El Hyundai Elantra, un sedán de cuatro puertas encuadrado desde su nacimiento en 1990 en el segmento compacto, estrena su sexta generación. En España arrancó su comercialización un poco más tarde que en otros países, en 1992.
Hoy, a caballo entre los Hyundai i30 e i40 por la longitud de carrocería, ofrece una alternativa a modelos como los Citroën C-Elysée—actualmente, el que acapara mayor número de ventas—, Skoda Rapid, Seat Toledo, Fiat Tipo y Renault Fluence… Y Hyundai lo lanza con más fe que en su generación anterior, que sólo contó con motores de gasolina cuando, según la propia marca, 7 de cada 10 ventas en este segmento se producen con motores Diesel.
Ahora Hyundai afina el tiro. No sólo contará con el mismo 1.6 de 128 CV de gasolina que tenía su predecesor y que se incorporará a la gama tras el verano, sino que también dispondrá de un Diesel: un 1.6 de 136 CV. Es semejante al que ya tienen, en su misma gama, el Hyundai i30. De hecho, como en el compacto de cinco puertas, en el Hyundai Elantra se combinará tanto como con un cambio manual de seis marchas —en ese caso, aportando un par máximo de 26,5 mkg entre 1.500 y 3.500 vueltas— o un automático de doble embrague, ya con siete velocidades —30,6 mkg entre 1.750 y 2.500 rpm—. A semejante nivel de equipamiento, el intermedio Tecno, esta segunda caja supone un incremento en el precio de 1.850 euros. Probablemente, compensa pagar esa cantidad pues, salvo en situaciones muy puntuales en las que el cierre de los embragues se siente algo lento y brusco, funciona con suavidad, sin tirones y selecciona las marchas con rapidez, incluso en situación de kick-down.
El motor Diesel de estas versiones CRDi, que es el que hemos podido probar con este cambio, vibra y suena poco y responde al acelerador con suficiente fuerza. En el recorrido que efectuamos, en la zona norte de la Sierra de Madrid y con muchas curvas de por medio, el consumo que marcaba el ordenador era, al término del mismo, de 6,6 l/100 km.
Hyundai Elantra, imagen diferenciada
El Hyundai Elantra es ahora un poco más largo de lo que era, 4 cm, en tanto que cambian poco la anchura o la altura —2,5 y 1,3 cm, respectivamente—. Su parrilla, con barras cromadas o mates según el nivel de acabado, es muy semejante a la de otros turismos de la marca, aunque su frontal es fácilmente diferenciable por sus faros situados en una posición más baja que los de Hyundai i30 o i40, pues no siguen la forma del capó, así como por las hendiduras en las que se sitúan los faros antiniebla. En el acabado más alto, el Style, las luces principales son de xenón y están acompañas de leds para la función de luz de día.
Los materiales del interior son correctos, pero no todos de gran calidad: no hay plásticos mullidos, por ejemplo, en ninguno de los paneles de las puertas, aunque sí lo son los de las zonas más a la mano del salpicadero. Volante, regulable en altura y profundidad; y pomo del cambio, sin embargo, están tapizados en cuero en todos los niveles.
Los asientos de la versión Style están tapizados también en cuero. Además tienen regulaciones eléctricas, ventilación y calefacción, lo que contrasta con que, de los cuatro alzacristales que son siempre de serie, sólo el elevalunas del conductor cuenta con función automática (con un toque) en bajada. O que no existe la posibilidad de contar con navegador, si bien con la pequeña pantalla del salpicadero que engloba también teléfono, equipo de música, etc; sí se da soporte a la cámara de marcha atrás. Ésta es de serie siempre, salvo en el escalón básico, el que ocupa el Klass.
Como contrapartida, el nivel más alto dispone de un sistema de detección de vehículos en el ángulo muerto, la apertura de la tapa del maletero de tipo «manos libres» o el acceso y arranque sin necesidad tampoco de usar la llave.
Hyundai Elantra, comportamiento dinámico
Entre los cambios producidos de la generación anterior a ésta figuran modificaciones en la construcción, que gana rigidez con más aceros de alta resistencia, mejoras en aislamiento, suspensiones, que siguen contando con la misma arquitectura, o aerodinámica. El Cx es 0,27, como en el Hyundai Genesis. Es un valor bajo.
En carretera se le siente aplomado, con buena gestión de los baches en su solidez, y una dirección perfectible, porque no transmite todo lo bien que se podría esperar.
En cuanto a espacio, la cota de altura es muy buena, lo mismo que la anchura (delante, de referencia), o el espacio longitudinal.
La boca de acceso al maletero, sin embargo, no es particularmente alta, como tampoco lo es el hueco de comunicación con el habitáculo, éste con respaldos traseros abatibles asimétricamente. Pero la capacidad, en una medición precia, ha confirmado estar bien por encima de los 500 litros antes que cerca de los 400 que anuncia la marca. Todos los relacionados con la habitabilidad son resultados semejantes, en cualquier caso, a los de la anterior generación y que sitúan al Hyundai Elantra ligeramente por encima de la media de su categoría.
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