Dacia Logan 1.6i Laureate

La gran baza del Dacia Logan es su precio, pero, ¿qué estamos dispuestos a sacrificar a cambio? ¿Comodidad? ¿Distinción? ¿Confort? ¿Seguridad? Hablamos, como reza su bien logrado eslogan, de “otra escala de valores".

Dacia Logan 1.6i Laureate
Dacia Logan 1.6i Laureate

¿Qué tienen en común un Chevrolet Kalos y un BMW Serie 1? ¿Y un Alfa 147 y un Hyundai Getz? ¿Entre un Ford Mondeo y un Citroën Xsara Picasso hay semejanzas? Pues entre ellos quizás no encontremos similitudes a priori, pero todos son contrincantes del Dacia Logan, ya sea por medidas, precio, potencia y/o capacidad del maletero.

''Todos contra el Logan'': esa es la pieza que une a todos estos modelos. Tienen en común con nuestro protagonista las dimensiones, unas mecánicas con potencias parecidas, un maletero de alta capacidad o, simplemente, un precio ajustado.Exteriormente no nos sorprende, pero sí nos recuerda a la anterior generación del superventas Renault Mégane. Eso sí, con líneas menos redondeadas y una carrocería bastante más elevada. No llama la atención por la calle, pero más de un curioso se queda intrigado con el logotipo Dacia del frontal y es que estamos ante el desembarco de una marca poco conocida en nuestro país. En el interior, encontramos un predominio de plástico. El salpicadero tiene aspecto duro y rugoso y el ajuste de sus elementos nos parece insuficiente. De hecho, en retenciones, las vibraciones de la mecánica se transmiten al habitáculo y hacen temblar la parte central del salpicadero, como si algún elemento no estuviera bien enclavado. El tacto de los mandos tampoco llega a las cotas de confort a las que nos tienen acostumbrados los fabricantes europeos. El recubrimiento de las puertas es pobre y la hendidura que se ha hecho a modo de maneta para cerrar la puerta resulta incómoda. Los dos pequeños huecos que se han habilitado a modo de guanteras no son muy amplias, pero son suficiente para guardar el teléfono móvil, las llaves o unas gafas. Hay otros dos espacios frente a la palanca de cambios ideales para unas latas de refresco. También tenemos una guantera sin llave, de ajuste imperfecto, que deja entrever la luz siempre encendida en su interior. Una vez sentada al volante, compruebo que el asiento tiene un mullido agradable, un poco blando, pero agradable. Las regulaciones incluyen, en el acabado Laureate, movimiento longitudinal, en altura y regulación lumbar (esta última sólo para el conductor).

La posición de conducción es elevada, y en mi caso -baja estatura- resulta cómoda. Eso sí, se echa en falta la regulación en altura del volante, que no está disponible. En el resto de acabados, la dirección asistida no es de serie, como en nuestro tope de gama. Y precisamente hablando de ella, cuando aparcamos y necesitamos girar por completo, vibra una barbaridad. Los ocupantes de plazas traseras se sentirán cómodos en el Dacia. El respaldo de los asientos es elevado y recogerá espalda de todo tipo de ocupante, hasta los más altos. A pesar de que estas plazas llevan reposacabezas, éstos no son obstáculo para una correcta visión trasera.

El espacio para las piernas permite que usuarios "de altura" viajen cómodamente y todo ello gracias a la distribución realizada del interior, sustentada en una batalla de 2,6 metros. Las dimensiones del maletero son espectaculares. Según los datos registrados por nuestro Centro Técnico, tiene una capacidad de 530 litros. Sin embargo, esta buena cifra a priori queda "coartada" por un acceso poco útil. El sistema de apertura entorpece la carga de determinados objetos, sobre todo los más voluminosos. Encontramos diferencias de matices en el interior del Logan: modernidad frente a tradición. El cuentarrevoluciones y el velocímetro son relojes analógicos, como en casi todos los coches del mercado; el cuentakilómetros, la hora y el nivel del combustible sin embargo son digitales. La mano de Renault, marca que auspicia el lanzamiento de este coche en Europa, se nota.


LO MEJOR
LO PEOR
* El precio
* Capacidad maletero
* Interior apacible
* Calidad de terminación
* Mecánica muy ruidosa
* Ajuste de los materiales
¿Qué tienen en común un Chevrolet Kalos y un BMW Serie 1? ¿Y un Alfa 147 y un Hyundai Getz? ¿Entre un Ford Mondeo y un Citroën Xsara Picasso hay semejanzas? Pues entre ellos quizás no encontremos similitudes a priori, pero todos son contrincantes del Dacia Logan, ya sea por medidas, precio, potencia y/o capacidad del maletero.

''Todos contra el Logan'': esa es la pieza que une a todos estos modelos. Tienen en común con nuestro protagonista las dimensiones, unas mecánicas con potencias parecidas, un maletero de alta capacidad o, simplemente, un precio ajustado.Exteriormente no nos sorprende, pero sí nos recuerda a la anterior generación del superventas Renault Mégane. Eso sí, con líneas menos redondeadas y una carrocería bastante más elevada. No llama la atención por la calle, pero más de un curioso se queda intrigado con el logotipo Dacia del frontal y es que estamos ante el desembarco de una marca poco conocida en nuestro país. En el interior, encontramos un predominio de plástico. El salpicadero tiene aspecto duro y rugoso y el ajuste de sus elementos nos parece insuficiente. De hecho, en retenciones, las vibraciones de la mecánica se transmiten al habitáculo y hacen temblar la parte central del salpicadero, como si algún elemento no estuviera bien enclavado. El tacto de los mandos tampoco llega a las cotas de confort a las que nos tienen acostumbrados los fabricantes europeos. El recubrimiento de las puertas es pobre y la hendidura que se ha hecho a modo de maneta para cerrar la puerta resulta incómoda. Los dos pequeños huecos que se han habilitado a modo de guanteras no son muy amplias, pero son suficiente para guardar el teléfono móvil, las llaves o unas gafas. Hay otros dos espacios frente a la palanca de cambios ideales para unas latas de refresco. También tenemos una guantera sin llave, de ajuste imperfecto, que deja entrever la luz siempre encendida en su interior. Una vez sentada al volante, compruebo que el asiento tiene un mullido agradable, un poco blando, pero agradable. Las regulaciones incluyen, en el acabado Laureate, movimiento longitudinal, en altura y regulación lumbar (esta última sólo para el conductor).

La posición de conducción es elevada, y en mi caso -baja estatura- resulta cómoda. Eso sí, se echa en falta la regulación en altura del volante, que no está disponible. En el resto de acabados, la dirección asistida no es de serie, como en nuestro tope de gama. Y precisamente hablando de ella, cuando aparcamos y necesitamos girar por completo, vibra una barbaridad. Los ocupantes de plazas traseras se sentirán cómodos en el Dacia. El respaldo de los asientos es elevado y recogerá espalda de todo tipo de ocupante, hasta los más altos. A pesar de que estas plazas llevan reposacabezas, éstos no son obstáculo para una correcta visión trasera.

El espacio para las piernas permite que usuarios "de altura" viajen cómodamente y todo ello gracias a la distribución realizada del interior, sustentada en una batalla de 2,6 metros. Las dimensiones del maletero son espectaculares. Según los datos registrados por nuestro Centro Técnico, tiene una capacidad de 530 litros. Sin embargo, esta buena cifra a priori queda "coartada" por un acceso poco útil. El sistema de apertura entorpece la carga de determinados objetos, sobre todo los más voluminosos. Encontramos diferencias de matices en el interior del Logan: modernidad frente a tradición. El cuentarrevoluciones y el velocímetro son relojes analógicos, como en casi todos los coches del mercado; el cuentakilómetros, la hora y el nivel del combustible sin embargo son digitales. La mano de Renault, marca que auspicia el lanzamiento de este coche en Europa, se nota.


LO MEJOR
LO PEOR
* El precio
* Capacidad maletero
* Interior apacible
* Calidad de terminación
* Mecánica muy ruidosa
* Ajuste de los materiales