Las versiones familiares de los compactos se están convirtiendo en muy buenas alternativas para los que quieren contar con espacio sin perder las prestaciones ni el comportamiento que les ofrece un turismo convencional.Este segmento hasta hace poco ha permanecido en un segundo plano, como versiones residuales que no han gozado del favor del público. Éste se ha decantado por los monovolúmenes o, incluso, por los todo terrenos a pesar de que los familiares ofrecen un espacio similar. Cierto es que la estética no ha acompañado históricamente a los familiares: mantenían el diseño frontal respecto a sus versiones hermanas de tres y cinco puertas, pero añadían una trasera demasiado cuadrada y carente de todo aire de dinamismo.El Ford Focus Wagon no es revolucionario en cuanto a su imagen, pues sigue las premisas que hemos citado, pero nos ha gustado su estética en vivo. Es largo, qué duda cabe, con sus casi cuatro metros y medio, pero esas dimensiones no parecen reflejarse cuando lo observamos desde fuera: parece más compacto de lo que es. Si lo comparamos, metro en mano, con los principales monovolúmenes compactos del mercado (Seat Altea, Ford Focus C-Max y Renault Scénic), sólo el Altea puede vanagloriarse de ofrecer mayor espacio para las piernas en las plazas traseras y mayor altura en esta zona. Por anchura y capacidad del maletero, el protagonista de nuestra prueba los supera a todos. También es verdad que algunos monovolúmenes compactos -léase Volkswagen Touran y Toyota Corolla Verso- pueden albergar hasta a siete ocupantes, algo que los familiares, excepto el Peugeot 307 SW, no contemplan.Al mismo tiempo, el comportamiento de los break suele ser más divertido y eficaz que el de los monovolúmenes, aunque las diferencias entre uno y otro segmento se van acortando con ejemplos como los citados C-Max y Altea, que dinámicamente son similares a los turismos. Respecto a los “todo caminos" o todo terrenos enfocados principalmente a la ciudad con un comportamiento off road limitado, los familiares poseen la ventaja de ser bastante más baratos. No obstante, carecen de tracción total, la cual supone un plus de seguridad y permite a los 4x4 abordar terrenos más complicados. El comportamiento en carretera sigue siendo más brillante y eficaz en las versiones wagon por su menor peso y su centro de gravedad más bajo. Pues, entonces, ¿por qué los monovolúmenes y los TT siguen siendo los preferidos? La mayor altura del puesto de conducción, lo que supone dominar mejor el tráfico, y el hecho de que están de moda pueden ser dos de los motivos primordiales.Si enfrentamos a este Ford Focus Wagon con sus rivales más puros en materia de habitabilidad, el Opel Astra SW y el Renault Mégane Grand Tour, los resultados son dispares. Ninguno puede considerarse como ganador en este apartado, pues cada uno destaca en un aspecto. En anchura y espacio para las piernas, el Focus Wagon es el que acumula más centímetros, mientras que el Opel Astra SW hace lo propio en altura. Finalmente, el maletero más grande y aprovechable lo tiene el Mégane Grand Tour, con 550 litros frente a 495 del familiar de Ford.En este Focus Wagon, todo esto se traduce en la práctica en un espacio suficiente en las plazas traseras, correcto para que viajen tres personas, aunque sin demasiadas comodidades, y sin que tener las piernas largas suponga un problema insalvable. En cuanto al maletero, es bastante grande y con formas regulares. Esto, unido a su portón trasero y a una altura de carga baja respecto al suelo , permite el transporte y la introducción de objetos voluminosos y pesados con relativa facilidad. La existencia de una red para sujetar los objetos pequeños favorece también que no se mueva la carga. La única pega es que el portón, al abrirse completamente, queda a una altura demasiado elevada, con lo que las personas bajitas tendrán dificultades para alcanzarlo. El interior de esta variante del Focus es similar al del resto de la gama, con la única diferencia que aporta el acabado Ghia, con cromados específicos, consola central con frontal en efecto madera, radio CD Sony y volante de cuatro radios forrado en cuero con control de la velocidad de crucero. Con estos elementos, la imagen interior mejora notablemente, manteniéndose el buen ajuste y la calidad de los materiales utilizados, que se sitúan por encima de la media del segmento. Los asientos delanteros son bastante cómodos, algo que se hace más evidente cuando realizamos viajes largos. También, gracias a las múltiples regulaciones, encontrar la postura ideal para conducir es bastante fácil, quedando la mayoría de los mandos muy a mano. Las versiones familiares de los compactos se están convirtiendo en muy buenas alternativas para los que quieren contar con espacio sin perder las prestaciones ni el comportamiento que les ofrece un turismo convencional.Este segmento hasta hace poco ha permanecido en un segundo plano, como versiones residuales que no han gozado del favor del público. Éste se ha decantado por los monovolúmenes o, incluso, por los todo terrenos a pesar de que los familiares ofrecen un espacio similar. Cierto es que la estética no ha acompañado históricamente a los familiares: mantenían el diseño frontal respecto a sus versiones hermanas de tres y cinco puertas, pero añadían una trasera demasiado cuadrada y carente de todo aire de dinamismo.El Ford Focus Wagon no es revolucionario en cuanto a su imagen, pues sigue las premisas que hemos citado, pero nos ha gustado su estética en vivo. Es largo, qué duda cabe, con sus casi cuatro metros y medio, pero esas dimensiones no parecen reflejarse cuando lo observamos desde fuera: parece más compacto de lo que es. Si lo comparamos, metro en mano, con los principales monovolúmenes compactos del mercado (Seat Altea, Ford Focus C-Max y Renault Scénic), sólo el Altea puede vanagloriarse de ofrecer mayor espacio para las piernas en las plazas traseras y mayor altura en esta zona. Por anchura y capacidad del maletero, el protagonista de nuestra prueba los supera a todos. También es verdad que algunos monovolúmenes compactos -léase Volkswagen Touran y Toyota Corolla Verso- pueden albergar hasta a siete ocupantes, algo que los familiares, excepto el Peugeot 307 SW, no contemplan.Al mismo tiempo, el comportamiento de los break suele ser más divertido y eficaz que el de los monovolúmenes, aunque las diferencias entre uno y otro segmento se van acortando con ejemplos como los citados C-Max y Altea, que dinámicamente son similares a los turismos. Respecto a los “todo caminos" o todo terrenos enfocados principalmente a la ciudad con un comportamiento off road limitado, los familiares poseen la ventaja de ser bastante más baratos. No obstante, carecen de tracción total, la cual supone un plus de seguridad y permite a los 4x4 abordar terrenos más complicados. El comportamiento en carretera sigue siendo más brillante y eficaz en las versiones wagon por su menor peso y su centro de gravedad más bajo. Pues, entonces, ¿por qué los monovolúmenes y los TT siguen siendo los preferidos? La mayor altura del puesto de conducción, lo que supone dominar mejor el tráfico, y el hecho de que están de moda pueden ser dos de los motivos primordiales.Si enfrentamos a este Ford Focus Wagon con sus rivales más puros en materia de habitabilidad, el Opel Astra SW y el Renault Mégane Grand Tour, los resultados son dispares. Ninguno puede considerarse como ganador en este apartado, pues cada uno destaca en un aspecto. En anchura y espacio para las piernas, el Focus Wagon es el que acumula más centímetros, mientras que el Opel Astra SW hace lo propio en altura. Finalmente, el maletero más grande y aprovechable lo tiene el Mégane Grand Tour, con 550 litros frente a 495 del familiar de Ford.En este Focus Wagon, todo esto se traduce en la práctica en un espacio suficiente en las plazas traseras, correcto para que viajen tres personas, aunque sin demasiadas comodidades, y sin que tener las piernas largas suponga un problema insalvable. En cuanto al maletero, es bastante grande y con formas regulares. Esto, unido a su portón trasero y a una altura de carga baja respecto al suelo , permite el transporte y la introducción de objetos voluminosos y pesados con relativa facilidad. La existencia de una red para sujetar los objetos pequeños favorece también que no se mueva la carga. La única pega es que el portón, al abrirse completamente, queda a una altura demasiado elevada, con lo que las personas bajitas tendrán dificultades para alcanzarlo. El interior de esta variante del Focus es similar al del resto de la gama, con la única diferencia que aporta el acabado Ghia, con cromados específicos, consola central con frontal en efecto madera, radio CD Sony y volante de cuatro radios forrado en cuero con control de la velocidad de crucero. Con estos elementos, la imagen interior mejora notablemente, manteniéndose el buen ajuste y la calidad de los materiales utilizados, que se sitúan por encima de la media del segmento. Los asientos delanteros son bastante cómodos, algo que se hace más evidente cuando realizamos viajes largos. También, gracias a las múltiples regulaciones, encontrar la postura ideal para conducir es bastante fácil, quedando la mayoría de los mandos muy a mano.
Ford Focus Wagon 2.0 TDCI Ghia
Espacio, prestaciones y un consumo mínimo es lo que ofrece la versión familiar del Focus, que, aparte, tiene un comportamiento muy similar al del compacto del que deriva.
