El nuevo modelo de Mazda desembarca en Europa para redorar los blasones de su victoria en las 24 Horas de Le Mans de 1991. Argumentos para conseguir tal objetivo los ofrece con largueza: motores brillantes y un chasis irreprochable, a los que se añaden una destacable amplitud interior y un estilo distintivo, con personalidad. A cambio cuesta algo más caro que un Mondeo, contrariamente a lo que ocurre en Gran Bretaña donde es más barato que el Ford.
Mazda habla de un nuevo ADN para sus productos a partir de esta berlina, que inicia una nomenclatura diferente con los futuros Mazda2 y Mazda3 en el horizonte. Por su parte, los deportivos MX y los rotativos RX seguirán con la identificación tradicional.
La voluntad de cambio no se limita al nombre, y la filosofía del producto tiende a una mayor brillantez dinámica sin olvidar la fina ingeniería tradicional, ingeniería que en este caso recupera soluciones probadas con éxito por Ford, pero que también se distingue adicionalmente por multitud de detalles Mazda: sincros del cambio recubiertos en su perímetro interno con fibra de carbono, colector de escape 4-2-1, bomba de inyección Denso en el motor Diesel, árboles de equilibrado y distribución variable S-VT en los motores 2.3, amortiguadores de gas Kayaba, etc. Pero los cambios estructurales son los que realmente identifican al Mazda6 y marcan la base de su personalidad: una plataforma propia, diseñada con semiesferas en el suelo para disminuir los niveles de ruidos y vibraciones; una distancia entre ejes ocho centímetros más corta que la del Ford Mondeo para propiciar una manejabilidad de berlina deportiva; y una suspensión delantera de paralelogramo deformable, inspirada en la del Mazda 929, con brazo transversal y brazo oblicuo inferiores, unidos por un sólido portabujes a una horquilla superior, para que el comportamiento sea óptimo. Tres particularidades que en conjunto distinguen al Mazda6 de las berlinas medio-altas de gran difusión.
El nuevo modelo de Mazda desembarca en Europa para redorar los blasones de su victoria en las 24 Horas de Le Mans de 1991. Argumentos para conseguir tal objetivo los ofrece con largueza: motores brillantes y un chasis irreprochable, a los que se añaden una destacable amplitud interior y un estilo distintivo, con personalidad. A cambio cuesta algo más caro que un Mondeo, contrariamente a lo que ocurre en Gran Bretaña donde es más barato que el Ford.
Mazda habla de un nuevo ADN para sus productos a partir de esta berlina, que inicia una nomenclatura diferente con los futuros Mazda2 y Mazda3 en el horizonte. Por su parte, los deportivos MX y los rotativos RX seguirán con la identificación tradicional.
La voluntad de cambio no se limita al nombre, y la filosofía del producto tiende a una mayor brillantez dinámica sin olvidar la fina ingeniería tradicional, ingeniería que en este caso recupera soluciones probadas con éxito por Ford, pero que también se distingue adicionalmente por multitud de detalles Mazda: sincros del cambio recubiertos en su perímetro interno con fibra de carbono, colector de escape 4-2-1, bomba de inyección Denso en el motor Diesel, árboles de equilibrado y distribución variable S-VT en los motores 2.3, amortiguadores de gas Kayaba, etc. Pero los cambios estructurales son los que realmente identifican al Mazda6 y marcan la base de su personalidad: una plataforma propia, diseñada con semiesferas en el suelo para disminuir los niveles de ruidos y vibraciones; una distancia entre ejes ocho centímetros más corta que la del Ford Mondeo para propiciar una manejabilidad de berlina deportiva; y una suspensión delantera de paralelogramo deformable, inspirada en la del Mazda 929, con brazo transversal y brazo oblicuo inferiores, unidos por un sólido portabujes a una horquilla superior, para que el comportamiento sea óptimo. Tres particularidades que en conjunto distinguen al Mazda6 de las berlinas medio-altas de gran difusión.
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