Dejando un poco de lado las preferencias estéticas y las posibilidades de utilización de cada uno de ellos, lo cierto es que los dos modelos ofrecen buen comportamiento en carretera. Queda claro que el tarado de las suspensiones, más blando y con mayor recorrido en el 206, le otorga un comportamiento más cómodo cuando se circula en carreteras con pavimento en mal estado, pero cuando se rueda por firmes con buen pavimento, el Streetka se muestra muy eficaz. Suspensiones más firmes y neumáticos de mayor sección con menor perfil son responsables de que la carrocería apenas se balancee, pero también de que se aprecien más los crujidos en puertas y mecanismos móviles. También la dirección cumple perfectamente su cometido con una relación más directa y rápida que su contrincante: sólo dos vueltas y media de volante frente a poco más de tres en el Peugeot. Esto hace que el comportamiento sea muy eficaz en zonas de curvas reviradas, donde el paso por curva es sorprendentemente elevado.El Peugeot, siendo muy cómodo, también aporta gran dosis de eficacia, aunque para extraer al máximo las prestaciones que proporciona la brillante mecánica de 1,6 litros exige una mayor concentración en la conducción. El tren trasero se insinúa con cierta facilidad cuando se levanta el pie derecho en pleno apoyo de curva. Esta caractrerística, que en un principio complica la conducción a un conductor con manos inexpertas, puede convertirse en uno de los mejores aliados de los automovilistas más avezados, pues puede ser utilizada para redondear la trayectoria de la trazada cuando se circula a un ritmo más vivo. En este modelo notamos que todo es más “blando", asientos, dirección, pedales, cambio, mandos... Todo funciona de forma silenciosa y agradable y, a nuestro juicio, tiene una gran ventaja: en utilización normal no cansa y permite circular más relajado, mientras que si deseamos “exprimir" la mecánica en momentos puntuales, no nos defraudará. En esos momentos seguramente disfrutaríamos más con el Ford: relaciones de cambio más cerradas, desarrollos más cortos y respuesta inmediata del acelerador si nos encontramos con el motor girando por encima de las 3.500 revoluciones, situación que no es difícil que se produzca, pues las relaciones del cambio propician un giro del motor elevado. En el apartado de los frenos las cifras se encuentran muy cercanas, aunque el tacto del pedal es más esponjoso en el Peugeot y requiere un periodo mayor de adaptación. No obstante, logra distancias de parada ligeramente más cortas y no pierde eficacia ante un uso intensivo. Conviene señalar que en este modelo el ABS se encuentra disponible como opción, por el que hay que abonar 460 euros adicionales, una elección muy recomendable para circular con mayor seguridad.Es difícil decidirse claramente por un modelo, pues cada uno cumple su cometido ante diferentes tipos de utilización, pero está claro que el mecanismo eléctrico del techo, la capacidad del maletero y las plazas adicionales son un “reclamo" decisivo para la mayoría del público. Sólo la mayor exclusividad que otorga la carrocería del Streetka y el mayor equipamiento incluido de serie pueden inclinar la balanza hacia este modelo. Tú decides.
Dejando un poco de lado las preferencias estéticas y las posibilidades de utilización de cada uno de ellos, lo cierto es que los dos modelos ofrecen buen comportamiento en carretera. Queda claro que el tarado de las suspensiones, más blando y con mayor recorrido en el 206, le otorga un comportamiento más cómodo cuando se circula en carreteras con pavimento en mal estado, pero cuando se rueda por firmes con buen pavimento, el Streetka se muestra muy eficaz. Suspensiones más firmes y neumáticos de mayor sección con menor perfil son responsables de que la carrocería apenas se balancee, pero también de que se aprecien más los crujidos en puertas y mecanismos móviles. También la dirección cumple perfectamente su cometido con una relación más directa y rápida que su contrincante: sólo dos vueltas y media de volante frente a poco más de tres en el Peugeot. Esto hace que el comportamiento sea muy eficaz en zonas de curvas reviradas, donde el paso por curva es sorprendentemente elevado.El Peugeot, siendo muy cómodo, también aporta gran dosis de eficacia, aunque para extraer al máximo las prestaciones que proporciona la brillante mecánica de 1,6 litros exige una mayor concentración en la conducción. El tren trasero se insinúa con cierta facilidad cuando se levanta el pie derecho en pleno apoyo de curva. Esta caractrerística, que en un principio complica la conducción a un conductor con manos inexpertas, puede convertirse en uno de los mejores aliados de los automovilistas más avezados, pues puede ser utilizada para redondear la trayectoria de la trazada cuando se circula a un ritmo más vivo. En este modelo notamos que todo es más “blando", asientos, dirección, pedales, cambio, mandos... Todo funciona de forma silenciosa y agradable y, a nuestro juicio, tiene una gran ventaja: en utilización normal no cansa y permite circular más relajado, mientras que si deseamos “exprimir" la mecánica en momentos puntuales, no nos defraudará. En esos momentos seguramente disfrutaríamos más con el Ford: relaciones de cambio más cerradas, desarrollos más cortos y respuesta inmediata del acelerador si nos encontramos con el motor girando por encima de las 3.500 revoluciones, situación que no es difícil que se produzca, pues las relaciones del cambio propician un giro del motor elevado. En el apartado de los frenos las cifras se encuentran muy cercanas, aunque el tacto del pedal es más esponjoso en el Peugeot y requiere un periodo mayor de adaptación. No obstante, logra distancias de parada ligeramente más cortas y no pierde eficacia ante un uso intensivo. Conviene señalar que en este modelo el ABS se encuentra disponible como opción, por el que hay que abonar 460 euros adicionales, una elección muy recomendable para circular con mayor seguridad.Es difícil decidirse claramente por un modelo, pues cada uno cumple su cometido ante diferentes tipos de utilización, pero está claro que el mecanismo eléctrico del techo, la capacidad del maletero y las plazas adicionales son un “reclamo" decisivo para la mayoría del público. Sólo la mayor exclusividad que otorga la carrocería del Streetka y el mayor equipamiento incluido de serie pueden inclinar la balanza hacia este modelo. Tú decides.