Dulce tormento

Hay algo en el Speedster que engancha irremediablemente. Guiado únicamente por los sentidos, uno nunca llegaría a saber qué es. El poder adictivo de este endemoniado vehículo tiene que ver con los sentimientos, con las sensaciones únicas que se experimenta cuando se va en él a gran velocidad.

Opel Speedster
Opel Speedster

El deportivo alemán por antonomasia. Uno de los miembros más divertidos de la familia Porsche. El Boxster sobresale por sus frenos casi infinitos, su eficacia en las trazadas y su aceleracion demoledora. En el debe hay que apuntarle lo mucho que consume y su lentitud en las recuperaciones. El deportivo británico destaca por su cambio secuencial, muy rápido y ágil. También cuenta con una gran estabilidad en los pasos por curva y, algo muy importante en este tipo de coches, frena con gran firmeza. Otro punto fuerte es el maletero, bastante amplio para esta categoría. El japonés más radical es un buen contricante para los demás de este segmento. Es uno de los más rápidos del grupo y tiene un motor verdaderamente rabioso. Cuando pasa de las 6.000 vueltas enloquece y el coche se transforma en un cohete. Lo peor es la falta de espacio en un habitáculo muy espartano, demasiado "racing". Primo hermano del Speedster, no en vano deriva de él, este bello deportivo logra velocidades de vértigo con sólo 120 CV. Su relación peso potencia es fantástica y el coche responde de forma ágil y muy progresiva. Destaca su magnífico comportamiento en curvas, muy estable. El deportivo alemán por antonomasia. Uno de los miembros más divertidos de la familia Porsche. El Boxster sobresale por sus frenos casi infinitos, su eficacia en las trazadas y su aceleracion demoledora. En el debe hay que apuntarle lo mucho que consume y su lentitud en las recuperaciones. El deportivo británico destaca por su cambio secuencial, muy rápido y ágil. También cuenta con una gran estabilidad en los pasos por curva y, algo muy importante en este tipo de coches, frena con gran firmeza. Otro punto fuerte es el maletero, bastante amplio para esta categoría. El japonés más radical es un buen contricante para los demás de este segmento. Es uno de los más rápidos del grupo y tiene un motor verdaderamente rabioso. Cuando pasa de las 6.000 vueltas enloquece y el coche se transforma en un cohete. Lo peor es la falta de espacio en un habitáculo muy espartano, demasiado "racing". Primo hermano del Speedster, no en vano deriva de él, este bello deportivo logra velocidades de vértigo con sólo 120 CV. Su relación peso potencia es fantástica y el coche responde de forma ágil y muy progresiva. Destaca su magnífico comportamiento en curvas, muy estable. El deportivo alemán por antonomasia. Uno de los miembros más divertidos de la familia Porsche. El Boxster sobresale por sus frenos casi infinitos, su eficacia en las trazadas y su aceleracion demoledora. En el debe hay que apuntarle lo mucho que consume y su lentitud en las recuperaciones. El deportivo británico destaca por su cambio secuencial, muy rápido y ágil. También cuenta con una gran estabilidad en los pasos por curva y, algo muy importante en este tipo de coches, frena con gran firmeza. Otro punto fuerte es el maletero, bastante amplio para esta categoría. El japonés más radical es un buen contricante para los demás de este segmento. Es uno de los más rápidos del grupo y tiene un motor verdaderamente rabioso. Cuando pasa de las 6.000 vueltas enloquece y el coche se transforma en un cohete. Lo peor es la falta de espacio en un habitáculo muy espartano, demasiado "racing". Primo hermano del Speedster, no en vano deriva de él, este bello deportivo logra velocidades de vértigo con sólo 120 CV. Su relación peso potencia es fantástica y el coche responde de forma ágil y muy progresiva. Destaca su magnífico comportamiento en curvas, muy estable. El deportivo alemán por antonomasia. Uno de los miembros más divertidos de la familia Porsche. El Boxster sobresale por sus frenos casi infinitos, su eficacia en las trazadas y su aceleracion demoledora. En el debe hay que apuntarle lo mucho que consume y su lentitud en las recuperaciones. El deportivo británico destaca por su cambio secuencial, muy rápido y ágil. También cuenta con una gran estabilidad en los pasos por curva y, algo muy importante en este tipo de coches, frena con gran firmeza. Otro punto fuerte es el maletero, bastante amplio para esta categoría. El japonés más radical es un buen contricante para los demás de este segmento. Es uno de los más rápidos del grupo y tiene un motor verdaderamente rabioso. Cuando pasa de las 6.000 vueltas enloquece y el coche se transforma en un cohete. Lo peor es la falta de espacio en un habitáculo muy espartano, demasiado "racing". Primo hermano del Speedster, no en vano deriva de él, este bello deportivo logra velocidades de vértigo con sólo 120 CV. Su relación peso potencia es fantástica y el coche responde de forma ágil y muy progresiva. Destaca su magnífico comportamiento en curvas, muy estable.