Chrysler 300C

El buque insignia de Chrysler es el 300C, una berlina de inspiración genuinamente americana que ahora recibe un corazón puramente europeo, un poderoso V6 Diesel de tres litros producido por Mercedes. La combinación sorprende por lo bien que se conjugan ambas filosofías, tanto en la variante sedán como en la carrocería touring familiar.

Chrysler 300C
Chrysler 300C

Para convertirse en la gran apuesta de Chrysler para Europa y rivalizar con los BMW Serie 5, Audi A6 y Volvo S80, al colosal 300C le faltaba un argumento definitivo, un motor Diesel. Sin una mecánica de este tipo, ninguna berlina de gama alta se abre paso en el mercado europeo actual. Para cubrir el hueco, Chrysler no se ha andado por las ramas: ha elegido el magnífico tres litros CRD, un motor V6 construido por Mercedes y dotado de lo más avanzado del momento en tecnología turbodiesel. En Chrysler están tan satisfechos que no dudan en decir que este “es el mejor motor Diesel de la categoría".Y es que, si lo que dicen no es cierto, no le faltará mucho para serlo. Con su arquitectura V6, el motor logra una potencia de 218 CV a 3.800 revoluciones, con un impresionante par máximo de 51 mkg, el más alto del segmento en Diesel. Estas cifras, además, van aparejadas a un consumo que, en principio, parece muy contenido: sólo 8,1 litros a los 100 km, un dato que no está nada mal para un coche que pesa 1.928 kg. Gracias a estos datos, el gigante de Detroit, que, no hay que olvidarlo, es un propulsión trasera, alcanza los 100 km/h en sólo 7,6 segundos, una cifra muy interesante.El motor, construido en aluminio, dispone de algunos de los elementos más sofisticados de la actual tecnología turbodiesel. Así, al turbo de geometría variable se unen la inyección por common rail de alta presión (1.600 bares) y los inyectores piezoeléctricos cerámicos, una combinación que permite reducir consumos, ruidos y vibraciones sin que merme la entrega de potencia. Además, el escape cuenta con un sofisticado filtro de partículas que se limpia solo, reduciendo la necesidad de mantenimientos.
El propulsor ha sido desarrollado según el concepto de “caja única" (one-box-concept). De esa forma, el bloque, los elementos adicionales y las unidades auxiliares forman una única y compacta unidad. Gracias a este diseño, el V6 es más pequeño que el anterior motor de cinco cilindros en línea. Los cojinetes de los árboles de levas están integrados en las culatas y en las tapas de la distribución, lo que, según Chrysler, ahorra espacio y reduce el ruido. Los cuatro árboles de levas están accionados por un sistema de cadena de doble paso que también acciona el eje de equilibrado y la bomba inyectora de alta presión. Al volante, el motor deja sentir su poderío. Sube alegre de vueltas y empuja con una decisión inapelable, manifestando su enorme fuerza desde muy pocas revoluciones. Alcanzar cruceros muy elevados es sencillísimo para este 300C CRD, que, además, recupera con facilidad y se muestra noble, suave y silencioso.El cambio, automático con posibilidad de manejo secuencial, pone un borrón en la brillantez del motor, pues resulta algo lento de reacciones y no parece estar a la altura del motor.Esto es algo que, en parte, también le sucede al chasis: más pensado para el confort que para la deportividad, el bastidor destaca por lo blando de las suspensiones, que son comodísimas. Con una carrocería tan voluminosa, el coche oscila más de lo que nos gustaría cuando la carretera se vuelve enrevesada. Claro que, calzado con unos espectaculares neumáticos 225/60 R18 en llanta de 18, muy mal se tienen que poner las cosas para que el coche pierda agarre. Por si fuera poco, un magnífico equipo de frenos y el ESP permanecen vigilantes.Todos esos pequeños problemas de agilidad se olvidan en cuanto dejamos atrás las carreteras “ratoneras". Apenas pisamos el asfalto de las autovías o de las carreteras fáciles y ya comprendemos qué es lo que ofrece este coche de categoría “premium". Su rodar suntuoso, su alto agrado de conducción, el enorme confort que se disfruta en su interior... Todo está pensado para hacer del viaje algo placentero y enormemente agradable, sin agobios, sin ejercicios atléticos innecesarios... Coches tan señoriales como los Jaguar S-Type o los Volvo S80 tienen en el 300C a un rival digno de su talla.En Chrysler confían en que la llegada de esta mecánica sea un espaldarazo para sus ventas de turismos en España. De hecho, ahora mismo venden unos 2.000 turismos, que, sumados a monovolúmenes y todo terrenos, suponen unas ventas anuales de 5.000 unidades. A la altura de 2008, cuando la gama cuente con un buen número de motores de gasóleo, las unidades vendidas al año deberán superar las 20.000, de las que unas 15.000 tendrán que ser turismos.

Los responsables de la marca confían mucho en el 300 C CRD como motor para sus ventas. Explican que, con un precio de tarifa de 39.950 euros para la carrocería berlina y 42.450 euros para el Touring, la gama sale a la venta con unos precios muy competitivos, situada justo por debajo de lo que cuestan sus más directos competidores. De hecho, comparan las tarifas base de su coche con las del BMW 530 D, su más directo rival y, con todo el mismo equipamiento, el coche bávaro cuesta 15.180 euros más que el americano.

Así, para el año próximo, en Chrysler España esperan vender un total de 1.800 unidades del 300C CRD, de las que 1.400 serán berlinas. El coche, para Europa, se monta en la factoría austríaca de Graz. Para convertirse en la gran apuesta de Chrysler para Europa y rivalizar con los BMW Serie 5, Audi A6 y Volvo S80, al colosal 300C le faltaba un argumento definitivo, un motor Diesel. Sin una mecánica de este tipo, ninguna berlina de gama alta se abre paso en el mercado europeo actual. Para cubrir el hueco, Chrysler no se ha andado por las ramas: ha elegido el magnífico tres litros CRD, un motor V6 construido por Mercedes y dotado de lo más avanzado del momento en tecnología turbodiesel. En Chrysler están tan satisfechos que no dudan en decir que este “es el mejor motor Diesel de la categoría".Y es que, si lo que dicen no es cierto, no le faltará mucho para serlo. Con su arquitectura V6, el motor logra una potencia de 218 CV a 3.800 revoluciones, con un impresionante par máximo de 51 mkg, el más alto del segmento en Diesel. Estas cifras, además, van aparejadas a un consumo que, en principio, parece muy contenido: sólo 8,1 litros a los 100 km, un dato que no está nada mal para un coche que pesa 1.928 kg. Gracias a estos datos, el gigante de Detroit, que, no hay que olvidarlo, es un propulsión trasera, alcanza los 100 km/h en sólo 7,6 segundos, una cifra muy interesante.El motor, construido en aluminio, dispone de algunos de los elementos más sofisticados de la actual tecnología turbodiesel. Así, al turbo de geometría variable se unen la inyección por common rail de alta presión (1.600 bares) y los inyectores piezoeléctricos cerámicos, una combinación que permite reducir consumos, ruidos y vibraciones sin que merme la entrega de potencia. Además, el escape cuenta con un sofisticado filtro de partículas que se limpia solo, reduciendo la necesidad de mantenimientos.
El propulsor ha sido desarrollado según el concepto de “caja única" (one-box-concept). De esa forma, el bloque, los elementos adicionales y las unidades auxiliares forman una única y compacta unidad. Gracias a este diseño, el V6 es más pequeño que el anterior motor de cinco cilindros en línea. Los cojinetes de los árboles de levas están integrados en las culatas y en las tapas de la distribución, lo que, según Chrysler, ahorra espacio y reduce el ruido. Los cuatro árboles de levas están accionados por un sistema de cadena de doble paso que también acciona el eje de equilibrado y la bomba inyectora de alta presión. Al volante, el motor deja sentir su poderío. Sube alegre de vueltas y empuja con una decisión inapelable, manifestando su enorme fuerza desde muy pocas revoluciones. Alcanzar cruceros muy elevados es sencillísimo para este 300C CRD, que, además, recupera con facilidad y se muestra noble, suave y silencioso.El cambio, automático con posibilidad de manejo secuencial, pone un borrón en la brillantez del motor, pues resulta algo lento de reacciones y no parece estar a la altura del motor.Esto es algo que, en parte, también le sucede al chasis: más pensado para el confort que para la deportividad, el bastidor destaca por lo blando de las suspensiones, que son comodísimas. Con una carrocería tan voluminosa, el coche oscila más de lo que nos gustaría cuando la carretera se vuelve enrevesada. Claro que, calzado con unos espectaculares neumáticos 225/60 R18 en llanta de 18, muy mal se tienen que poner las cosas para que el coche pierda agarre. Por si fuera poco, un magnífico equipo de frenos y el ESP permanecen vigilantes.Todos esos pequeños problemas de agilidad se olvidan en cuanto dejamos atrás las carreteras “ratoneras". Apenas pisamos el asfalto de las autovías o de las carreteras fáciles y ya comprendemos qué es lo que ofrece este coche de categoría “premium". Su rodar suntuoso, su alto agrado de conducción, el enorme confort que se disfruta en su interior... Todo está pensado para hacer del viaje algo placentero y enormemente agradable, sin agobios, sin ejercicios atléticos innecesarios... Coches tan señoriales como los Jaguar S-Type o los Volvo S80 tienen en el 300C a un rival digno de su talla.En Chrysler confían en que la llegada de esta mecánica sea un espaldarazo para sus ventas de turismos en España. De hecho, ahora mismo venden unos 2.000 turismos, que, sumados a monovolúmenes y todo terrenos, suponen unas ventas anuales de 5.000 unidades. A la altura de 2008, cuando la gama cuente con un buen número de motores de gasóleo, las unidades vendidas al año deberán superar las 20.000, de las que unas 15.000 tendrán que ser turismos.

Los responsables de la marca confían mucho en el 300 C CRD como motor para sus ventas. Explican que, con un precio de tarifa de 39.950 euros para la carrocería berlina y 42.450 euros para el Touring, la gama sale a la venta con unos precios muy competitivos, situada justo por debajo de lo que cuestan sus más directos competidores. De hecho, comparan las tarifas base de su coche con las del BMW 530 D, su más directo rival y, con todo el mismo equipamiento, el coche bávaro cuesta 15.180 euros más que el americano.

Así, para el año próximo, en Chrysler España esperan vender un total de 1.800 unidades del 300C CRD, de las que 1.400 serán berlinas. El coche, para Europa, se monta en la factoría austríaca de Graz.