras, que integran los intermitentes. En la zaga hay algunas modificaciones menores, también inspiradas en la imagen del 911, la gran referencia dentro de Porsche. Otros pequeños cambios se aprecian en los tiradores de las puertas, los espejos retrovisores... No podía faltar el típico alerón trasero retráctil, que es opcional y cuesta 352 euros.
En el interior también se ha trabajado mucho para lanzar esta nueva edición. Se han revisado todos los materiales, que ahora reúnen mayor calidad. Destaca la presencia masiva de acolchados y plásticos blandos, con todas las superficies recubiertas de un exquisito cuero natural. El resultado es impactante, una exacta mezcla de deportividad, lujo y exclusividad. Se podría hablar de elitismo.Los asientos, dos y de corte deportivo, van ahora en una posición algo más baja que antes. Esto, unido a que los pedales se han colocado algo más adelante, permite encontrar una postura más cómoda al volante. Si añadimos el reglaje eléctrico, la postura perfecta se alcanza sin problemas. Es uno de los roadster más cómodos que hemos llevado. A pesar de las durezas e incomodidades propias de estos coches, el Boxster es capaz de mantener un nivel de confort muy bueno.A este buen nivel contribuyen dos cosas: la correcta ergonomía de todos los mandos y la buena insonorización. Con el motor justo detrás de las orejas y el techo de lona, uno esperaba un ruido insoportable dentro del habitáculo. Es cierto que hace ruido, pero ni mucho menos lo que suele ser habitual en este tipo de coches. Es más: descapotado apenas se nota más sonoridad y en Porsche aseguran que el techo duro, que es una opción, trasmite más ruidos al interior que la capota de triple capa textil. Una curiosidad: se puede abrir en marcha y hasta a 50 km/h.Nacido casi como un divertimento, el Boxster se ha convertido en un estandarte dentro de Porsche. El que fuera conocido como 987 en código interno ha vendido un total de 160.000 unidades en Europa, de las que 2.505 han recalado en España. En Porsche aseguran que el coche es la referencia clara de la categoría y, con las cifras en la mano, puede que tengan razón. Habrá que esperar a medirlo con los nuevos rivales, pero, de antemano, seguro que este renacido Boxster también bate récords.