Fiat Ulysse 2.2 16V JTD / Renault Grand Espace 2.2 dCi

Este duelo lo consideramos como una comparativa un tanto atípica. Podríamos decir que el nuevo Espace se enfrenta al mismo tiempo a cuatro rivales, representados por este nuevo Fiat Ulysse.

Fiat Ulysse 2.2 16V JTD / Renault Grand Espace 2.2 dCi
Fiat Ulysse 2.2 16V JTD / Renault Grand Espace 2.2 dCi

El segmento de los monovolumen de gran tamaño no está en sus mejores momentos. La pasada subida de los precios debido al cambio impositivo y los incrementos habituales ha hecho casi imposibles los esfuerzos que muchos compradores hacían en otro tiempo. La existencia de una amplia gama de modelos compactos, quizás más lógicos, y sobre todo asequibles, ha propiciado que este segmento coloque sus ventas en guarismos no muy brillantes. Quizás sea esta la causa de que los representantes de PSA y grupo Fiat se hayan hecho esperar quizás demasiado tiempo. Ahora llegan los sucesores con renovados bríos -segunda generación-, supliendo carencias pasadas, perfeccionando sus tradicionales argumentos y sobre todo, elevando su caché mediante un buen acabado, mejor dotación y un confort de marcha de primer nivel.

Frente al Fiat Ulysse, elegido ahora como buen representante de este casi idéntico cuarteto, ponemos al nuevo Renault Espace en versión larga, que ya ha entrado en su cuarta generación. Los cambios más importantes: el paso a una carrocería convencional de chapa que le permita aumentar la producción, y su vocación de turismo en lo que a comportamiento dinámico se refiere. Sin duda uno y otro mejoran claramente a sus antecesores y de su comparación obtenemos resultados de algún modo sorprendentes. Comparamos al único Ulysse que se comercializa con la versión Grand Espace y salvo en la cota de altura, el modelo francés no establece grandes diferencias en habitabilidad, si no todo lo contrario, lo que llama la atención y podemos extrapolar además que el Espace a secas, con sus 4,66 m de longitud, debe ser en este sentido superado también por el Fiat y sus clónicos. Las medidas de maletero mantienen las mismas diferencias, lo que continúa sorprendiendo por la mayor longitud del Grand Espace: 4,86 metros frente a los 4,72 del Fiat. La versatilidad interior tampoco sirve para acercar criterios. El Fiat viene de serie con siete asientos. El Grand Espace con seis, mientras que el Espace sólo ofrece 5 y los otros dos por 900 euros. La ventaja del Ulysse en este sentido aumenta ligeramente porque, además, los asientos pesan "sólo" 19,8 kg, mientras que los del Espace llegan a los 24,5 kg. Realizar las múltiples combinaciones que nos permiten uno y otro para modular el interior resultan más descansadas en el Fiat que en el Renault, dentro de la complicación que supone sacar los asientos de sus guías. Ambos son versátiles, aunque para disfrutar de esta ventaja tengamos que tomarnos muchas molestias y disponer de un garaje para depositar los asientos que nos sobren. Compaginar seguridad -los asientos de las dos filas posteriores del Espace integran cada uno su propio cinturón-, cumplir las pruebas de choque y pesar poco, definen una ecuación imposible. Otro inciso, las dimensiones de estos asientos son bastante reducidas. 43 cm de profundidad en los asientos del Espace -los responsables de la marca aseguran que son más grandes que en la anterior generación- y 46 cm en los del Fiat no son dimensiones para adultos de talla media.

En ayuda de esta versatilidad, o mejor dicho de la comodidad de acceso que deben ofrecer estos vehículos, ya de por sí algo incómodos por la mayor altura libre al suelo, llegan las puertas correderas del Fiat. Nos parecen imprescindibles a pesar de los inconvenientes que presentan en la forma de un mayor ruido. Estamos hablando de las versiones motorizadas. En otro caso deberíamos añadir el peligro físico que supone si pillamos la mano de alguien por accidente. Este es el argumento esgrimido por Renault para no utilizarlas, pero pensamos que la automatización de estas puertas resuelve el problema, aunque debería contemplarse como parte de la dotación de serie y no como opción, como sucede en el Fiat. Estas puertas correderas mejoran el acceso y permiten en algunos casos bajar del coche a todos los ocupantes cuando aparcamos en batería en un hueco estrecho. En el Fiat se ha cuidado este detalle porque el pasillo central está expedito al colocar el cambio sobre el salpicadero. El segmento de los monovolumen de gran tamaño no está en sus mejores momentos. La pasada subida de los precios debido al cambio impositivo y los incrementos habituales ha hecho casi imposibles los esfuerzos que muchos compradores hacían en otro tiempo. La existencia de una amplia gama de modelos compactos, quizás más lógicos, y sobre todo asequibles, ha propiciado que este segmento coloque sus ventas en guarismos no muy brillantes. Quizás sea esta la causa de que los representantes de PSA y grupo Fiat se hayan hecho esperar quizás demasiado tiempo. Ahora llegan los sucesores con renovados bríos -segunda generación-, supliendo carencias pasadas, perfeccionando sus tradicionales argumentos y sobre todo, elevando su caché mediante un buen acabado, mejor dotación y un confort de marcha de primer nivel.

Frente al Fiat Ulysse, elegido ahora como buen representante de este casi idéntico cuarteto, ponemos al nuevo Renault Espace en versión larga, que ya ha entrado en su cuarta generación. Los cambios más importantes: el paso a una carrocería convencional de chapa que le permita aumentar la producción, y su vocación de turismo en lo que a comportamiento dinámico se refiere. Sin duda uno y otro mejoran claramente a sus antecesores y de su comparación obtenemos resultados de algún modo sorprendentes. Comparamos al único Ulysse que se comercializa con la versión Grand Espace y salvo en la cota de altura, el modelo francés no establece grandes diferencias en habitabilidad, si no todo lo contrario, lo que llama la atención y podemos extrapolar además que el Espace a secas, con sus 4,66 m de longitud, debe ser en este sentido superado también por el Fiat y sus clónicos. Las medidas de maletero mantienen las mismas diferencias, lo que continúa sorprendiendo por la mayor longitud del Grand Espace: 4,86 metros frente a los 4,72 del Fiat. La versatilidad interior tampoco sirve para acercar criterios. El Fiat viene de serie con siete asientos. El Grand Espace con seis, mientras que el Espace sólo ofrece 5 y los otros dos por 900 euros. La ventaja del Ulysse en este sentido aumenta ligeramente porque, además, los asientos pesan "sólo" 19,8 kg, mientras que los del Espace llegan a los 24,5 kg. Realizar las múltiples combinaciones que nos permiten uno y otro para modular el interior resultan más descansadas en el Fiat que en el Renault, dentro de la complicación que supone sacar los asientos de sus guías. Ambos son versátiles, aunque para disfrutar de esta ventaja tengamos que tomarnos muchas molestias y disponer de un garaje para depositar los asientos que nos sobren. Compaginar seguridad -los asientos de las dos filas posteriores del Espace integran cada uno su propio cinturón-, cumplir las pruebas de choque y pesar poco, definen una ecuación imposible. Otro inciso, las dimensiones de estos asientos son bastante reducidas. 43 cm de profundidad en los asientos del Espace -los responsables de la marca aseguran que son más grandes que en la anterior generación- y 46 cm en los del Fiat no son dimensiones para adultos de talla media.

En ayuda de esta versatilidad, o mejor dicho de la comodidad de acceso que deben ofrecer estos vehículos, ya de por sí algo incómodos por la mayor altura libre al suelo, llegan las puertas correderas del Fiat. Nos parecen imprescindibles a pesar de los inconvenientes que presentan en la forma de un mayor ruido. Estamos hablando de las versiones motorizadas. En otro caso deberíamos añadir el peligro físico que supone si pillamos la mano de alguien por accidente. Este es el argumento esgrimido por Renault para no utilizarlas, pero pensamos que la automatización de estas puertas resuelve el problema, aunque debería contemplarse como parte de la dotación de serie y no como opción, como sucede en el Fiat. Estas puertas correderas mejoran el acceso y permiten en algunos casos bajar del coche a todos los ocupantes cuando aparcamos en batería en un hueco estrecho. En el Fiat se ha cuidado este detalle porque el pasillo central está expedito al colocar el cambio sobre el salpicadero.