Con la llegada del Citroën Picasso se rompe de forma definitiva esa hegemonía que mantenía el Renault Scénic dentro de un segmento en el que la oferta era más bien escasa. Bien es cierto que entre medias habían aparecido modelos que también competían con el Scénic, pero ninguno de forma tan igualada como lo hace ahora el Picasso. Las versiones que hoy comparamos se pueden considerar como el escalón más básico de sus respectivas gamas, en cuanto a motores de gasolina se refiere, ya que ambos tienen por encima de ellas variantes con motores más potentes. Sin embargo, nuestros protagonistas aportan todas las virtudes y ventajas que ofrecen la modularidad interior y calidad de vida inherentes a su carrocería de tipo monovolumen. Tanto Renault como Citroën renovaron recientemente sus motores de 1,6 litros, para adaptarlos a las nuevas, y cada vez más exigentes, normativas anticontaminación. Sin embargo, Renault aprovecha para dar un salto generacional y adoptar las cuatro válvulas por cilindro. Ofrece una potencia de 110 CV, mientras que Citroën sigue manteniendo los 90 CV que ofrecía en la anterior variante de esta mecánica. Y, precisamente, esta desigualdad de caballos es la responsable en buena parte de las diferencias que existen entre ambos modelos a la hora de medirse contra el cronómetro. El motor del Scénic cuenta con una respuesta más rápida al acelerador, sube de vueltas con gran rapidez y mantiene la velocidad con mayor facilidad que el del Picasso, al que le cuesta algo más el escalar la "inexistente" escala del cuentarrevoluciones. Y es que, al margen de su menor potencia, el Picasso también cuenta con el lastre de su mayor peso y unos desarrollos del cambio más largos. Con todo, y con ello, el Picasso permite circular por carretera sin muchas complicaciones y, únicamente, hay que tener en cuenta que tendremos que manejar un mayor número de veces el cambio que en el caso de su rival. Con la llegada del Citroën Picasso se rompe de forma definitiva esa hegemonía que mantenía el Renault Scénic dentro de un segmento en el que la oferta era más bien escasa. Bien es cierto que entre medias habían aparecido modelos que también competían con el Scénic, pero ninguno de forma tan igualada como lo hace ahora el Picasso. Las versiones que hoy comparamos se pueden considerar como el escalón más básico de sus respectivas gamas, en cuanto a motores de gasolina se refiere, ya que ambos tienen por encima de ellas variantes con motores más potentes. Sin embargo, nuestros protagonistas aportan todas las virtudes y ventajas que ofrecen la modularidad interior y calidad de vida inherentes a su carrocería de tipo monovolumen. Tanto Renault como Citroën renovaron recientemente sus motores de 1,6 litros, para adaptarlos a las nuevas, y cada vez más exigentes, normativas anticontaminación. Sin embargo, Renault aprovecha para dar un salto generacional y adoptar las cuatro válvulas por cilindro. Ofrece una potencia de 110 CV, mientras que Citroën sigue manteniendo los 90 CV que ofrecía en la anterior variante de esta mecánica. Y, precisamente, esta desigualdad de caballos es la responsable en buena parte de las diferencias que existen entre ambos modelos a la hora de medirse contra el cronómetro. El motor del Scénic cuenta con una respuesta más rápida al acelerador, sube de vueltas con gran rapidez y mantiene la velocidad con mayor facilidad que el del Picasso, al que le cuesta algo más el escalar la "inexistente" escala del cuentarrevoluciones. Y es que, al margen de su menor potencia, el Picasso también cuenta con el lastre de su mayor peso y unos desarrollos del cambio más largos. Con todo, y con ello, el Picasso permite circular por carretera sin muchas complicaciones y, únicamente, hay que tener en cuenta que tendremos que manejar un mayor número de veces el cambio que en el caso de su rival.
Citroën Xsara Picasso 1.6 / Renault Scénic 1.6 RXE
Aunque ambos modelos están situados en el primer escalón de la oferta de sus respectivas gamas, ofrecen un buen equipamiento, son cómodos, amplios y cuentan con un precio base muy ajustado, motivos más que suficientes para que su éxito de ventas esté prácticamente asegurado.
