Kia Carens 2.0 CRDI EX

Dicen los entendidos que segundas partes nunca fueron buenas, pero en este caso debemos señalar que se equivocan. La segunda generación del Kia Carens posee una serie de atractivos que lo convierten en un automóvil recomendable. El principal de ellos es el motor. El modelo coreano estrena un propulsor de origen Hyundai (la casa matriz de Kia) que no se queda atrás, tecnológicamente hablando, respecto a otros turbodiésel de la competencia.

Kia Carens 2.0 CRDI EX
Kia Carens 2.0 CRDI EX

Adiós al barroquismo, hola a la mejor calidad
La mejora de esta segunda generación del Carens respecto a la primera, con la que comparte poco más que el nombre, se ve también en el interior. En este espacio, tan poco cuidado últimamente por esta marca, el Carens muestra también su mejor cara. El diseño del salpicadero, bastante moderno, está presidido por una consola con forma de diamante en la que están presentes la radio (con lector de CD y cassette), el aire acondicionado y los accionadores de las luces de niebla y emergencia. En el resto del habitáculo se apuesta por la simplicidad en las líneas y la ausencia de barroquismo, aunque cabe reseñar que, en parte para contrarrestar una guantera no demasiado generosa, el modelo de Kia cuenta con bastantes huecos para depositar objetos: un par bajo la consola central, otro a la izquierda del conductor, tras el freno de mano, en el techo (pensado para las gafas) o en las puertas. Además, la calidad de los plásticos se ha incrementado, aunque son excesivamente duros, y el ajuste de los mismos es bueno. En el lado negativo, tenemos que citar la endeblez de algunos mandos, que no otorgan mucha confianza sobre su durabilidad futura. La postura de conducción, a pesar de carecer el volante de regulación en profundidad, aunque sí en altura; es fácil de lograr para el conductor que, no obstante, no se encontrará con unos asientos demasiado cómodos. A pesar de su tapizado en piel (1.412 euros) y de contar con regulación lumbar, nos han parecido bastante rígidos, que no envuelven demasiado el cuerpo y que en viajes largos pasan factura tanto a espalda como a riñones. Las plazas posteriores cuentan con buenas cotas de habitabilidad en todas sus dimensiones y permiten viajar con gran comodidad a dos ocupantes, la inclusión de una tercera persona es asumible, aunque el confort, evidentemente, disminuye. El Carens, además, cuenta con la opción de configurarse para seis plazas por 301 euros más. El maletero no es de los mejores de la categoría y aunque, gracias al portón, la inserción de objetos es bastante fácil, no ofrece un volumen destacado (422 litros), pero se mantiene en la media. Las citadas plazas traseras "canibalizan" ese espacio. Destaca, no obstante, por tener unos útiles huecos, a modo de cajones, en los laterales y bajo el piso del maletero. Estos ofrecen una capacidad de carga extra y permiten llevar equipaje de menor tamaño que puede moverse en los viajes.El Carens cuenta con un precio bastante atractivo para un vehículo de estas características, que se hace aún más apetitoso si tenemos en cuenta que es Diesel y que posee un descuento, en estos momentos, de 1.500 euros. Así, la versión que hemos probado, la EX (la más alta de gama) posee un precio de tarifa de 18.511 euros (17.011 con la oferta) y cuenta de serie, entre otros, con faros antiniebla, aire acondicionado, airbags de conductor y acompañante, y elevalunas eléctricos delante y detrás. Como opciones, aparte de las citadas más arriba, se puede optar por la pintura metalizada (301 euros), la radio con CD (229 euros) o el sensor de aparcamiento (300 euros).