Hemos podido conducir en una pequeña explanada uno de los últimos inventos de Honda. No es de totalmente de serie el MC-beta, de ahí su apellido beta. Los beta-tester de estos lotes de coches que se servirán para estudiar esta forma de micro-movilidad estarán en tres prefecturas de Japón. Eso sí, ya están más que aptos para su uso, porque ya en 2011 había prototipos. Para que la producción se lance todavía está por ver si finalmente supera todos los últimos requisitos, uno de los cuales será el visto bueno de un marco legal conveniente. Y es que las autoridades de Japón, igual que impulsaron la aparición de los pequeños kei-car, de 660 cm3 y tamaño "a escala" respecto al resto de los coches, están investigando qué consecuencias traería al tráfico la presencia de este tipo de microcoches eléctricos de proximidad, a imitación de nuestros cuadriciclos.
El MC-beta hace exactamente lo que un Twizy, como corresponde a sus dimensiones similares. Ligero, se desenvuelve entre los conos como un ratón con sus 3,3 metros de radio de giro. Te sientes comprometido por el agarre limitado de los neumáticos, que pronto arrastran. Mejor, porque la estrecha vía y elevada posición de conducción, te hace temer que pudieras volcar, probablemente sea más difícil volcar de lo que parece. No lleva asistencias, hay que pisar con ganas el freno para que frene fuerte, aunque el volante sí que se siente ligero. Un problema, porque el asiento no sujeta demasiado hacia los lados; cosas de no llevar pétalos, supongo que para mejorar el transporte del pasajero de la plaza posterior.
Menos velocidad y alcance que el Twizy
Corre, pero sobre todo acelera en los primeros metros con contundencia. Por supuesto, con silencio. De modo continuo su motor eléctrico puede proporcionar a las ruedas traseras 6 kW (8 CV), pero casi el doble, 11 kW es la entrega de manera puntual durante unos segundos. La velocidad está limitada a 70 km/h y en el ciclo homologado japonés una carga completa de su batería de litio da para recorrer 80 km. Silencio, sí, pero no llevas ventanillas, y continuamente tienes la sensación de que "hay alguien al lado", hasta que caes en la cuenta del ruido de las ruedas.
Tiene una ventaja respecto del Twizy, que remarcan sus responsables, un hueco a modo de maletero bajo el asiento. El año pasado Nissan ya mostró su coche para efectuar estos estudios, que no era otro que un Renault Twizy cuyo rombo había dejado sitio al clásico "Martini" de Nissan.
En Tokyo viven doce millones de habitantes; cuatro millones entran a diario a la ciudad para trabajar. El tráfico es tremendo en hora punta, pero tampoco resultará desconocido a un europeo. Por eso la necesidad de regular muy bien nuevos modos de transporte individual. Kumamoto, Saitama y Miayakokima serán los bancos de prueba de los MC-beta. ¿Y qué pensarán? Pues no tengo muy claro, viendo los aparcamientos de bicicletas abarrotados, si finalmente se lo pondrán fácil para que este tipo de coches se hagan dueños de la ciudad.