Al volante se olvidan algunas de sus deficiencias prestacionales y se disfruta de un coche amplio y cómodo que destaca por el aplomo, preciso guiado y excelente estabilidad. Esto último habría que resaltarlo, ya que el Omega, gracias a una nueva geometría y amortiguadores de suspensión trasera, consigue una notable mejora en su comportamiento y es realmente difícil que nos haga un mal gesto incluso sobre superficie mojada o de baja adherencia. De todos modos es obligado mencionar en este apartado que una berlina de semejante nivel de representación y tracción trasera, debería contar con un sistema de estabilidad ESP, que ya está disponible como opción incluso en modelos de gama media. Además, los potentes Omega V6 de 2,5 y 3,0 litros incluyen de serie el sistema TC Plus, de control de tracción por medio del ABS; pero la variante de 2,2 litros no lo incluye ni siquiera de forma opcional. Si las prestaciones puras no son su punto fuerte y en comportamiento "saca pecho", donde destaca con rotundidad el Opel Omega es por la baja rumorosidad mecánica y aerodinámica que tiene. Su habitáculo es cómodo y silencioso con 63,7 decibelios a 100 km/h y sólo 68,22 dB a 140. Mejor aislado y con un motor que no gira tan alto de vueltas como el anterior dos litros de 136 CV al que sustituye, el Omega de 2,2 litros destaca por su confort de marcha tanto como por su equipamiento y equilibrada oferta.Si observamos los rendimientos y prestaciones que en su día arrojó el Omega con el motor de dos litros y 136 CV nos encontramos con que los beneficios de este nuevo 2,2 litros, salvo por la entrega de un mayor par motor y su mayor margen de utilización, no hay grandes mejoras. Aunque, eso sí, también se deja notar el doble árbol de equilibrado. Se trata de una evolución del 2.2 ECOTEC que llevaban los Sintra y todavía se ofrece en el Frontera, dotado de acelerador electrónico, encendido individual para cada cilindro y nuevo catalizador que permite superar la normativa alemana D4. Sin embargo, el consumo es ligeramente superior en el moderno 2,2 litros, con 7,9 litros a 100 km/h frente a los 7,0 con los que se conformaba el anterior motor. Del mismo modo, las prestaciones descienden un poco, con un 0 a 100 km/h de 12,9 segundos frente a los 11 que empleaba el anterior, una diferencia que se mantiene a favor del dos litros en los 1000 metros con salida parada; 32,9 frente a 32,2 segundos. El nuevo propulsor vence con claridad tanto en potencia como en par motor y también en rumorosidad interna, mientras que en capacidad de frenada casi empatan, lo que resulta más comprensible si tenemos en cuenta que el nuevo modelo tiene un peso de 1.597 kilos por los 1.504 del 2.0 16V. Comparando cifras y datos parece que el esfuerzo técnico para desarrollar un nuevo motor al final sólo acaba siendo motivo de cuestiones anticontaminantes.
Opel Omega Elegance 2.2 16V
Interesante acceso a la gama Omega. Si dejamos a un lado los Mercedes y BMW, además de otras berlinas aún más elitistas, el Opel Omega es el único que permanece fiel a la tracción trasera. Criticada o alabada, la propulsión y el nuevo motor de 2,2 litros de 144 CV imprimen un fuerte carácter a la berlina grande de Opel.
