Hyundai XG 3.0 V6

La firma coreana inicia su andadura en el segmento de los vehículos de representación con su XG, una berlina de gran tamaño que incorpora numerosas novedades como su motor V6 de 192 CV y la presencia del cambio secuencial con cinco velocidades.

Hyundai XG 3.0 V6
Hyundai XG 3.0 V6

De nada serviría contar con una estética, un interior y un claro aire de vehículo exclusivo si bajo el capó delantero se encontrara un "vulgar" motor de cuatro cilindros en línea. Por ello, el XG estrena un motor de la familia Sigma, desarrollado íntegramente por la marca, fabricado en aluminio, que cuenta con distribución variable y culata multiválvula con 192 CV de potencia. Si al abrir la puerta sorprende la presencia del cambio tipo secuencial, no menos asombra el suave funcionamiento del motor. Nada más girar la llave de contacto se aprecia un agradable sonido procedente de la mecánica, muy bien filtrado y con una rumorosidad francamente reducida. Para conseguir una mejor utilización de un coche de este planteamiento y filosofía, nada mejor que acoplarle una caja de cambios automática que, si encima permite un accionamiento manual para aquéllos que quieran disfrutar un poco más de su conducción, mejor que mejor. Aunque el XG no es un vehículo que incite a la conducción de tipo deportivo, lo cierto es que disponer de las dos opciones nunca está de más. En ciudad podemos poner el cambio en la posición "D" y simplemente nos tenemos que preocupar del volante y acelerador, la caja de cambios se encarga de seleccionar la marcha que mejor venga en cada momento. A la hora de adentrarnos en una carretera virada, el poder ir seleccionando la marcha que nos parezca a nosotros simplemente desplazando la palanca hacia delante o detrás no deja de resultar verdaderamente cómodo. El XG estrena un motor de la familia Sigma, desarrollado íntegramente por la marca, fabricado en aluminio, que cuenta con distribución variable y culata multiválvula con 192 CV de potencia. Los cambios se efectúan con total suavidad; apenas se siente en el interior que la caja de cambios ha variado la relación insertada, ya que no se nota prácticamente ningún tirón cuando esto sucede. Incluso cuando circulamos en modo totalmente automático, pisamos a fondo el acelerador y entra en funcionamiento el "kick-down", sólo se aprecia que el coche gana velocidad rápidamente, pero no que ha bajado una o dos marchas. La presencia de unas relaciones finales del cambio más bien largas hacen que las cuestas o los adelantamientos se tengan que realizar bajando una o dos marchas -o pisar a fondo el acelerador si circulamos en "D"-, pero esta operación es tan sencilla y cómoda que no resulta ningún problema. Las prestaciones son un claro reflejo del buen funcionamiento de esta mecánica. Bien es cierto que no es el más rápido de su segmento, pero tampoco hay unas diferencias abultadas, al menos para vehículos de esta categoría. Sin embargo, donde sí que se muestra imbatible este modelo es en el consumo urbano, donde se ha destapado con un consumo que no llega a los 12 litros/100 km, algo destacado para un coche de este tamaño y peso.