El Forester es el modelo más vendido de Subaru en España -acapara cerca del 65 por ciento de las matriculaciones de la firma japonesa en nuestro país-, pero el mercado español no está para todo terrenos. Según las matriculaciones de los últimos meses, estos vehículos han metido la reductora y pierden adeptos. Tal vez por eso o porque desde un principio fue presentado como un "turismo familiar con prestaciones off road", la nueva vuelta de tuerca de este modelo ha intentado aunar las virtudes de ambas configuraciones. También se ha hecho un guiño a las familias y se ha potenciado el apartado de la seguridad.
Entre tantas novedades, la configuración mecánica de sus propulsores sigue intacta. El Forester presenta un 2.0 atmosférico y un 2.0 turbo; en ambos casos se mantiene la posición horizontal y los cilindros opuestos -tipo Boxer, como sólo conserva Porsche-. Se trata de un tipo de motor heredado directamente de los modelos de competición. Además, Subaru ha reforzado el Forester. Según sus propios datos, la estructura delantera es ahora un 60 por ciento más fuerte y se ha incluido en el bastidor un refuerzo en forma de anillo. A pesar de ello, el Forester ha cuidado la línea y presenta una reducción de peso gracias al empleo del aluminio en el capó, techo, llantas, defensas, carcasas, transmisión... En realidad, no hay casi ningún panel de su carrocería que no se haya retocado. Estéticamente, se distingue por su nuevo frontal, ahora más afilado, por su nuevos grupos ópticos y, sobre todo, por su amplia luna trasera. De forma hexagonal, esta ventana permite al conductor controlar la existencia de objetos pequeños a su espalda (según Subaru, el área de visión se extiende por encima de un metro del suelo), además de dar al modelo una imagen mucho más estilizada, lejos de los mastodónticos todo terrenos. El Forester es el modelo más vendido de Subaru en España -acapara cerca del 65 por ciento de las matriculaciones de la firma japonesa en nuestro país-, pero el mercado español no está para todo terrenos. Según las matriculaciones de los últimos meses, estos vehículos han metido la reductora y pierden adeptos. Tal vez por eso o porque desde un principio fue presentado como un "turismo familiar con prestaciones off road", la nueva vuelta de tuerca de este modelo ha intentado aunar las virtudes de ambas configuraciones. También se ha hecho un guiño a las familias y se ha potenciado el apartado de la seguridad.
Entre tantas novedades, la configuración mecánica de sus propulsores sigue intacta. El Forester presenta un 2.0 atmosférico y un 2.0 turbo; en ambos casos se mantiene la posición horizontal y los cilindros opuestos -tipo Boxer, como sólo conserva Porsche-. Se trata de un tipo de motor heredado directamente de los modelos de competición. Además, Subaru ha reforzado el Forester. Según sus propios datos, la estructura delantera es ahora un 60 por ciento más fuerte y se ha incluido en el bastidor un refuerzo en forma de anillo. A pesar de ello, el Forester ha cuidado la línea y presenta una reducción de peso gracias al empleo del aluminio en el capó, techo, llantas, defensas, carcasas, transmisión... En realidad, no hay casi ningún panel de su carrocería que no se haya retocado. Estéticamente, se distingue por su nuevo frontal, ahora más afilado, por su nuevos grupos ópticos y, sobre todo, por su amplia luna trasera. De forma hexagonal, esta ventana permite al conductor controlar la existencia de objetos pequeños a su espalda (según Subaru, el área de visión se extiende por encima de un metro del suelo), además de dar al modelo una imagen mucho más estilizada, lejos de los mastodónticos todo terrenos.