Mitsubishi L200

Mitsubishi sabe que el cliente europeo no demanda lo mismo que el norteamericano y que las condiciones de uno y otro continente son diferentes. Por eso ha creado este nuevo L200 mirando hacia Europa. Y es que en el Viejo Continente se tienen cuenta aspectos como el diseño y los buenos acabados, que Mitsubishi ha mimado especialmente en su nueva pick-up.

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Dos son los horizontes que Mitsubishi no ha perdido de vista durante el desarrollo del nuevo vehículo. Por un lado, este pick-up debía ser funcional y servir para trabajar; por otro, tenía que reunir características suficientes para ser un vehículo recreacional (destinado al ocio). El nuevo L200 es un pick-up sorprendentemente bello. Y decimos “sorprendentemente", porque no es muy común que los vehículos destinados, al menos en teoría, a carga destaquen por sus atractivas líneas. Sin embargo, en Mitsubishi tienen muy claro que el diseño de su nuevo pick-up es una de las bazas más importantes del producto. Las líneas redondeadas destacan, sobre todo si las comparamos con la anterior generación del modelo, cuyos trazos eran mucho más rectos, más sobrios, más abrupto en definitiva. El L200 se ha suavizado. Si lo miramos de frente, nos recuerda al frontal del Colt, con esa "media sonrisa" en el rostro y esos faros amplios. Y en el centro, el logotipo de los tres diamantes. Quizás sea en el perfil donde mayores cambios se notan: la línea que cae desde el techo separando el habitáculo de la caja de carga que lo envuelve; antes, simplemente, lo dividía como con un golpe seco.En la trasera también se notan las nuevas ondulaciones que lo invaden todo. Los pilotos se han recolocado, ahora son más grandes y el logotipo de la marca preside el portón. A España llegarán tres carrocerías (single cab, club cab y double cab). En la galería que te ofrecemos a continuación puedes ver en qué se diferencian cada una de ellas.

A grandes rasgos, encontramos un habitáculo de cinco plazas (doble), de cuatro (las dos traseras muy reducidas, en el club) y de dos (simple). Combinando estas carrocerías y cuatro posibles acabados (Inform, Invite, Intensive e Instyle), obtenemos seis versiones para el mercado español, porque no todas las configuraciones se asocian a todos los acabados. Las diferencias entre unas y otras son las relativas a equipamiento, ya que la mecánica es compartida en todos los casos y ya la conocemos. El nuevo L200 lleva el mismo bloque motor que la generación anterior: el conocido 2.5 turbodiésel, que anuncia 136 CV de potencia, pero que ha sido adaptado con common rail para cumplir la normativa medioambiental Euro IV y aumentar su potencia hasta los 136 CV. Una de las bazas más importantes del propulsor es el par motor de que dispone, con un dato máximo de 31,4 mkg. Gracias al par, cuyo empuje ya se nota desde la parte más baja del cuentavueltas, el Mitsubishi L200 afronta obstáculos en recorridos off-road de manera más que aceptable (más adelante te hablamos de su comportamiento, tanto en carretera como en campo). Para transmitir la potencia al eje trasero –se trata de un propulsión trasera cuando funciona en la modalidad 4x2-, Mitsubishi ha optado por dos cajas de cambio: una transmisión manual de cinco velocidades y una automática de cuatro relaciones –esta última sólo se puede asociar a los acabados Intense e Instyle, los más altos-.Aunque el motor no se haya cambiado, además del nuevo diseño, los responsables de la marca nipona han incorporado a este Mitsubishi L200 más seguridad activa y pasiva (ha obtenido cuatro estrellas EuroNCAP) y mejoras significativas en lo que a confort se refiere: respaldos reclinables en la segunda fila de asientos y una ventanilla eléctrica para acceder desde el habitáculo a la caja de carga, por ejemplo.Mitsubishi ha definido, volviendo al principio, dos conceptos de producto:

ACT: o Active Commercial Truck, en el sentido de que proporciona toda la funcionalidad que se le puede pedir a un vehículo de trabajo, especialmente indicado en el caso de la variante con cabina simple.

ART: o Active Recreational Truck, además de mantener las funcionalidades propias de un vehículo pick-up, también explora una nueva dirección para uso personal y el tiempo libre. Se aplica a las variantes Cabina Club y Doble Cabina.

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Dos son los horizontes que Mitsubishi no ha perdido de vista durante el desarrollo del nuevo vehículo. Por un lado, este pick-up debía ser funcional y servir para trabajar; por otro, tenía que reunir características suficientes para ser un vehículo recreacional (destinado al ocio). El nuevo L200 es un pick-up sorprendentemente bello. Y decimos “sorprendentemente", porque no es muy común que los vehículos destinados, al menos en teoría, a carga destaquen por sus atractivas líneas. Sin embargo, en Mitsubishi tienen muy claro que el diseño de su nuevo pick-up es una de las bazas más importantes del producto. Las líneas redondeadas destacan, sobre todo si las comparamos con la anterior generación del modelo, cuyos trazos eran mucho más rectos, más sobrios, más abrupto en definitiva. El L200 se ha suavizado. Si lo miramos de frente, nos recuerda al frontal del Colt, con esa "media sonrisa" en el rostro y esos faros amplios. Y en el centro, el logotipo de los tres diamantes. Quizás sea en el perfil donde mayores cambios se notan: la línea que cae desde el techo separando el habitáculo de la caja de carga que lo envuelve; antes, simplemente, lo dividía como con un golpe seco.En la trasera también se notan las nuevas ondulaciones que lo invaden todo. Los pilotos se han recolocado, ahora son más grandes y el logotipo de la marca preside el portón. A España llegarán tres carrocerías (single cab, club cab y double cab). En la galería que te ofrecemos a continuación puedes ver en qué se diferencian cada una de ellas.

A grandes rasgos, encontramos un habitáculo de cinco plazas (doble), de cuatro (las dos traseras muy reducidas, en el club) y de dos (simple). Combinando estas carrocerías y cuatro posibles acabados (Inform, Invite, Intensive e Instyle), obtenemos seis versiones para el mercado español, porque no todas las configuraciones se asocian a todos los acabados. Las diferencias entre unas y otras son las relativas a equipamiento, ya que la mecánica es compartida en todos los casos y ya la conocemos. El nuevo L200 lleva el mismo bloque motor que la generación anterior: el conocido 2.5 turbodiésel, que anuncia 136 CV de potencia, pero que ha sido adaptado con common rail para cumplir la normativa medioambiental Euro IV y aumentar su potencia hasta los 136 CV. Una de las bazas más importantes del propulsor es el par motor de que dispone, con un dato máximo de 31,4 mkg. Gracias al par, cuyo empuje ya se nota desde la parte más baja del cuentavueltas, el Mitsubishi L200 afronta obstáculos en recorridos off-road de manera más que aceptable (más adelante te hablamos de su comportamiento, tanto en carretera como en campo). Para transmitir la potencia al eje trasero –se trata de un propulsión trasera cuando funciona en la modalidad 4x2-, Mitsubishi ha optado por dos cajas de cambio: una transmisión manual de cinco velocidades y una automática de cuatro relaciones –esta última sólo se puede asociar a los acabados Intense e Instyle, los más altos-.Aunque el motor no se haya cambiado, además del nuevo diseño, los responsables de la marca nipona han incorporado a este Mitsubishi L200 más seguridad activa y pasiva (ha obtenido cuatro estrellas EuroNCAP) y mejoras significativas en lo que a confort se refiere: respaldos reclinables en la segunda fila de asientos y una ventanilla eléctrica para acceder desde el habitáculo a la caja de carga, por ejemplo.Mitsubishi ha definido, volviendo al principio, dos conceptos de producto:

ACT: o Active Commercial Truck, en el sentido de que proporciona toda la funcionalidad que se le puede pedir a un vehículo de trabajo, especialmente indicado en el caso de la variante con cabina simple.

ART: o Active Recreational Truck, además de mantener las funcionalidades propias de un vehículo pick-up, también explora una nueva dirección para uso personal y el tiempo libre. Se aplica a las variantes Cabina Club y Doble Cabina.

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Dos son los horizontes que Mitsubishi no ha perdido de vista durante el desarrollo del nuevo vehículo. Por un lado, este pick-up debía ser funcional y servir para trabajar; por otro, tenía que reunir características suficientes para ser un vehículo recreacional (destinado al ocio). El nuevo L200 es un pick-up sorprendentemente bello. Y decimos “sorprendentemente", porque no es muy común que los vehículos destinados, al menos en teoría, a carga destaquen por sus atractivas líneas. Sin embargo, en Mitsubishi tienen muy claro que el diseño de su nuevo pick-up es una de las bazas más importantes del producto. Las líneas redondeadas destacan, sobre todo si las comparamos con la anterior generación del modelo, cuyos trazos eran mucho más rectos, más sobrios, más abrupto en definitiva. El L200 se ha suavizado. Si lo miramos de frente, nos recuerda al frontal del Colt, con esa "media sonrisa" en el rostro y esos faros amplios. Y en el centro, el logotipo de los tres diamantes. Quizás sea en el perfil donde mayores cambios se notan: la línea que cae desde el techo separando el habitáculo de la caja de carga que lo envuelve; antes, simplemente, lo dividía como con un golpe seco.En la trasera también se notan las nuevas ondulaciones que lo invaden todo. Los pilotos se han recolocado, ahora son más grandes y el logotipo de la marca preside el portón. A España llegarán tres carrocerías (single cab, club cab y double cab). En la galería que te ofrecemos a continuación puedes ver en qué se diferencian cada una de ellas.

A grandes rasgos, encontramos un habitáculo de cinco plazas (doble), de cuatro (las dos traseras muy reducidas, en el club) y de dos (simple). Combinando estas carrocerías y cuatro posibles acabados (Inform, Invite, Intensive e Instyle), obtenemos seis versiones para el mercado español, porque no todas las configuraciones se asocian a todos los acabados. Las diferencias entre unas y otras son las relativas a equipamiento, ya que la mecánica es compartida en todos los casos y ya la conocemos. El nuevo L200 lleva el mismo bloque motor que la generación anterior: el conocido 2.5 turbodiésel, que anuncia 136 CV de potencia, pero que ha sido adaptado con common rail para cumplir la normativa medioambiental Euro IV y aumentar su potencia hasta los 136 CV. Una de las bazas más importantes del propulsor es el par motor de que dispone, con un dato máximo de 31,4 mkg. Gracias al par, cuyo empuje ya se nota desde la parte más baja del cuentavueltas, el Mitsubishi L200 afronta obstáculos en recorridos off-road de manera más que aceptable (más adelante te hablamos de su comportamiento, tanto en carretera como en campo). Para transmitir la potencia al eje trasero –se trata de un propulsión trasera cuando funciona en la modalidad 4x2-, Mitsubishi ha optado por dos cajas de cambio: una transmisión manual de cinco velocidades y una automática de cuatro relaciones –esta última sólo se puede asociar a los acabados Intense e Instyle, los más altos-.Aunque el motor no se haya cambiado, además del nuevo diseño, los responsables de la marca nipona han incorporado a este Mitsubishi L200 más seguridad activa y pasiva (ha obtenido cuatro estrellas EuroNCAP) y mejoras significativas en lo que a confort se refiere: respaldos reclinables en la segunda fila de asientos y una ventanilla eléctrica para acceder desde el habitáculo a la caja de carga, por ejemplo.Mitsubishi ha definido, volviendo al principio, dos conceptos de producto:

ACT: o Active Commercial Truck, en el sentido de que proporciona toda la funcionalidad que se le puede pedir a un vehículo de trabajo, especialmente indicado en el caso de la variante con cabina simple.

ART: o Active Recreational Truck, además de mantener las funcionalidades propias de un vehículo pick-up, también explora una nueva dirección para uso personal y el tiempo libre. Se aplica a las variantes Cabina Club y Doble Cabina.

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Dos son los horizontes que Mitsubishi no ha perdido de vista durante el desarrollo del nuevo vehículo. Por un lado, este pick-up debía ser funcional y servir para trabajar; por otro, tenía que reunir características suficientes para ser un vehículo recreacional (destinado al ocio). El nuevo L200 es un pick-up sorprendentemente bello. Y decimos “sorprendentemente", porque no es muy común que los vehículos destinados, al menos en teoría, a carga destaquen por sus atractivas líneas. Sin embargo, en Mitsubishi tienen muy claro que el diseño de su nuevo pick-up es una de las bazas más importantes del producto. Las líneas redondeadas destacan, sobre todo si las comparamos con la anterior generación del modelo, cuyos trazos eran mucho más rectos, más sobrios, más abrupto en definitiva. El L200 se ha suavizado. Si lo miramos de frente, nos recuerda al frontal del Colt, con esa "media sonrisa" en el rostro y esos faros amplios. Y en el centro, el logotipo de los tres diamantes. Quizás sea en el perfil donde mayores cambios se notan: la línea que cae desde el techo separando el habitáculo de la caja de carga que lo envuelve; antes, simplemente, lo dividía como con un golpe seco.En la trasera también se notan las nuevas ondulaciones que lo invaden todo. Los pilotos se han recolocado, ahora son más grandes y el logotipo de la marca preside el portón. A España llegarán tres carrocerías (single cab, club cab y double cab). En la galería que te ofrecemos a continuación puedes ver en qué se diferencian cada una de ellas.

A grandes rasgos, encontramos un habitáculo de cinco plazas (doble), de cuatro (las dos traseras muy reducidas, en el club) y de dos (simple). Combinando estas carrocerías y cuatro posibles acabados (Inform, Invite, Intensive e Instyle), obtenemos seis versiones para el mercado español, porque no todas las configuraciones se asocian a todos los acabados. Las diferencias entre unas y otras son las relativas a equipamiento, ya que la mecánica es compartida en todos los casos y ya la conocemos. El nuevo L200 lleva el mismo bloque motor que la generación anterior: el conocido 2.5 turbodiésel, que anuncia 136 CV de potencia, pero que ha sido adaptado con common rail para cumplir la normativa medioambiental Euro IV y aumentar su potencia hasta los 136 CV. Una de las bazas más importantes del propulsor es el par motor de que dispone, con un dato máximo de 31,4 mkg. Gracias al par, cuyo empuje ya se nota desde la parte más baja del cuentavueltas, el Mitsubishi L200 afronta obstáculos en recorridos off-road de manera más que aceptable (más adelante te hablamos de su comportamiento, tanto en carretera como en campo). Para transmitir la potencia al eje trasero –se trata de un propulsión trasera cuando funciona en la modalidad 4x2-, Mitsubishi ha optado por dos cajas de cambio: una transmisión manual de cinco velocidades y una automática de cuatro relaciones –esta última sólo se puede asociar a los acabados Intense e Instyle, los más altos-.Aunque el motor no se haya cambiado, además del nuevo diseño, los responsables de la marca nipona han incorporado a este Mitsubishi L200 más seguridad activa y pasiva (ha obtenido cuatro estrellas EuroNCAP) y mejoras significativas en lo que a confort se refiere: respaldos reclinables en la segunda fila de asientos y una ventanilla eléctrica para acceder desde el habitáculo a la caja de carga, por ejemplo.Mitsubishi ha definido, volviendo al principio, dos conceptos de producto:

ACT: o Active Commercial Truck, en el sentido de que proporciona toda la funcionalidad que se le puede pedir a un vehículo de trabajo, especialmente indicado en el caso de la variante con cabina simple.

ART: o Active Recreational Truck, además de mantener las funcionalidades propias de un vehículo pick-up, también explora una nueva dirección para uso personal y el tiempo libre. Se aplica a las variantes Cabina Club y Doble Cabina.

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Dos son los horizontes que Mitsubishi no ha perdido de vista durante el desarrollo del nuevo vehículo. Por un lado, este pick-up debía ser funcional y servir para trabajar; por otro, tenía que reunir características suficientes para ser un vehículo recreacional (destinado al ocio). El nuevo L200 es un pick-up sorprendentemente bello. Y decimos “sorprendentemente", porque no es muy común que los vehículos destinados, al menos en teoría, a carga destaquen por sus atractivas líneas. Sin embargo, en Mitsubishi tienen muy claro que el diseño de su nuevo pick-up es una de las bazas más importantes del producto. Las líneas redondeadas destacan, sobre todo si las comparamos con la anterior generación del modelo, cuyos trazos eran mucho más rectos, más sobrios, más abrupto en definitiva. El L200 se ha suavizado. Si lo miramos de frente, nos recuerda al frontal del Colt, con esa "media sonrisa" en el rostro y esos faros amplios. Y en el centro, el logotipo de los tres diamantes. Quizás sea en el perfil donde mayores cambios se notan: la línea que cae desde el techo separando el habitáculo de la caja de carga que lo envuelve; antes, simplemente, lo dividía como con un golpe seco.En la trasera también se notan las nuevas ondulaciones que lo invaden todo. Los pilotos se han recolocado, ahora son más grandes y el logotipo de la marca preside el portón. A España llegarán tres carrocerías (single cab, club cab y double cab). En la galería que te ofrecemos a continuación puedes ver en qué se diferencian cada una de ellas.

A grandes rasgos, encontramos un habitáculo de cinco plazas (doble), de cuatro (las dos traseras muy reducidas, en el club) y de dos (simple). Combinando estas carrocerías y cuatro posibles acabados (Inform, Invite, Intensive e Instyle), obtenemos seis versiones para el mercado español, porque no todas las configuraciones se asocian a todos los acabados. Las diferencias entre unas y otras son las relativas a equipamiento, ya que la mecánica es compartida en todos los casos y ya la conocemos. El nuevo L200 lleva el mismo bloque motor que la generación anterior: el conocido 2.5 turbodiésel, que anuncia 136 CV de potencia, pero que ha sido adaptado con common rail para cumplir la normativa medioambiental Euro IV y aumentar su potencia hasta los 136 CV. Una de las bazas más importantes del propulsor es el par motor de que dispone, con un dato máximo de 31,4 mkg. Gracias al par, cuyo empuje ya se nota desde la parte más baja del cuentavueltas, el Mitsubishi L200 afronta obstáculos en recorridos off-road de manera más que aceptable (más adelante te hablamos de su comportamiento, tanto en carretera como en campo). Para transmitir la potencia al eje trasero –se trata de un propulsión trasera cuando funciona en la modalidad 4x2-, Mitsubishi ha optado por dos cajas de cambio: una transmisión manual de cinco velocidades y una automática de cuatro relaciones –esta última sólo se puede asociar a los acabados Intense e Instyle, los más altos-.Aunque el motor no se haya cambiado, además del nuevo diseño, los responsables de la marca nipona han incorporado a este Mitsubishi L200 más seguridad activa y pasiva (ha obtenido cuatro estrellas EuroNCAP) y mejoras significativas en lo que a confort se refiere: respaldos reclinables en la segunda fila de asientos y una ventanilla eléctrica para acceder desde el habitáculo a la caja de carga, por ejemplo.Mitsubishi ha definido, volviendo al principio, dos conceptos de producto:

ACT: o Active Commercial Truck, en el sentido de que proporciona toda la funcionalidad que se le puede pedir a un vehículo de trabajo, especialmente indicado en el caso de la variante con cabina simple.

ART: o Active Recreational Truck, además de mantener las funcionalidades propias de un vehículo pick-up, también explora una nueva dirección para uso personal y el tiempo libre. Se aplica a las variantes Cabina Club y Doble Cabina.

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Dos son los horizontes que Mitsubishi no ha perdido de vista durante el desarrollo del nuevo vehículo. Por un lado, este pick-up debía ser funcional y servir para trabajar; por otro, tenía que reunir características suficientes para ser un vehículo recreacional (destinado al ocio). El nuevo L200 es un pick-up sorprendentemente bello. Y decimos “sorprendentemente", porque no es muy común que los vehículos destinados, al menos en teoría, a carga destaquen por sus atractivas líneas. Sin embargo, en Mitsubishi tienen muy claro que el diseño de su nuevo pick-up es una de las bazas más importantes del producto. Las líneas redondeadas destacan, sobre todo si las comparamos con la anterior generación del modelo, cuyos trazos eran mucho más rectos, más sobrios, más abrupto en definitiva. El L200 se ha suavizado. Si lo miramos de frente, nos recuerda al frontal del Colt, con esa "media sonrisa" en el rostro y esos faros amplios. Y en el centro, el logotipo de los tres diamantes. Quizás sea en el perfil donde mayores cambios se notan: la línea que cae desde el techo separando el habitáculo de la caja de carga que lo envuelve; antes, simplemente, lo dividía como con un golpe seco.En la trasera también se notan las nuevas ondulaciones que lo invaden todo. Los pilotos se han recolocado, ahora son más grandes y el logotipo de la marca preside el portón. A España llegarán tres carrocerías (single cab, club cab y double cab). En la galería que te ofrecemos a continuación puedes ver en qué se diferencian cada una de ellas.

A grandes rasgos, encontramos un habitáculo de cinco plazas (doble), de cuatro (las dos traseras muy reducidas, en el club) y de dos (simple). Combinando estas carrocerías y cuatro posibles acabados (Inform, Invite, Intensive e Instyle), obtenemos seis versiones para el mercado español, porque no todas las configuraciones se asocian a todos los acabados. Las diferencias entre unas y otras son las relativas a equipamiento, ya que la mecánica es compartida en todos los casos y ya la conocemos. El nuevo L200 lleva el mismo bloque motor que la generación anterior: el conocido 2.5 turbodiésel, que anuncia 136 CV de potencia, pero que ha sido adaptado con common rail para cumplir la normativa medioambiental Euro IV y aumentar su potencia hasta los 136 CV. Una de las bazas más importantes del propulsor es el par motor de que dispone, con un dato máximo de 31,4 mkg. Gracias al par, cuyo empuje ya se nota desde la parte más baja del cuentavueltas, el Mitsubishi L200 afronta obstáculos en recorridos off-road de manera más que aceptable (más adelante te hablamos de su comportamiento, tanto en carretera como en campo). Para transmitir la potencia al eje trasero –se trata de un propulsión trasera cuando funciona en la modalidad 4x2-, Mitsubishi ha optado por dos cajas de cambio: una transmisión manual de cinco velocidades y una automática de cuatro relaciones –esta última sólo se puede asociar a los acabados Intense e Instyle, los más altos-.Aunque el motor no se haya cambiado, además del nuevo diseño, los responsables de la marca nipona han incorporado a este Mitsubishi L200 más seguridad activa y pasiva (ha obtenido cuatro estrellas EuroNCAP) y mejoras significativas en lo que a confort se refiere: respaldos reclinables en la segunda fila de asientos y una ventanilla eléctrica para acceder desde el habitáculo a la caja de carga, por ejemplo.Mitsubishi ha definido, volviendo al principio, dos conceptos de producto:

ACT: o Active Commercial Truck, en el sentido de que proporciona toda la funcionalidad que se le puede pedir a un vehículo de trabajo, especialmente indicado en el caso de la variante con cabina simple.

ART: o Active Recreational Truck, además de mantener las funcionalidades propias de un vehículo pick-up, también explora una nueva dirección para uso personal y el tiempo libre. Se aplica a las variantes Cabina Club y Doble Cabina.

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Dos son los horizontes que Mitsubishi no ha perdido de vista durante el desarrollo del nuevo vehículo. Por un lado, este pick-up debía ser funcional y servir para trabajar; por otro, tenía que reunir características suficientes para ser un vehículo recreacional (destinado al ocio). El nuevo L200 es un pick-up sorprendentemente bello. Y decimos “sorprendentemente", porque no es muy común que los vehículos destinados, al menos en teoría, a carga destaquen por sus atractivas líneas. Sin embargo, en Mitsubishi tienen muy claro que el diseño de su nuevo pick-up es una de las bazas más importantes del producto. Las líneas redondeadas destacan, sobre todo si las comparamos con la anterior generación del modelo, cuyos trazos eran mucho más rectos, más sobrios, más abrupto en definitiva. El L200 se ha suavizado. Si lo miramos de frente, nos recuerda al frontal del Colt, con esa "media sonrisa" en el rostro y esos faros amplios. Y en el centro, el logotipo de los tres diamantes. Quizás sea en el perfil donde mayores cambios se notan: la línea que cae desde el techo separando el habitáculo de la caja de carga que lo envuelve; antes, simplemente, lo dividía como con un golpe seco.En la trasera también se notan las nuevas ondulaciones que lo invaden todo. Los pilotos se han recolocado, ahora son más grandes y el logotipo de la marca preside el portón. A España llegarán tres carrocerías (single cab, club cab y double cab). En la galería que te ofrecemos a continuación puedes ver en qué se diferencian cada una de ellas.

A grandes rasgos, encontramos un habitáculo de cinco plazas (doble), de cuatro (las dos traseras muy reducidas, en el club) y de dos (simple). Combinando estas carrocerías y cuatro posibles acabados (Inform, Invite, Intensive e Instyle), obtenemos seis versiones para el mercado español, porque no todas las configuraciones se asocian a todos los acabados. Las diferencias entre unas y otras son las relativas a equipamiento, ya que la mecánica es compartida en todos los casos y ya la conocemos. El nuevo L200 lleva el mismo bloque motor que la generación anterior: el conocido 2.5 turbodiésel, que anuncia 136 CV de potencia, pero que ha sido adaptado con common rail para cumplir la normativa medioambiental Euro IV y aumentar su potencia hasta los 136 CV. Una de las bazas más importantes del propulsor es el par motor de que dispone, con un dato máximo de 31,4 mkg. Gracias al par, cuyo empuje ya se nota desde la parte más baja del cuentavueltas, el Mitsubishi L200 afronta obstáculos en recorridos off-road de manera más que aceptable (más adelante te hablamos de su comportamiento, tanto en carretera como en campo). Para transmitir la potencia al eje trasero –se trata de un propulsión trasera cuando funciona en la modalidad 4x2-, Mitsubishi ha optado por dos cajas de cambio: una transmisión manual de cinco velocidades y una automática de cuatro relaciones –esta última sólo se puede asociar a los acabados Intense e Instyle, los más altos-.Aunque el motor no se haya cambiado, además del nuevo diseño, los responsables de la marca nipona han incorporado a este Mitsubishi L200 más seguridad activa y pasiva (ha obtenido cuatro estrellas EuroNCAP) y mejoras significativas en lo que a confort se refiere: respaldos reclinables en la segunda fila de asientos y una ventanilla eléctrica para acceder desde el habitáculo a la caja de carga, por ejemplo.Mitsubishi ha definido, volviendo al principio, dos conceptos de producto:

ACT: o Active Commercial Truck, en el sentido de que proporciona toda la funcionalidad que se le puede pedir a un vehículo de trabajo, especialmente indicado en el caso de la variante con cabina simple.

ART: o Active Recreational Truck, además de mantener las funcionalidades propias de un vehículo pick-up, también explora una nueva dirección para uso personal y el tiempo libre. Se aplica a las variantes Cabina Club y Doble Cabina.

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A grandes rasgos, encontramos un habitáculo de cinco plazas (doble), de cuatro (las dos traseras muy reducidas, en el club) y de dos (simple). Combinando estas carrocerías y cuatro posibles acabados (Inform, Invite, Intensive e Instyle), obtenemos seis versiones para el mercado español, porque no todas las configuraciones se asocian a todos los acabados. Las diferencias entre unas y otras son las relativas a equipamiento, ya que la mecánica es compartida en todos los casos y ya la conocemos. El nuevo L200 lleva el mismo bloque motor que la generación anterior: el conocido 2.5 turbodiésel, que anuncia 136 CV de potencia, pero que ha sido adaptado con common rail para cumplir la normativa medioambiental Euro IV y aumentar su potencia hasta los 136 CV. Una de las bazas más importantes del propulsor es el par motor de que dispone, con un dato máximo de 31,4 mkg. Gracias al par, cuyo empuje ya se nota desde la parte más baja del cuentavueltas, el Mitsubishi L200 afronta obstáculos en recorridos off-road de manera más que aceptable (más adelante te hablamos de su comportamiento, tanto en carretera como en campo). Para transmitir la potencia al eje trasero –se trata de un propulsión trasera cuando funciona en la modalidad 4x2-, Mitsubishi ha optado por dos cajas de cambio: una transmisión manual de cinco velocidades y una automática de cuatro relaciones –esta última sólo se puede asociar a los acabados Intense e Instyle, los más altos-.Aunque el motor no se haya cambiado, además del nuevo diseño, los responsables de la marca nipona han incorporado a este Mitsubishi L200 más seguridad activa y pasiva (ha obtenido cuatro estrellas EuroNCAP) y mejoras significativas en lo que a confort se refiere: respaldos reclinables en la segunda fila de asientos y una ventanilla eléctrica para acceder desde el habitáculo a la caja de carga, por ejemplo.Mitsubishi ha definido, volviendo al principio, dos conceptos de producto:

ACT: o Active Commercial Truck, en el sentido de que proporciona toda la funcionalidad que se le puede pedir a un vehículo de trabajo, especialmente indicado en el caso de la variante con cabina simple.

ART: o Active Recreational Truck, además de mantener las funcionalidades propias de un vehículo pick-up, también explora una nueva dirección para uso personal y el tiempo libre. Se aplica a las variantes Cabina Club y Doble Cabina.