Ford Focus II

“Altius, citius, fortius". El nuevo Focus parece haberse basado en el lema olímpico para mejorar sus buenas marcas. Ya lo anunciamos cuando tuvimos nuestra primera toma de contacto con este Ford: las cualidades del modelo se han perfeccionado. Durante nuestra segunda cita, su comportamiento vuelve a merecer una medalla.

Ford Focus II
Ford Focus II

Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.Ford ha depositado toda su confianza en el nuevo Focus, con el que apunta a unos altos objetivos de ventas: la marca del óvalo espera matricular 60.000 unidades en España el próximo año. De momento, las nuevas versiones comparten espacio en los concesionarios con las antiguas. Aún quedan casi 2.000 Focus I en nuestro país, pero la llegada de la segunda generación no es una amenaza: el modelo de Ford, a pesar de estar al final de su ciclo de vida, es el segundo más vendido. José Pablo Rodríguez, responsable de la comercialización del vehículo, asegura que es el coche con mayor consideración de compra en España, lo que explica la buena marcha de sus ventas y prepara la buena acogida de la nueva versión.Muchas razones permiten pronosticar que el Focus II será uno de los vehículos más demandados en 2005. Su dinamismo, una de sus mejores armas, se ha visto mejorado gracias a un aumento del 10 por ciento en la rigidez de la carrocería y a una batalla y un ancho de vía más amplios que los de su predecesor. Estos elementos han crecido 25 y 40 milímetros, respectivamente, lo que redunda en un comportamiento más estable en cualquier tipo de carretera.Ya te hemos hablado de sus modales refinados, su franca pisada y su capacidad para digerir las curvas. En la nueva generación, estas cualidades se han potenciado, permitiendo al conductor disfrutar ampliamente de uno de los chasis más elogiados del segmento. La plataforma del Focus II, que también está presente en los C-Max, en los Mazda3 y en los Volvo S40/V50, sujeta la carrocería en los giros, se mantiene estable en los virajes más cerrados y ofrece la agradable sensación de circular soldados al asfalto. El límite está muy alto, ya que el bastidor se muestra condescendiente con los errores: si nos pasamos de la raya, un primer aviso de los neumáticos (que comenzarán a emitir un característico “quejido") anunciará la entrada en acción de un ESP poco intrusivo. Las aguas regresarán a su cauce y podremos continuar nuestro camino.Tras seis años en el mercado, la suspensión trasera Control Blade ha sido revisada y mejorada. Ahora, cuenta con un nuevo subchasis delantero rígido. Además, los movimientos laterales de inclinación del vehículo se han controlado mediante unas nuevas bieletas para la barra estabilizadora trasera. Ésta posee unas dobles rótulas especiales de baja fricción, como las desarrolladas inicialmente para la versión más deportiva de la gama: el Focus RS.
Ford confía tanto en el buen hacer de estos elementos que ha considerado innecesario introducir el control de estabilidad (ESP) como elemento de serie. Este dispositivo –desconectable- es opcional en todas las versiones. Este comportamiento deportivo, que permite una velocidad alta en el paso por curva, no está reñido con la docilidad. La dirección asistida, electrohidráulica, guía el Focus al milímetro en los giros. Los frenos han mejorado su tacto: los discos y los tambores son más grandes y su mordiente es más uniforme en todo el recorrido del pedal.