Hay de todo. Unos opinan que es precioso, y otros que se parece demasiado al pequeño SLK, perdiendo exclusividad y encanto. Razón no les falta, sobre todo si lo ves en fotos; sea como fuere, el caso es que cuando tienes el coche delante esto te da igual. Sus proporciones, el diseño, la estrella... pocos podrán negar de la imponente presencia de esta nueva generación de uno de los iconos de Mercedes, que este año se acerca a los sesenta años de vida. Más antiguo incluso que el Porsche 911, el sexto "Sport Leicht" (Deportivo Ligero en alemán) renace con un bastidor hecho casi por completo en aluminio –con tubos de acero en los montantes del parabrisas y magnesio atrás, protegiendo el depósito de combustible–. Es el primer coche de aluminio que Mercedes lleva a la producción a gran escala, de ahí que para la marca suponga algo más que la continuación de un mito.
El anterior SL ya destacaba por una excelente protección aerodinámica y un buen control de la temperatura interior, detalle que ahora incluso ha mejorado. Para ello es necesario que pidas el extra del Airscarf –bufanda de aire–, el paravientos eléctrico y los asientos calefactados, que además son ventilados. Tendrás que pagar un extra de 2.570 euros, pero te aseguro que los habrás amortizado el primer día de invierno que decidas abrir el techo. Olvídate de gorra o pañuelo en la cabeza, sube las cuatro ventanas y el paravientos eléctrico. Pon la calefacción a tu gusto, el Airscarf en marcha y los asientos calefactados con el respaldo más caliente que la banqueta y a disfrutar, que no pasarás frío ni llegarás despeinado a tu cita; haz la prueba.
El nuevo SL es de esos coches que te van enamorando cada día. Es cierto que si optas por esta versión 500 y encima le añades los 25.000 euros en extras con los que contaba nuestra unidad, de los cuales 9.300 euros sólo en el estético kit AMG, muy mal tendrían que haberlo hecho para que no te gustase. Sin embargo, hay una buena base y es posible que la mayoría de futuros compradores, si no llegan a los 160.000 euros de nuestra unidad, sí se gasten más de los 135.000 que cuesta inicialmente, debido a su interesante –y también cara– lista de extras.
Está animado por un motor gasolina V8 de
De serie viene con los amortiguadores de dureza variable, que se pueden cambiar por el sistema ABC (Active Body Control) que estabiliza la carrocería mediante un conjunto de muelle/amortiguador neumático. Es un extra caro –4.307 euros– pero recomendable. Absorbe muy bien las regularidades, evita balanceo de la carrocería y cambia sus leyes de trabajo en función de la velocidad. No tiene las posibilidades de un sistema hidroneumático como el de Citroën pero se adapta mejor a un uso deportivo y también permite elevar la altura de la carrocería a baja velocidad; personalmente me gusta más, puesto que transmite mucho mejor la llegada al límite de adherencia de los neumáticos.
El comportamiento es bueno, aunque ligeramente variable en función de si el techo está abierto o cerrado –hay cambios de rigidez y de reparto de pesos, que sólo se aprecian con más inercia trasera al límite–. En cualquiera de las dos situaciones admite el uso deportivo que su motor, sin estrés, puede proporcionar. Tiene un tren delantero muy obediente, firma de la casa y con dirección de asistencia eléctrica variable, que difícilmente verás subvirar.
Atrás hay tracción hasta que te excedes con el acelerador, momento en el que el control de tracción te ayuda a no cometer errores, con suavidad si te has pasado un poco y con autoridad si has sido muy exigente. Podría haber mejorado con un autoblocante, pero se habrían estropeado sus cualidades de coche fácil; mejor eso para el AMG.
Esta unidad lleva el "Paquete de Asistencia a
Sintonía V8
Conducir este SL es una delicia por el elegante sonido de su V8, la suavidad con la que se mueve, la precisión que transmite y lo confortable que es. Dentro de la capota metálica tiene dos opciones de techo solar, una de cristal con una cortinilla –1.022 euros– y otra con transparencia variable –3.650 euros–; para todos los gustos. Otro extra interesante y que yo pondría si se vive en zona fría son los limpiaparabrisas activos calefactados; el agua "caliente" sale desde ellos, y no desde el capó, y cambiando su dirección de salida en función del movimiento.
Se viaja cómodo y el maletero permite llevar bultos grandes –caben dos juegos de palos de golf con las maderas fuera–. Una vez abierto el techo, se pueden guardar dos maletas tamaño cabina de avión. Tras los asientos hay dos guanteras interesantes, aunque ahí no cabe equipaje. Puede que no tengas la necesidad de ir descapotado en invierno por la noche, pero te aseguro que se puede. Yo lo hice para contártelo. Eso sí, los del coche de al lado te mirarán perplejos; ni se imaginan lo calentito que vas.