Te sorprenderá a su paso, seguro, aún cuando la berlina de lujo de Infiniti no se haya atrevido a romper con el estándar de la categoría. Pero bajo su afinada carrocería de tres volúmenes se esconden motores verdaderamente eficientes y un altísimo compendio tecnológico. Acertar de pleno supone descartar el exótico y ‘artificial’ acabado deportivo S.
Infiniti M
Los ‘habituales’ de la categoría tienen desde ya un nuevo —y duro— contendiente en el segmento de las berlinas medio grandes, el M, un coche cuyas dimensiones se aproximan a los grandes buques insignia de las casas rivales, pero cuyos precios le enmarcan de lleno en la categoría inmediatamente anterior. Audi A6, BMW Serie 5, Jaguar XJ, Mercedes Clase E. A todos ellos apunta Infiniti con el M, nuevamente apostando por una relación valor/equipamiento/precio que, ya de salida, le deja en posiciones preferentes. Efectivamente, si buscas algo diferente, Infiniti te lo va a ofrecer. El M seguro que es un coche que puede dar prioridad a la pasión antes que a la razón. Su estética —derivada del precioso concept
Essence—, sus impresionantes acabados, la ergonomía, gama de motores, equipamiento de serie y opcional, y despliegue técnico, sus precios e incluso sus cualidades dinámicas —siempre y cuando no nos ciegue la pasión en exceso— nos lleva a un coche sin la más mínima fisura.
El M está ya en los concesionarios con dos motores, un gasolina y un Diesel, ambos V6, refinados, avanzados, suaves… Sobradamente conocidos, tanto en la gama Infiniti como en… Renault, aunque Infiniti vuelve a remarcar tal implicación en esta mecánica que hace suyo el desarrollo. Da igual, lo cierto y verdad es que llega a los productos de la casa con un rendimiento y respuesta fabuloso, mostrando, concretamente en el M, la mejor de sus caras y puesta a punto. 238 CV y más de 56 mkg de par. 7,5 l/100 km de consumo medio. 250 km/h de velocidad máxima —autolimitada—. Pero sus registros son lo de menos. Es un motor de plena satisfacción por su rápida respuesta y alto refinamiento, capaz de asimilar una conducción muy dinámica si estuviéramos dispuestos a llevarlo consecutivamente a las 5.000 rpm, régimen al que llega ‘ a gusto’ sin dar el más mínimo síntoma de fatiga.Su alternativa, por ahora, el M37 —en primavera se suma a la cita el híbrido, denominado 35h—, con el 3.7 litros V6 y su compleja distribución variable que proporciona un funcionamiento sedoso, progresivo y, a la vez, deportivo dado el precioso sonido ‘de fondo’ y al brillante empuje que sigue haciendo valer más allá de medio régimen. 320 CV y 37,7 mkg de par. También limitado a 250 km/h. 10,2 l/100 de consumo medio, cifras que convierten al Diesel en la opción más razonable aún cuando la economía no esté en un primer plano. Como novedad —mundial—, estrena el ECOpedal, un acelerador ‘inteligente’ que contrarresta la innecesaria demanda de aceleración variando la dureza del pedal. Sólo se activa al colocar la ruleta giratoria del Infiniti Mode, desde donde se seleccionan los posibles modos de conducción, en la posición ECO. De momento no está disponible en el Diesel —si para en Japón—. Seguro que la competencia rápidamente tomará nota de este dispositivo. Estándar, Sport y Nieve son el resto de posibles elecciones en el selector Infiniti Mode. Y los cambios son sustanciales, haciendo que el cambio y gestión mecánica se vuelquen hacia una conducción más o menos dinámica. El cambio es común para los dos motores: un convertidor de 7 relaciones con modo automático, deportivo o secuencial que, sobre cualquiera de los dos motores resulta más suave que rápido. No hay suspensiones pilotadas, pero sí unas geometrías de elaborada definición y unos sofisticados y robustos amortiguadores de doble pistón: uno controla altas frecuencias, el otro amplios movimientos de carrocería—. Por su parte, las versiones S llevan una definición de suspensión más firme, frenos de mayores dimensiones y dirección a las cuatro ruedas 4WAS —las traseras, siempre en fase con las delanteras—. Se diferencian por el spoiler delantero, al ambiente interior —inserciones en negro mate, relojes en diferente color y otro tipo de piel para la tapicería que los GT—. Y aquí es donde la razón debe anteponerse a la pasión.
Precios Infiniti M (en euros)
Base
GT
GT Premium
S
S Premium
M 37
51.613
55.354
61.693
57.952
64.291
M 30d
54.250
57.850
63.950
60.350
66.450
Subidos a un GT —un 30d en concreto—, el placer de conducción es total, las trayectorias salen de tiralíneas y la amortiguación pisa con franqueza y nitidez el asfalto, aunque ante el bache pronunciado pueden resultar secas o hacer retemblar el eje posterior. Los S resultan claramente más ágiles y espontáneos al volante sin que su dirección ‘integral’ requiera excesos de viveza ante un cambio de carril o nos sorprenda con reacciones imprevisibles, pero su amortiguación anula el excelente confort de las versiones base hasta tal punto de que los retemblores de la suspensión se extienden al eje delantero y dirección sobre baches en los que un coche como el M no debería descomponerse lo más mínimo. Una lástima que la dirección a las cuatro ruedas no se pueda combinar con el chasis ‘normal’.Como es habitual en la marca, el equipamiento de serie es abrumador, pudiendo optar en los acabados Premium por un completísimo paquete de serguridad Dynamic Safety Shield que incluye los siguientes elementos: sistema de control e intervención del ángulo muerto —capaz de redirigir el vehículo al centro del carril en caso de sobrepasar los límites de seguridad sin que el conductor intervenga—, control de crucero inteligente, sistema de mantenimiento de la distancia de seguridad, advertencia anticolisión, aviso e intervención de cambio involuntario de carril y asistencia de frenada inteligente.
MOTOR
M30d
M37
Nº de cilindros
6 en V a 65º
6 en V a 60º
Cilindrada
2.993 cm3
3.696 cm3
Distribución
Doble árbol de levas en cabeza. 4 válvulas por cilindro
Doble árbol de levas en cabeza. 4 válvulas por cilindro. Variador de fase en admisión y escape. Admisión variable
Alimentación
Inyección Diesel directa por conducto común, turbo de geometría variable e intercambiador térmico