Tanto se ha hablado del Nissan GT-R, sus expectativas y sus proezas, que me daba miedo que hubiese mucho de marketing y publicidad en todo ello. Ostentar el récord en Nürburgring de coche de calle más veloz ya decía mucho a su favor, sin embargo la incredulidad por parte de marcas rivales, que aseguran que esta prueba no se hizo con un coche de estricta serie, hizo incrementar mi temor. Fiel amante de los deportivos alemanes… bueno, para qué negarlo, de mi querido Porsche 911 Turbo, siempre me quedaba la duda: ¿será el Nissan GTR tan bueno como dicen?Tengo el honor de haber sido de los pocos españoles que asistieron a su presentación mundial en el Salón de Tokio de 2005 y desde entonces no he parado de leer todas las noticias, oficiales y extraoficiales, que han ido surgiendo sobre él. Me he dado miles de vueltas con él en la PlayStation, he ganado campeonatos y batido récords y ahora, tras probar a fondo el GTR de verdad, puedo corroborar que todo lo que de él se decía es cierto. Se trata de un auténtico coche de carreras, que se conduce como tal y que, además, permite un uso diario como el de cualquiera de sus rivales pero con precio más bajo.Nada más subir al Nissan GTR te sientes perfectamente integrado. Lo primero que llama la atención es lo bien terminado que está, hasta el punto que parece un coche inglés más que japonés; un Honda NSX no estaba presentado ni la mitad de bonito que éste. Ajustes perfectos y piel por todas partes, que contrasta con algunos plásticos «a la japonesa», como el de la radio. Pero todo esto se olvida enseguida, puesto que el GT-R, como la mayoría de superdeportivos, tiene ese «algo» que te incita a arrancarlo en cuanto subes. Pisas el sólido freno (no hay embrague), aprietas el botón y comienza el espectáculo. Al ralentí no suena mucho ni tampoco vibra —mi Porsche del alma aquí gana por goleada en carácter y glamour... o pierde, según otros—, pero enseguida sientes que no es un coche normal.
— Precio frente a rivales
— Prestaciones — Pantallas de información en inglés
— Diferencial trasero ruidoso
— Cambio en maniobras
— Cómo se comportaTanto se ha hablado del Nissan GT-R, sus expectativas y sus proezas, que me daba miedo que hubiese mucho de marketing y publicidad en todo ello. Ostentar el récord en Nürburgring de coche de calle más veloz ya decía mucho a su favor, sin embargo la incredulidad por parte de marcas rivales, que aseguran que esta prueba no se hizo con un coche de estricta serie, hizo incrementar mi temor. Fiel amante de los deportivos alemanes… bueno, para qué negarlo, de mi querido Porsche 911 Turbo, siempre me quedaba la duda: ¿será el Nissan GTR tan bueno como dicen?Tengo el honor de haber sido de los pocos españoles que asistieron a su presentación mundial en el Salón de Tokio de 2005 y desde entonces no he parado de leer todas las noticias, oficiales y extraoficiales, que han ido surgiendo sobre él. Me he dado miles de vueltas con él en la PlayStation, he ganado campeonatos y batido récords y ahora, tras probar a fondo el GTR de verdad, puedo corroborar que todo lo que de él se decía es cierto. Se trata de un auténtico coche de carreras, que se conduce como tal y que, además, permite un uso diario como el de cualquiera de sus rivales pero con precio más bajo.Nada más subir al Nissan GTR te sientes perfectamente integrado. Lo primero que llama la atención es lo bien terminado que está, hasta el punto que parece un coche inglés más que japonés; un Honda NSX no estaba presentado ni la mitad de bonito que éste. Ajustes perfectos y piel por todas partes, que contrasta con algunos plásticos «a la japonesa», como el de la radio. Pero todo esto se olvida enseguida, puesto que el GT-R, como la mayoría de superdeportivos, tiene ese «algo» que te incita a arrancarlo en cuanto subes. Pisas el sólido freno (no hay embrague), aprietas el botón y comienza el espectáculo. Al ralentí no suena mucho ni tampoco vibra —mi Porsche del alma aquí gana por goleada en carácter y glamour... o pierde, según otros—, pero enseguida sientes que no es un coche normal.
— Precio frente a rivales
— Prestaciones — Pantallas de información en inglés
— Diferencial trasero ruidoso
— Cambio en maniobras
— Cómo se comporta