Opel Astra, 2.0 Turbo Cosmo

El nuevo Opel Astra está dando mucho que hablar. A su renovada imagen y su ponderado bastidor se une ahora un fornido motor turbo de dos litros que le dota de un carácter agresivo y atlético. El resultado nos ha parecido muy sugerente: una atractiva mezcla de fuerza, deportividad y eficacia.

Opel Astra, 2.0 Turbo Cosmo
Opel Astra, 2.0 Turbo Cosmo

Poco a poco, el nuevo Opel Astra va completando su gama y reforzando los argumentos de los que consideran que es un durísimo rival para el Volkswagen Golf, el gran compacto alemán de referencia. Opel quiere dejar atrás su leyenda de marca sosa y poco atractiva, por eso se arriesga con la revolución estética que ha supuesto el Astra. Por eso también coloca sobre su compacto motores tan emocionantes como este 2.0 Turbo.Con 170 CV, este dos litros se presenta como primer escalón de una futura gama turboalimentada dentro de la familia Astra. Supone, por tanto, una declaración de intenciones por parte de Opel y, además, un compendio de buenas noticias para los amantes de los motores con carácter.
La llegada de este turbo es un guiño dedicado a los que buscan deportividad sin excusas y sensaciones poco tamizadas. Es, además, una bofetada para el implacable poder frío de los motores de Volkswagen, y un verdadero desafío para los bulliciosos motores de gasolina que ofrecen Ford, Mazda, Renault o el grupo Fiat. El motor 2.0 turbo ha alcanzado los 175 CV en nuestro banco de rodillos y llega a liberar un par máximo de 29,7 mkg. Son cifras muy respetables que prometen maravillas sobre el exquisito chasis del Astra.
Una vez en marcha, notamos enseguida el poderío de este nuevo corazón. Con las curvas de par y potencia en las manos ya nos habíamos hecho a la idea de que el coche tiraría mucho desde abajo, pues tiene mucho par a partir de 1.700 rpm, pero no teníamos muy claro cómo iba a trabajar en los regímenes altos. La duda se despeja rápidamente: por la parte alta hay todavía más esplendor, con una maravillosa capacidad para estirarse y una pegada que sigue llena de excitación muy por encima de las 4.000 vueltas. Esto se traduce en un amplísimo rango de utilización y, sobre todo, en la seguridad de que siempre hay fuerza de reserva cuando exprimimos el pedal del gas. Este reparto de la potencia, distribuida por todos los tramos del cuentavueltas, permite disolver el típico “efecto turbo". De esta forma, en lugar de haber “patada" sólo a determinados regímenes, hay una entrega uniforme y siempre consistente, musculosa, muy sólida. La idea de los ingenieros al diseñar este rendimiento del motor parece clara: agrado de conducción y, cuando es preciso, el empuje de un toro.La arquitectura de este propulsor, perteneciente a la serie Ecotec, responde a un esquema bastante clásico, pero adornado por una puesta a punto de vanguardia. El bloque, de cuatro cilindros en línea, lleva una culata de 16 válvulas. La sobrealimentación se deja en manos de un turbocompresor que sopla a 0,8 bares (baja presión) y, como complemento imprescindible, un intercooler. La gestión electrónica de estos componentes se ha encargado a Saab, otra compañía del grupo General Motors. Los suecos han suministrado a Opel las mismas centralitas que emplean los 9-3, con lo que se añade un plus de seriedad nórdica a la típica eficacia de Opel.Opel ha combinado el motor de dos litros con una caja de cambios de seis relaciones. Tras elogiar el tacto de la palanca, que tiene un regusto deportivo y unos recorridos cortos y exactos, también hay que alabar los desarrollos escogidos. Son muy ajustados, más bien cortos, pensados para proporcionar aceleraciones brillantes en las primeras marchas. La cuarta y la quinta dan un vigor excepcional al coche, mientras que la sexta, muy larga, permite recorrer cientos de kilómetros sin acordarnos de cambiar, tan sólo cuidando de que no decaiga mucho el régimen de giro. La verdad es que el turbo facilita mucho este ritmo de trabajo, pues, con su capacidad para generar fuerza a cualquier número de revoluciones, bastará con pisar el acelerador con decisión para que el motor recupere su prestancia. Este apartado, el de las recuperaciones, es uno de los más destacables del coche.El cambio también es responsable en parte de los consumos. La media de 8,4 litros a los 100 km/h que ha firmado nuestro Centro Técnico es poco representativa. A poco que nos animemos con la velocidad, nos encontraremos con un gasto bastante más alto. No es difícil registrar medias por encima de los 12 litros, un nivel que, a pesar de ser elevado, no es exagerado si vamos rápido. La elección de los desarrollos y el buen aprovechamiento de la energía que se logra con el turbo son los responsables de esos consumos ajustados.