Juega con ventaja, ya que acaba de llegar al mercado; es el modelo que ha podido rectificar los errores de los demás y ver cómo cambiaban los gustos de los compradores. Y vaya si se ha aprendido la lección: tiene un bastidor que lo convierte en el monovolumen más “deportivo" que ha pasado por nuestras manos y una configuración innovadora gracias a los raíles que permiten mover las plazas traseras diagonalmente.
Comparte motor con el Xsara Picasso y en báscula da el mismo peso, pero sabe arañarle algunas décimas en su lucha contra el crono gracias a su cuidada aerodinámica, la mejor de todos estos modelos analizados. El consumo de ambos parece una fotocopia: calcados.
Citroën saca partido de su política de descuentos y de su buen precio y ofrece un Xsara Picasso “cargadito" de equipamiento y muy lujoso. El C-Max, aunque tiene un diseño interior más moderno y ergonómico, pierde en este apartado porque el control de estabilidad lo cobra aparte (200 euros). Hemos elegido esta versión porque el motor se acerca al que monta el Xsara Picasso de nuestra prueba, pero el comprador debe saber que, por el mismo precio que el Citroën, puede encontrar un Almera Tino Diesel de 136 CV de potencia. Es una opción que no puede olvidar, porque este 2.2 de 112 CV resulta mucho más lento y más “gastador" que el de su rival.
El interior de este Nissan también ha notado el paso del tiempo y no ofrece las soluciones innovadoras que encontramos en algunos de los modelos que analizamos. Eso sí, presenta la mejor tarifa de todos estos monovolúmenes: lástima que el ESP no se encuentre disponible en este modelo (una gran carencia). Abrió la moda de las siete plazas y de los asientos escamoteables que otras marcas no han dudado en copiar. La vida a bordo también es uno de los fuertes de este Zafira. El Picasso ofrece un interior menos versátil, pero gana en el apartado mecánico. Más rápido que su rival, también presenta un consumo más contenido.
El precio de partida es desfavorable para Citroën, pero no nos podemos fiar: ofrece constantemente interesantes descuentos para sus modelos. Además, en el Zafira hay que desembolsar 541 euros más para montar el ESP. El otro gran triunfador del segmento. Algo más pequeño que su rival, ofrece un interior confortable para cinco pasajeros con multitud de guiños para facilitar la vida a bordo: mesitas, cofres, guanteras… El motor de 120 CV de este Renault se muestra algo más remolón frente al del Xsara Picasso. También necesita pasar más por “boxes", ya que su consumo es más alto.
Ofrece asientos deslizantes y, como en el caso del C-Max, permite –si quitamos el asiento central- desplazar los laterales hacia el centro. Gracias a sus mayores dimensiones, puede ofrecer un interior con siete plazas (las dos extras son opcionales). Su motor, aunque algo menos potente, le permite plantar cara al del Xsara Picasso debido a su combinación con una caja de cambios de seis velocidades. También presenta un buen nivel de equipamiento, con el ESP de serie. Juega con ventaja, ya que acaba de llegar al mercado; es el modelo que ha podido rectificar los errores de los demás y ver cómo cambiaban los gustos de los compradores. Y vaya si se ha aprendido la lección: tiene un bastidor que lo convierte en el monovolumen más “deportivo" que ha pasado por nuestras manos y una configuración innovadora gracias a los raíles que permiten mover las plazas traseras diagonalmente.
Comparte motor con el Xsara Picasso y en báscula da el mismo peso, pero sabe arañarle algunas décimas en su lucha contra el crono gracias a su cuidada aerodinámica, la mejor de todos estos modelos analizados. El consumo de ambos parece una fotocopia: calcados.
Citroën saca partido de su política de descuentos y de su buen precio y ofrece un Xsara Picasso “cargadito" de equipamiento y muy lujoso. El C-Max, aunque tiene un diseño interior más moderno y ergonómico, pierde en este apartado porque el control de estabilidad lo cobra aparte (200 euros). Hemos elegido esta versión porque el motor se acerca al que monta el Xsara Picasso de nuestra prueba, pero el comprador debe saber que, por el mismo precio que el Citroën, puede encontrar un Almera Tino Diesel de 136 CV de potencia. Es una opción que no puede olvidar, porque este 2.2 de 112 CV resulta mucho más lento y más “gastador" que el de su rival.
El interior de este Nissan también ha notado el paso del tiempo y no ofrece las soluciones innovadoras que encontramos en algunos de los modelos que analizamos. Eso sí, presenta la mejor tarifa de todos estos monovolúmenes: lástima que el ESP no se encuentre disponible en este modelo (una gran carencia). Abrió la moda de las siete plazas y de los asientos escamoteables que otras marcas no han dudado en copiar. La vida a bordo también es uno de los fuertes de este Zafira. El Picasso ofrece un interior menos versátil, pero gana en el apartado mecánico. Más rápido que su rival, también presenta un consumo más contenido.
El precio de partida es desfavorable para Citroën, pero no nos podemos fiar: ofrece constantemente interesantes descuentos para sus modelos. Además, en el Zafira hay que desembolsar 541 euros más para montar el ESP. El otro gran triunfador del segmento. Algo más pequeño que su rival, ofrece un interior confortable para cinco pasajeros con multitud de guiños para facilitar la vida a bordo: mesitas, cofres, guanteras… El motor de 120 CV de este Renault se muestra algo más remolón frente al del Xsara Picasso. También necesita pasar más por “boxes", ya que su consumo es más alto.
Ofrece asientos deslizantes y, como en el caso del C-Max, permite –si quitamos el asiento central- desplazar los laterales hacia el centro. Gracias a sus mayores dimensiones, puede ofrecer un interior con siete plazas (las dos extras son opcionales). Su motor, aunque algo menos potente, le permite plantar cara al del Xsara Picasso debido a su combinación con una caja de cambios de seis velocidades. También presenta un buen nivel de equipamiento, con el ESP de serie. Juega con ventaja, ya que acaba de llegar al mercado; es el modelo que ha podido rectificar los errores de los demás y ver cómo cambiaban los gustos de los compradores. Y vaya si se ha aprendido la lección: tiene un bastidor que lo convierte en el monovolumen más “deportivo" que ha pasado por nuestras manos y una configuración innovadora gracias a los raíles que permiten mover las plazas traseras diagonalmente.
Comparte motor con el Xsara Picasso y en báscula da el mismo peso, pero sabe arañarle algunas décimas en su lucha contra el crono gracias a su cuidada aerodinámica, la mejor de todos estos modelos analizados. El consumo de ambos parece una fotocopia: calcados.
Citroën saca partido de su política de descuentos y de su buen precio y ofrece un Xsara Picasso “cargadito" de equipamiento y muy lujoso. El C-Max, aunque tiene un diseño interior más moderno y ergonómico, pierde en este apartado porque el control de estabilidad lo cobra aparte (200 euros). Hemos elegido esta versión porque el motor se acerca al que monta el Xsara Picasso de nuestra prueba, pero el comprador debe saber que, por el mismo precio que el Citroën, puede encontrar un Almera Tino Diesel de 136 CV de potencia. Es una opción que no puede olvidar, porque este 2.2 de 112 CV resulta mucho más lento y más “gastador" que el de su rival.
El interior de este Nissan también ha notado el paso del tiempo y no ofrece las soluciones innovadoras que encontramos en algunos de los modelos que analizamos. Eso sí, presenta la mejor tarifa de todos estos monovolúmenes: lástima que el ESP no se encuentre disponible en este modelo (una gran carencia). Abrió la moda de las siete plazas y de los asientos escamoteables que otras marcas no han dudado en copiar. La vida a bordo también es uno de los fuertes de este Zafira. El Picasso ofrece un interior menos versátil, pero gana en el apartado mecánico. Más rápido que su rival, también presenta un consumo más contenido.
El precio de partida es desfavorable para Citroën, pero no nos podemos fiar: ofrece constantemente interesantes descuentos para sus modelos. Además, en el Zafira hay que desembolsar 541 euros más para montar el ESP. El otro gran triunfador del segmento. Algo más pequeño que su rival, ofrece un interior confortable para cinco pasajeros con multitud de guiños para facilitar la vida a bordo: mesitas, cofres, guanteras… El motor de 120 CV de este Renault se muestra algo más remolón frente al del Xsara Picasso. También necesita pasar más por “boxes", ya que su consumo es más alto.
Ofrece asientos deslizantes y, como en el caso del C-Max, permite –si quitamos el asiento central- desplazar los laterales hacia el centro. Gracias a sus mayores dimensiones, puede ofrecer un interior con siete plazas (las dos extras son opcionales). Su motor, aunque algo menos potente, le permite plantar cara al del Xsara Picasso debido a su combinación con una caja de cambios de seis velocidades. También presenta un buen nivel de equipamiento, con el ESP de serie. Juega con ventaja, ya que acaba de llegar al mercado; es el modelo que ha podido rectificar los errores de los demás y ver cómo cambiaban los gustos de los compradores. Y vaya si se ha aprendido la lección: tiene un bastidor que lo convierte en el monovolumen más “deportivo" que ha pasado por nuestras manos y una configuración innovadora gracias a los raíles que permiten mover las plazas traseras diagonalmente.
Comparte motor con el Xsara Picasso y en báscula da el mismo peso, pero sabe arañarle algunas décimas en su lucha contra el crono gracias a su cuidada aerodinámica, la mejor de todos estos modelos analizados. El consumo de ambos parece una fotocopia: calcados.
Citroën saca partido de su política de descuentos y de su buen precio y ofrece un Xsara Picasso “cargadito" de equipamiento y muy lujoso. El C-Max, aunque tiene un diseño interior más moderno y ergonómico, pierde en este apartado porque el control de estabilidad lo cobra aparte (200 euros). Hemos elegido esta versión porque el motor se acerca al que monta el Xsara Picasso de nuestra prueba, pero el comprador debe saber que, por el mismo precio que el Citroën, puede encontrar un Almera Tino Diesel de 136 CV de potencia. Es una opción que no puede olvidar, porque este 2.2 de 112 CV resulta mucho más lento y más “gastador" que el de su rival.
El interior de este Nissan también ha notado el paso del tiempo y no ofrece las soluciones innovadoras que encontramos en algunos de los modelos que analizamos. Eso sí, presenta la mejor tarifa de todos estos monovolúmenes: lástima que el ESP no se encuentre disponible en este modelo (una gran carencia). Abrió la moda de las siete plazas y de los asientos escamoteables que otras marcas no han dudado en copiar. La vida a bordo también es uno de los fuertes de este Zafira. El Picasso ofrece un interior menos versátil, pero gana en el apartado mecánico. Más rápido que su rival, también presenta un consumo más contenido.
El precio de partida es desfavorable para Citroën, pero no nos podemos fiar: ofrece constantemente interesantes descuentos para sus modelos. Además, en el Zafira hay que desembolsar 541 euros más para montar el ESP. El otro gran triunfador del segmento. Algo más pequeño que su rival, ofrece un interior confortable para cinco pasajeros con multitud de guiños para facilitar la vida a bordo: mesitas, cofres, guanteras… El motor de 120 CV de este Renault se muestra algo más remolón frente al del Xsara Picasso. También necesita pasar más por “boxes", ya que su consumo es más alto.
Ofrece asientos deslizantes y, como en el caso del C-Max, permite –si quitamos el asiento central- desplazar los laterales hacia el centro. Gracias a sus mayores dimensiones, puede ofrecer un interior con siete plazas (las dos extras son opcionales). Su motor, aunque algo menos potente, le permite plantar cara al del Xsara Picasso debido a su combinación con una caja de cambios de seis velocidades. También presenta un buen nivel de equipamiento, con el ESP de serie. Juega con ventaja, ya que acaba de llegar al mercado; es el modelo que ha podido rectificar los errores de los demás y ver cómo cambiaban los gustos de los compradores. Y vaya si se ha aprendido la lección: tiene un bastidor que lo convierte en el monovolumen más “deportivo" que ha pasado por nuestras manos y una configuración innovadora gracias a los raíles que permiten mover las plazas traseras diagonalmente.
Comparte motor con el Xsara Picasso y en báscula da el mismo peso, pero sabe arañarle algunas décimas en su lucha contra el crono gracias a su cuidada aerodinámica, la mejor de todos estos modelos analizados. El consumo de ambos parece una fotocopia: calcados.
Citroën saca partido de su política de descuentos y de su buen precio y ofrece un Xsara Picasso “cargadito" de equipamiento y muy lujoso. El C-Max, aunque tiene un diseño interior más moderno y ergonómico, pierde en este apartado porque el control de estabilidad lo cobra aparte (200 euros). Hemos elegido esta versión porque el motor se acerca al que monta el Xsara Picasso de nuestra prueba, pero el comprador debe saber que, por el mismo precio que el Citroën, puede encontrar un Almera Tino Diesel de 136 CV de potencia. Es una opción que no puede olvidar, porque este 2.2 de 112 CV resulta mucho más lento y más “gastador" que el de su rival.
El interior de este Nissan también ha notado el paso del tiempo y no ofrece las soluciones innovadoras que encontramos en algunos de los modelos que analizamos. Eso sí, presenta la mejor tarifa de todos estos monovolúmenes: lástima que el ESP no se encuentre disponible en este modelo (una gran carencia). Abrió la moda de las siete plazas y de los asientos escamoteables que otras marcas no han dudado en copiar. La vida a bordo también es uno de los fuertes de este Zafira. El Picasso ofrece un interior menos versátil, pero gana en el apartado mecánico. Más rápido que su rival, también presenta un consumo más contenido.
El precio de partida es desfavorable para Citroën, pero no nos podemos fiar: ofrece constantemente interesantes descuentos para sus modelos. Además, en el Zafira hay que desembolsar 541 euros más para montar el ESP. El otro gran triunfador del segmento. Algo más pequeño que su rival, ofrece un interior confortable para cinco pasajeros con multitud de guiños para facilitar la vida a bordo: mesitas, cofres, guanteras… El motor de 120 CV de este Renault se muestra algo más remolón frente al del Xsara Picasso. También necesita pasar más por “boxes", ya que su consumo es más alto.
Ofrece asientos deslizantes y, como en el caso del C-Max, permite –si quitamos el asiento central- desplazar los laterales hacia el centro. Gracias a sus mayores dimensiones, puede ofrecer un interior con siete plazas (las dos extras son opcionales). Su motor, aunque algo menos potente, le permite plantar cara al del Xsara Picasso debido a su combinación con una caja de cambios de seis velocidades. También presenta un buen nivel de equipamiento, con el ESP de serie. Juega con ventaja, ya que acaba de llegar al mercado; es el modelo que ha podido rectificar los errores de los demás y ver cómo cambiaban los gustos de los compradores. Y vaya si se ha aprendido la lección: tiene un bastidor que lo convierte en el monovolumen más “deportivo" que ha pasado por nuestras manos y una configuración innovadora gracias a los raíles que permiten mover las plazas traseras diagonalmente.
Comparte motor con el Xsara Picasso y en báscula da el mismo peso, pero sabe arañarle algunas décimas en su lucha contra el crono gracias a su cuidada aerodinámica, la mejor de todos estos modelos analizados. El consumo de ambos parece una fotocopia: calcados.
Citroën saca partido de su política de descuentos y de su buen precio y ofrece un Xsara Picasso “cargadito" de equipamiento y muy lujoso. El C-Max, aunque tiene un diseño interior más moderno y ergonómico, pierde en este apartado porque el control de estabilidad lo cobra aparte (200 euros). Hemos elegido esta versión porque el motor se acerca al que monta el Xsara Picasso de nuestra prueba, pero el comprador debe saber que, por el mismo precio que el Citroën, puede encontrar un Almera Tino Diesel de 136 CV de potencia. Es una opción que no puede olvidar, porque este 2.2 de 112 CV resulta mucho más lento y más “gastador" que el de su rival.
El interior de este Nissan también ha notado el paso del tiempo y no ofrece las soluciones innovadoras que encontramos en algunos de los modelos que analizamos. Eso sí, presenta la mejor tarifa de todos estos monovolúmenes: lástima que el ESP no se encuentre disponible en este modelo (una gran carencia). Abrió la moda de las siete plazas y de los asientos escamoteables que otras marcas no han dudado en copiar. La vida a bordo también es uno de los fuertes de este Zafira. El Picasso ofrece un interior menos versátil, pero gana en el apartado mecánico. Más rápido que su rival, también presenta un consumo más contenido.
El precio de partida es desfavorable para Citroën, pero no nos podemos fiar: ofrece constantemente interesantes descuentos para sus modelos. Además, en el Zafira hay que desembolsar 541 euros más para montar el ESP. El otro gran triunfador del segmento. Algo más pequeño que su rival, ofrece un interior confortable para cinco pasajeros con multitud de guiños para facilitar la vida a bordo: mesitas, cofres, guanteras… El motor de 120 CV de este Renault se muestra algo más remolón frente al del Xsara Picasso. También necesita pasar más por “boxes", ya que su consumo es más alto.
Ofrece asientos deslizantes y, como en el caso del C-Max, permite –si quitamos el asiento central- desplazar los laterales hacia el centro. Gracias a sus mayores dimensiones, puede ofrecer un interior con siete plazas (las dos extras son opcionales). Su motor, aunque algo menos potente, le permite plantar cara al del Xsara Picasso debido a su combinación con una caja de cambios de seis velocidades. También presenta un buen nivel de equipamiento, con el ESP de serie.