Media hora de conducción es suficiente para reconocer que Mercedes ha hecho sus deberes. No esperábamos menos: confort, suavidad, suficiente potencia, diseño y calidades muy cuidadas, equipamiento innovador… Pero no, el nuevo Mercedes EQA no es sólo un coche eléctrico más, abre también una nueva frontera en relación hombre/máquina y máquina/entorno, a día de hoy, vital para que un vehículo eléctrico de autonomía media se pueda convertir en un verdadero medio de transporte. El Mercedes EQA no está directamente ligado a la familia GLA de la marca, pero sí deriva estructuralmente de él… Con muchos cambios, como te puedes imaginar. Las dimensiones de este nuevo modelo son, por tanto, semejantes.

Mide 4,46 m de longitud, 1,83 de anchura y 1,62 m de alto. Tiene 200 mm de altura libre al suelo, una batalla de 2,73 m con vías de 1,58 m por cada eje. Compacto, pero voluminoso para garantizar la vida a bordo sin sacrificar cualidades aerodinámicas, aspecto en el que Mercedes ha puesto gran atención antes incluso de definir al completo la silueta con sus correspondientes apéndices y elementos específicos. El Mercedes EQA no sacrifica espacio a bordo respecto al GLA aunque tal vez, dado el nivel de “transformación” de vehículo térmico a eléctrico, se hubiera agradecido disponer de un piso completamente plano en las plazas posteriores —se mantiene un pequeño túnel de transmisión—, pero metro en mano, las cotas internas son semejantes entre uno y otro coches, asegurando por tanto la polivalencia de uso, con buen espacio en cantidad y calidad. El maletero, por su parte, ve reducida la capacidad debido a la incorporación de nuevos elementos mecánicos que roban altura al compartimento de carga, limitando su volumen a 340 litros, 45 menos que el GLA 250e híbrido enchufable. Los GLA térmicos tienen un volumen que varía entre los 425 litros de los 4Matic y los 435 litros las versiones de dos ruedas motrices.

Mercedes EQA 250. Hablemos de motores, baterías, rendimientos y futuras versiones
El Mercedes EQA admite pedidos en nuestro mercado a partir de febrero, aunque los vehículos no se entregarán a sus clientes hasta finales de marzo. Los precios son, aún, una incógnita. El primer EQA que podrás comprar es un 250. Resumiendo esta versión a cifras, dispone de 140 kW —190 CV—, 375 Nm de par, baterías de 66,5 kWh, 426 km de autonomía y un consumo medio de 17,7 kWh/100 km en base a WLTP. Pero las particularidades de Mercedes comienzan con las características del propulsor. El planteamiento técnico es una disposición de tracción delantera con el motor principal en el eje delantero siempre de tipo asíncrono. Las versiones de tracción total 4Matic incorporarán un segundo motor eléctrico de tipo síncrono con imanes permanentes en el eje posterior junto con una potencia unidad de control para gestionar a la carga el reparto de tracción. Si bien, en los 4Matic, el motor trasero será la unidad de potencia destinada para circular a bajas velocidades, mejorando la eficiencia conjunta del sistema.
El EQA dispondrá de diferentes versiones en un futuro, al menos dos más siempre partiendo del EQA 250 que se lanzarán a medio plazo. Una de ellas tendrá más de 200 kW y será de tracción a las cuatro ruedas, la otra será otro tracción delantera con una autonomía superior a los 500 km. Mercedes ha comunicado que el aumento de autonomía del EQA derivará de una afinación sistemática de todos los elementos del vehículo y no necesariamente de un aumento del tamaño de las baterías, pero desconocemos los detalles exactos de esas dos nuevas variantes que se incorporarán en un futuro.

Las baterías del Mercedes EQA 250 están ubicadas, como es habitual, en el piso del vehículo, pero tienen una concepción también especial. Se componen de 5 módulos, el primero de ellos —en sentido de la macha— ubicado prácticamente bajo la cabina y especialmente protegido antes impactos. El armazón que sustenta la batería es también especial en tanto en cuanto es un elemento estructural más de la arquitectura, algo que hasta ahora sólo lo habían anunciado marcas partiendo de plataformas específicamente desarrolladas para vehículos eléctricos. Los 5 módulos integran 200 celdas en total y el paquete una tensión nominal de 420 voltios. La toma de carga es de tipo CCS, dispone de un cargador embarcado de 11 kW para cargas a corriente alterna y admite hasta 100 kW en puntos de carga rápido en corriente continua —del 10 al 80% en media hora—. La batería dispone de una fina lámina en la zona inferior por que la discurre líquido refrigerante para mantenerla a la temperatura óptima, pudiendo intercambiar calor residual con el habitáculo mediante una bomba de calor. Mercedes contempla diferentes estrategias para llegar más lejos empleando menos energía, pero también para acelerar los procesos de carga aprovechando el nuevo sistema de navegación Electric Intelligence. Entre esas medidas, cabe señalar, por el ejemplo, el preacondicionamiento del habitáculo y baterías programando el momento de partir, el ya citado intercambio de calor sobre la marcha entre los componentes eléctricos del vehículo y el habitáculo, pero también acondicionando la batería durante la ruta para que al llegar el punto de carga la batería esté en el estado óptimo de temperatura y pueda admitir la máxima velocidad de carga, ya que una temperatura demasiado alta o baja requiere de un primer proceso de “atemperado” antes de que la batería comience realmente a recibir kW.

La batería es también uno de los apéndices aerodinámicos del coche. Es totalmente plana conformando un carenado inferior prácticamente sellado. Todos los nuevos elementos estructurales están dispuestos en sentido longitudinal para evitar también la resistencia del aire. Destacan además los nuevos deflectores delanteros y traseros, la calandra delantera completamente sellada o la inferior con persianas que abren o cierran en función de la necesidad de aire fresco. También las ruedas tienen un diseño especial, pueden ser de hasta 20 pulgadas con un diseño tricolor. Mercedes ha alcanzado un coeficiente aerodinámico de 0,28, valor previamente estimado a través de cálculos matemáticos.
El confort, la ausencia de ruidos y, sobre todo, poder eclipsar las altas frecuencias que producen los motores eléctricos ha sido un aspecto casi obsesivo para Mercedes. En el EQA, se ha trabajado desde el esqueleto hacia la carrocería, en lugar de tener que corregir mediante material fonoabsorbente posibles lagunas de diseño. Para estos objetivos, Mercedes ha aislado el motor, los trenes de rodaje o la batería de la estructura mediante bastidores y elementos de unión específicos.
Mercedes EQA250. Electric Intelligent, el navegador que no podrás vivir sin él
Integrado en el ecosistema MBUX —Mercedes Benz User Experience—, el navegador Electric Intelligent es un potente asistente de ruta para asesorarte del recorrido más rápido posible teniendo en cuanta los puntos de recarga, y además de ello, el estado de los componentes eléctricos si, previo a la carga, hubiera que acondicionar ciertos elementos —como te decía anteriormente, la batería fundamentalmente—. Más allá del recorrido, contempla el perfil de la ruta, el tráfico, los diferentes límites de velocidad además de los posibles desvíos necesarios para dirigirse a puntos de carga, configurando por tanto la ruta más eficiente y rápida en todo momento, con posibles recálculos instantáneos o recomendaciones de consejos y utilización de programas de conducción. Por ejemplo, el sistema te puede indicar si es recomendable quitar la climatización, te indica de las velocidades que tienes que llevar en cada momento para asegurarte alcanzar el punto de carga —lo haría automáticamente en caso de llevar conectad el control de crucero activo Distronic— o incluso, cambiar al modo de conducción ECO, el cual limita el gasto de todos los posibles componentes electrónicos que sean innecesarios y establece también parámetros de entrega de potencia más conservadores.

Clave en toda la estrategia energética es el sistema de recuperación de energía a través del asistente ECO de conducción, el cual combina datos de navegación, reconocimiento de señales de tráfico y diferentes sensores del vehículo. El Mercedes EQA tienen un cambio de una sola velocidad desmultiplicada, pero el modo de recuperación de energía aporta, además de su función como tal, valiosas funciones que ayudan a retener el coche a través del motor. Dispone de cuatro niveles preestablecidos a través de las levas —D+, optimiza el avance por inercia, D, D- y D--, este último con una intensidad de “frenado” tal que casi clava el vehículo. Adicionalmente, dispone también de un modo AUTO que calcula, considerando la ruta y el entorno, la frenada regenerativa que aplica en cada momento. En la toma de contacto que hemos podido realizar ha funcionado siempre de cine, aunque particularmente, prefiero gestionar los niveles a voluntad propia para lograr una conducción más cómoda y fluida, siendo consciente, eso sí, de que probablemente no siga la estrategia más adecuada de cara a la máxima eficiencia… siempre toca renunciar a algo.
Más detalles. Las suspensiones de serie del EQA son de fijas y orientadas al confort, pero opcionalmente se pueden montar las de tipo variable, con ajustes individual por rueda en función del modo de conducción seleccionado. El habitáculo en general y puesto de mandos en particular tiene la misma disposición que un GLA normal, diferenciándose en ciertos gráficos del cuadro de relojes —hay dos versiones, con 7 o 10,25 pulgadas—. Mercedes también ha empleado tonos característicos para la retroiluminación del habitáculo, destacando elementos en azul y oro rosa en diferentes elementos que disponen de iluminación ambiente, variable en 60 posibles tonalidades. Hay diferentes estilos que se distinguen por elementos exteriores e interiores, partiendo del nivel báscico Progressive, siendo opcionales los acabados Electric Art y AMG line o el paquete específico Night. Durante el primer año estará a la venta una exclusiva versión especial denominada Edition 1, con un equipamiento muy abundante en materia de confort o seguridad y una estética basada en la calandra Black Panel del kit AMG o llantas de 20 pulgadas, aunque de base, el Mercedes EQA ya cuenta con un equipamiento de los más sofisticado y completo. Básicamente, el EQA dispone de los mismos elementos que el GLA equivalente y las mismas opciones en cuanto a asistentes de seguridad.

Mercedes EQA. Últimos detalles, y a conducir
Aunque la silueta es muy parecida, vas a distinguir a un EQA de un GLA muy fácilmente. Lo primero, por la ya citada parrilla de grandes dimensiones con la estrella de la marca en el centro. Lo segundo, por los nuevos faros y elementos de iluminación adicional, exclusivos de la familia EQ. Delante, una tira de fibra óptima conecta horizontalmente las luces diurnas, confirmado una firma luminosa característica. Atrás, otra banda cruza el portón de lado a lado conectado los grupos ópticos, proporcionando sensación de músculo, volumen y anchura a la zaga. El portón, por cierto, puede tener apertura eléctrica.
Mercedes me ha dado la oportunidad de conducir el nuevo EQA 250 durante 30 minutos justos. Al haberlo hecho un día antes de que se desvelara en todo el mundo, pude conducir un coche parcialmente camuflado que ocultaba, fundamentalmente, el diseño final de faros, logo y calandra. El habitáculo estaba completamente al descubierto y la única condición es que no podía fotografiar el ordenador de viaje con su variación de autonomía, pero el coche en sí era estrictamente de producción y no un prototipo. Esta unidad disponía de neumáticos de invierno, algo que, aunque las carreteras estaban casi totalmente despejadas, pude agradecer en determinados momentos, especialmente al circular por calles aún con abundante nieve o hielo. A bordo, salvo por la ausencia casi total de ruido, es como conducir un GLA: todo está en el mismo sitio, todo está muy bien ordenado, por cierto, y si ya tienes experiencia para configurar las diferentes pantallas, especialmente el cuadro de relojes, apenas tardas 10 segundos para poner la vista y parámetros que más que interesen, todo ello desde dos botones capacitivos del volante.
Lo que más me llamó la atención es la suavidad del motor. Frente a la habitual respuesta de otros motores eléctricos, cuya aceleración y entrega de potencia a baja velocidad es a veces demasiado espontánea, el Mercedes EQA 250 resulta especialmente delicado y delicioso para desplazamientos a baja velocidad. Esto no significa que el Mercedes EQA no tenga una respuesta poderosa, y aunque inicialmente no me ha dado la sensación de empujar con la contundencia que lo hacer un buen motor Mercedes de 190 CV, especialmente si es uno de sus Diesel, sí gana velocidad de forma solvente —siempre muy lineal, su principal característica— para poder incorporarse con seguridad a una vía o aumentar fácilmente la velocidad en autopista. Su límite, 160 km/h, velocidad a la que llega sin variar su intensidad de empuje, limitando la potencia a partir de ese momento. El ruido del propulsor es sólo perceptible cuando gira a altas revoluciones, pero para nada molesto. He querido poner especial atención en otros ruidos que un coche de combustión pasa a un segundo plano, como por ejemplo, la fricción de los frenos, apenas perceptible. El ruido de rodarura de los neumáticos e incluso las salpicaduras de agua contra los pasos de rueda parece estar también muy bien aislado.

Como antes he comentado, la frenada regenerativa tiene niveles con una intensidad brutal, hasta tal punto de que hay que plantearse mirar bien por el espejo antes de levantar el pie del acelerador. En su otro extremo, la capacidad de planeo sin requerir energía es brutal cuando las condiciones de trazado son favorables: plano o bajada. A parte de estas primeras sensaciones mecánicas, durante la prueba he tenido más oportunidad de probar diferentes asistentes electrónicos que el chasis en sí. El control de tracción, por ejemplo, no limita en exceso la potencia del coche, sino que primeramente, deja que la posible adherencia de los neumáticos, repartiendo el par en la rueda adecuada, haga inicialmente su trabajo. No da la sensación de ser un coche pesado ni tampoco especialmente ágil, pero en todo momento me ha resultado muy agradable de conducir, algo que, junto con la característica entrega de potencia del motor, hace que este nuevo Mercedes EQA 250 sea un coche especialmente agradable de usar a diario. No ha sido un recorrido en el que haya tenido oportunidad de verificar una cifra de consumo mínimamente representativa, pero parece otro de los platos fuertes del modelo y de la familia EQ en general. La próxima parada, en materia de electrificación, será un Mercedes EQB, técnicamente semejante al EQA, el nuevo buque insignia de la marca, el EQS. Seguiremos informando ya que, en nada, podremos hablaros de precios definitivos.