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Eso sí, sigue siendo igual de noble virando, con esa neutralidad tradicional del Vectra y la facilidad que siempre ha tenido para inscribirse en las curvas respondiendo con toda docilidad a la dirección. Si acaso, sólo queda decir que estas características se acentúan gracias a la posibilidad de dominar mejor la carrocería con la amortiguación pilotada. Nos ha gustado especialmente lo bien que trabaja el tren trasero, inamovible, siempre ajustado a la trayectoria correcta. Los frenos, complemento del conjunto, han resultado ser tan buenos como siempre, sin fisuras en su comportamiento y sin asomo de rendición ante el esfuerzo continuo.La esencia del IDS Plus, un sistema estrenado con el Astra, es que una serie de sensores se encarga de analizar las condiciones la conducción, la carretera y las exigencias que, en cada momento, se demandan de la suspensión. En función de estos datos, la informática interpreta en qué grado debe endurecerse el coche para mejorar, en cada situación, la eficacia de la suspensión. Lo que hace este complejo sistema es decidir si el vehículo afronta una situación complicada y evaluar por dónde aparecen los problemas. Así, endurece la amortiguación para contener los balanceos de la carrocería y mejorar el agarre del coche y el trabajo general de la suspensión. Además, se ponen en alerta los sistemas de control de estabilidad y el ABS por si la cosa pasa a mayores y es necesario emplear más medidas de seguridad. También mejora el trabajo del ESP, porque, aunque tiende a retrasar su actuación para permitir un rodar más deportivo, también incrementa su eficacia, con lo que el resultado debe ser mejor. Con el ABS, tres cuartos de lo mismo. En cada ocasión, el ordenador decide sobre qué rueda o ruedas actuar y puede exigir respuestas diferentes a cada una, según las necesidades del momento. Desde el punto de vista del conductor, esta carga tecnológica tiene una ventaja más: un botón en el salpicadero nos permite variar a voluntad los reglajes de la suspensión. Seleccionando el modo Sport, el coche se endurece, la amortiguación se vuelve más firme, la dirección asistida se hace más rápida y precisa y el acelerador avanza su capacidad de respuesta. Visto que el chasis no sólo no empeora, sino que mejora notablemente en esta nueva andadura del Vectra, veamos qué pasa con el motor.Ya hemos dicho que es una mecánica que no habíamos probado todavía con el Vectra, así que merece un análisis a fondo. Para empezar, hay que explicar que se trata de una variante del 3 litros V6 de 177 CV que ya tenía el Vectra y que probamos en su día con la carrocería Station Wagon.
Fabricado por Isuzu, otra compañía del grupo General Motors, el motor destaca por suavidad de funcionamiento y su buena capacidad para estirarse. En su nueva configuración de 184 CV, hemos podido comprobar cómo se entrega sin reservas más allá de las 4.250 vueltas, entorno en el que todavía entrega una buena cantidad de par motor.
Sin embargo, su mejor tramo es el que va de las 2.000 a las 4.000 rpm, un amplísimo margen de utilización en el que el motor alcanza un pico de 43,1 mkg a 2.500 vueltas. Este demoledor par máximo garantiza suficiente pegada en cualquier circunstancia y supone un aumento importante frente a los 41 mkg que entregaba antes el motor.Utilizándolo, este nuevo 3.0 V6 CDTi de 184 CV nos ha parecido un motor redondo, lleno de virtudes y perfectamente adaptado a las necesidades de este Vectra. Tiene la suavidad que exige ahora el comprador de un motor turbodiesel y, al tiempo, ofrece un talante firme, lleno de fuerza y matices.
Resulta muy cómodo para utilizarlo a bajas revoluciones, pues, gracias al mucho par que tiene, permite ir a punta de gas marcando buenos ritmos. Al tiempo, responde con alegría al pie, acelerando con solvencia (8,8 segundos en el 0-100 km/h) y alcanzado rápidamente cruceros muy interesantes. Esta capacidad para responder al acelerador de forma instantánea se aprecia muy bien en las recuperaciones, que son espléndidas, y en los adelantamientos, siempre seguros y fulminantes.
Gracias a su gran derroche de fuerza, el motor hace que el Vectra sea todavía más eficaz en las zonas de curvas, justo donde su chasis mejorado permite ir más rápido. Con la potencia y el empuje del nuevo 3.0, el coche se muestra todavía más ágil, más capaz y rápido, rozando los parámetros de lo que definiríamos ya como deportivo.
A cambio, el consumo es bastante más alto que antes. De hecho, ahora hemos fijado una media ponderada de 8,8 litros cada 100 km/h, mientras que antes, con 177 CV, el motor consumía 7,7 litros.
El ruido sigue siendo también uno de los puntos flojos del coche, con bastante presencia en el habitáculo.