Citroën C3 1.6 HDI Exclusive

El mensaje principal que intenta transmitir una marca como Citroën es confort de marcha, una percepción que en sus modelos más pequeños no siempre resulta diferenciadora. Pero, para esta segunda generación, el C3 hace por remarcar el valor más tradicional de la marca, aquella comodidad, y también el más actual, el de una mayor calidad percibida.

Citroën C3 1.6 HDI Exclusive
Citroën C3 1.6 HDI Exclusive
No son muchas las marcas que pueden presumir de tener una filosofía de producto tan definida como Citroën. Entre similares, esto puede suponer un valor añadido para quien valore algo muy concreto, en este caso, tratándose de esta marca francesa, confort y suavidad de conducción.


Citroën
 y comodidad van ligados hasta el punto que el «equilibrio» a veces puede quedar penalizado por su clara y directa apuesta por el confort de marcha. En esta percepción que luego aclararemos tienen  mucha importancia sus suspensiones.  No hace falta disponer del sistema  hidroneumático de los C5 y C6 para  que el filtrado entre ruedas y asfalto del nuevo C3 (y todo enlace mecánico: dirección, cambio, etc...) se nos antoje, para bien y para mal, siempre algo más  aislado que en cualquier rival directo.

Muelles y amortiguadores recurren a tarados blandos
 que, en frecuencias lentas de trabajo (por ejemplo, en  amplios badenes de carretera o en  bruscos baches urbanos tomados  a baja velocidad), consiguen un aislamiento y filtración que envidiaría  más de una buena gran berlina. Pero el rango óptimo de trabajo de la  suspensión está muy acotado en el  C3 y si ese mismo bache cortante de  ciudad, o badén o junta de carretera  los tomamos a una velocidad superior, se degrada drásticamente su comodidad y comportamiento.

De no sentir apenas un bache y seguir  la línea marcada sin atenciones, el C3 nos puede alertar con golpes muy fuertes de las suspensiones, vibraciones transmitidas a la  carrocería e imprecisiones de  trayectoria. Otros coches no llegan  a alcanzar el mejor nivel de filtración  de este C3 (un Clio por ejemplo), pero tampoco rompe su condición  si extremamos su uso. 

De la misma manera, su dinámica también tiene un antes y un después. De sus cómodas suspensiones se desprende quizás un apoyo en curva menos directo que sus rivales, aunque inmediatamente después nos encontramos con un coche que gira perfectamente, fácil y rápido, e incluso con una trasera razonablemente participativa. No obstante, hemos  probado una versión con unas estéticas —y generosas— neumáticos opcionales 205/45 R17 (100 €) que en gran medida garantizan una alta  capacidad direccional y agarre lateral (también una peor absorción del  bache pequeño y descompensan la  progresividad de las suspensiones).  Con todo ello, su mejor comportamiento surge anticipando los giros, moderando los apoyos y practicando una conducción  fluida. Más allá oscila claramente de carrocería y pierde precisión de trayectoria, entrando elcontrol de estabilidad ESP en funcionamiento con enérgicas medidas securizantes. Resulta tan evidente su acción en estas situaciones, que el ESP debería ser un elemento de  serie cuando además su coste es de sólo 300 euros. Sobre la frenada  también hay que tener en cuenta los  neumáticos con que hemos probado  este C3, seguramente muy influyentes en las excelentes distancias  de frenado.


El agrado general del nuevo C3 empieza por su habitáculo, si no antes por su bonito cascarón. Esta segunda generación  no revoluciona, sino que evoluciona el concepto existente que sí supuso en su  día una apuesta fresca y funcional de su  carrocería pseudomonovolumen entre los utilitarios convencionales. Ahora ha tocado rejuvenecer —y sofisticar— su  imagen y siguiendo la tendencia crecer en todas las direcciones.

No obstante, aunque suma 9 centímetros de longitud,  cede 6 a los 4 metrosque, centímetro arriba centímetro abajo, han estandarizado los modelos más representativos  del segmento (el Ibiza se va incluso a  los 4,05 m). Junto alYaris, el nuevo C3  es el más alto (1,53 m8 cm más que el  citado Ibiza), y esto se aprovecha para  llevar el punto de caderas más arriba  que en los modelos convencionales  (tipo Clio, 207, Fiesta, Polo, etc). Por  todo ello, resulta muy cómodo subirse/ bajarse del C3 y maniobrar desde una  posición algo más alta en la ciudad. 

Los asientos delanteros siguen la ergonomía Citroën, con un respaldo amplio  y abierto y un mullido blando, que  descuidan algo la sujeción lateral (tampoco disponen de reglaje lumbar), pero resultan muy confortables, al menos en  el trayecto corto/medio.  Detrás nos encontramos una banqueta  algo más corta que las delanteras  (contra lo que pudiera sugerir el modelo,  no es deslizable), pero igualmente  resulta cómoda por acceso, formas y mullido. Además, los sobreelevados  asientos delanteros dejan un generoso espacio en el piso para los pies de los pasajeros traseros. Los niños, por descontado, pero también los adultos encontrarán  una buena segunda fila sin sentirse hundidos ni encajonados. 

Las cotas de habitabilidad están en la  mitad del segmento, igual que elmaletero  (300 litros verificados, 5 menos que  antes), aunque según nuestras medidas  no aporta una ganancia respeto al C3  saliente. En todo caso, sí se puede beneficiar de un mayor espacio para las rodillas  el pasajero trasero derecho, contando  con la colaboración del pasajero  delantero: la guantera retrasa su ubicación  en el salpicadero, de tal manera que  el pasajero delantero puede ganar 8 centímetros  y a su vez cedérselos a quien  viaje detrás suya. 

El equipamiento parte de un básico  que incluye como elemental hoy día una conexión Bluetooth para enlazar con  nuestro teléfono móvil o el cierre automático  de puertas al iniciar la marcha.  Y en función al acabado, dispone de otros «elementos básicos» como los sensores  de aparcamiento, el ordenador de  viaje, etc. No aparecen, por ahora, faros  de xenón, de giro, o una llave electrónica,  elementos vistos en el segmento.   

1.6 HDI 90  CV

La misma línea de agrado sigue su motor HDI, aunque su sonoridad en aceleración parece mejorable. La relación peso/potencia convierte a este C3 es un  coche rápido hasta mucho más allá de la velocidad máxima legal y suficientemente convincente en las fases de reaceleración  y adelantamiento. De hecho, se  mueve con la autoridad suficiente para recibir más desarrollo del queofrece su 5ª marcha. Más adelante llegará un sistema Stop&Start con el objetivo de reducir un consumo ya de por sí contenido en esta versión que con 110 g/km de CO2 está exenta del impuesto de matriculación.

Los últimos movimientos de Citroën por mejorar la calidad percibida  se exponen a golpe de vista en el nuevo C3. Se combina un diseño trabajado con un inusual repertorio de materiales. Hasta cuatro tipos de  superficies y dos tonalidades contamos en el salpicadero, que  recibe un agradable revestimiento superior acolchado. Incluso la tapicería de los asientos de esta versiónExclusive tiene un  tacto y presencia inhabitual en esta categoría.  Los detalles aparecen por todos los lados, aunque no todos son  apetecibles. El diseño se impone a la funcionalidad en un volante  achatado que, en un coche expuesto a maniobras urbanas que  exigen giros completos de volante, no es lo más recomendable.  Ni tampoco ciertos apliques metálicos (pomo, volante) que en climas extremos  incomodan la conducción. Detalles al margen, el puesto de conducción resulta muy agradable, por amplitud y ergonomía, incluso para quien busca un puesto integrador en la tarea de  conducir.  En la comodidad general también toma parte en esta versión  su largo parabrisas panorámico que suma «centímetros» de confort a base de una enorme luminosidad