Kia Picanto 1.1 EX

¿Creías que lo barato se termina pagando? ¿Buscas un utilitario a buen precio sin renunciar a nada? No te dejes engañar con ofertas, con regalos... ‘‘No piques, no piques, no piques...’’. La solución, Picanto.

Este Picanto le pone voluntad. Su motor responde bien a bajo y medio régimen: lo que vamos a necesitar principalmente para movernos por ciudad. Y sube bien de vueltas. No es un derroche de potencia, pero tampoco te olvides de que se trata de un coche pequeño y ligero. Cada CV tiene que mover sólo unos 13 kilos, pero eso no quiere decir que sea un modelo “alado". Muchos rivales con menos potencia consiguen mejores marcas en su lucha contra el crono. Hay “pequeños" mucho más vivos como el C2 o el Ka (que incluso cuentan con preparaciones para la competición: ahí está el C2 Challenge o el Reto Ka).En autopista, no tenemos por qué resignarnos al carril de la derecha. Sus prestaciones no son impactantes, pero no tiene problemas para mantener las velocidades legales en ningún tipo de trazado. El Picanto se puede mover a ritmos vivos, aunque, si le imprimimos demasiada marcha, se “queja": la sonoridad se dispara a 73 decibelios cuando circulamos a 140 km/h (un nivel molesto, pero no mucho más alto del que sufren sus rivales con mecánicas de similar potencia). Además, los bandazos provocados por las rachas de viento se sienten ligeramente en su interior: no alcanza ni los 900 kilos en báscula, tenlo en cuenta. Por lo demás, tiene un rodar suave y, aunque las suspensiones están orientadas sobre todo al confort de los pasajeros, su comportamiento es noble.Kia ha cuidado mucho la seguridad de este modelo. En esta versión, ofrece ABS de serie, un elemento que, aunque muy necesario, la mayoría cobra aparte o ni siquiera ofrece, al menos en estas versiones “básicas" (como es el caso del C2 o el Matiz). Además, el Picanto incluye frenos de disco en los dos ejes (sus rivales incorporan frenos de tambor en el eje trasero), lo que repercute en las frenadas: según nuestras mediciones, posee las mejores marcas en este apartado y puede presumir de detener el coche tanto a 120 km/h como a 140 km/h cinco o más metros antes que sus rivales. Otro de sus puntos fuertes es el consumo contenido, de los mejores de la categoría. En ciudad, su hábitat natural, se conforma, según nuestras mediciones, con 8 litros cada 100 kilómetros. Muchos de estos coches “pequeños", de precio ajustado, se compran para ir calentitos a la oficina, librarnos de los achuchones del metro o para realizar el trabajo duro del día a día: callejear, hacer recados, llevar a los niños al cole... El Picanto servirá a la perfección para todas estas actividades, pero hay mucho más: permite disfrutar de la conducción porque sí, sin ningún fin. La postura al volante es cómoda. Se ha cuidado la ergonomía del modelo y cuenta con las suficientes regulaciones para adaptar el interior a nuestro gusto. Además, ofrece elementos de coche de más precio, como los elevalunas y retrovisores eléctricos. En esta versión, incluso teníamos aire acondicionado (opcional por 750 euros) y radio con CD (por 225 euros). La visibilidad es buena: la altura del vehículo y de nuestro puesto de conducción nos permite controlar mejor el tráfico que nos rodea.Sin embargo, este Picanto también presenta “lagunas". No tiene control de estabilidad, ni ningún tipo de ayuda electrónica. El volante sólo se regula en altura, pero no lo hace en profundidad. El cuadro de instrumentos no nos aporta toda la información que podamos necesitar: nos tenemos que conformar con el velocímetro, el cuentarrevoluciones y el indicador del nivel de gasolina. Echamos en falta, por ejemplo, el indicador de temperatura. La relación calidad/precio es más que buena. El Picanto no derrocha en nada –ni en calidad, ni en potencia, ni en prestaciones, ni en equipamiento-, pero, sin duda, es mucho más que un coche para salir del paso. Este Picanto le pone voluntad. Su motor responde bien a bajo y medio régimen: lo que vamos a necesitar principalmente para movernos por ciudad. Y sube bien de vueltas. No es un derroche de potencia, pero tampoco te olvides de que se trata de un coche pequeño y ligero. Cada CV tiene que mover sólo unos 13 kilos, pero eso no quiere decir que sea un modelo “alado". Muchos rivales con menos potencia consiguen mejores marcas en su lucha contra el crono. Hay “pequeños" mucho más vivos como el C2 o el Ka (que incluso cuentan con preparaciones para la competición: ahí está el C2 Challenge o el Reto Ka).En autopista, no tenemos por qué resignarnos al carril de la derecha. Sus prestaciones no son impactantes, pero no tiene problemas para mantener las velocidades legales en ningún tipo de trazado. El Picanto se puede mover a ritmos vivos, aunque, si le imprimimos demasiada marcha, se “queja": la sonoridad se dispara a 73 decibelios cuando circulamos a 140 km/h (un nivel molesto, pero no mucho más alto del que sufren sus rivales con mecánicas de similar potencia). Además, los bandazos provocados por las rachas de viento se sienten ligeramente en su interior: no alcanza ni los 900 kilos en báscula, tenlo en cuenta. Por lo demás, tiene un rodar suave y, aunque las suspensiones están orientadas sobre todo al confort de los pasajeros, su comportamiento es noble.Kia ha cuidado mucho la seguridad de este modelo. En esta versión, ofrece ABS de serie, un elemento que, aunque muy necesario, la mayoría cobra aparte o ni siquiera ofrece, al menos en estas versiones “básicas" (como es el caso del C2 o el Matiz). Además, el Picanto incluye frenos de disco en los dos ejes (sus rivales incorporan frenos de tambor en el eje trasero), lo que repercute en las frenadas: según nuestras mediciones, posee las mejores marcas en este apartado y puede presumir de detener el coche tanto a 120 km/h como a 140 km/h cinco o más metros antes que sus rivales. Otro de sus puntos fuertes es el consumo contenido, de los mejores de la categoría. En ciudad, su hábitat natural, se conforma, según nuestras mediciones, con 8 litros cada 100 kilómetros. Muchos de estos coches “pequeños", de precio ajustado, se compran para ir calentitos a la oficina, librarnos de los achuchones del metro o para realizar el trabajo duro del día a día: callejear, hacer recados, llevar a los niños al cole... El Picanto servirá a la perfección para todas estas actividades, pero hay mucho más: permite disfrutar de la conducción porque sí, sin ningún fin. La postura al volante es cómoda. Se ha cuidado la ergonomía del modelo y cuenta con las suficientes regulaciones para adaptar el interior a nuestro gusto. Además, ofrece elementos de coche de más precio, como los elevalunas y retrovisores eléctricos. En esta versión, incluso teníamos aire acondicionado (opcional por 750 euros) y radio con CD (por 225 euros). La visibilidad es buena: la altura del vehículo y de nuestro puesto de conducción nos permite controlar mejor el tráfico que nos rodea.Sin embargo, este Picanto también presenta “lagunas". No tiene control de estabilidad, ni ningún tipo de ayuda electrónica. El volante sólo se regula en altura, pero no lo hace en profundidad. El cuadro de instrumentos no nos aporta toda la información que podamos necesitar: nos tenemos que conformar con el velocímetro, el cuentarrevoluciones y el indicador del nivel de gasolina. Echamos en falta, por ejemplo, el indicador de temperatura. La relación calidad/precio es más que buena. El Picanto no derrocha en nada –ni en calidad, ni en potencia, ni en prestaciones, ni en equipamiento-, pero, sin duda, es mucho más que un coche para salir del paso.