BMW X6 30d y Mercedes GLE Coupe 350d parecen hermanos gemelos, pero no lo son. Primero fue BMW el que innovó convirtiendo al X5 en un coupé de cinco puertas con el X6. Ahora llega Mercedes y hace lo mismo con su ML, que ha pasado a denominar GLE Coupé. En los dos casos el concepto es idéntico y ahora veremos que las similitudes en el resultado son muchas. El segmento de los SUV deportivos no va a parar de crecer, y eso a pesar de que sea un contrasentido hablar de deportividad en coches de más de dos toneladas y con una altura total superior a la de la mayoría de las personas. Pero es un estilo de carrocería que gusta y, si hay demanda, hay oferta. Tanto BMW como Mercedes han sabido llevar este concepto a su terreno de lujo y deportividad y, al margen de si es un contrasentido hablar de deportividad o no, en los dos casos tenemos una elevada calidad de fabricación que logra dos auténticos cochazos. Ambos pertenecen a las gamas altas y derivan de coches de probada eficacia. En el caso del X6 el punto de partida era el SUV X5 mientras que el GLE Coupé deriva de un excelente, aunque veterano, todoterreno. No hay intención de abandonar el asfalto para complicarse la existencia fuera de él, aunque podrían. No ofrecen reductoras, acabados específicos “off-road” ni neumáticos mixtos. Su enfoque estético busca efectividad en el asfalto, si bien tienen capacidad para pasar por más sitios de los que imaginas.
Tienen similares proporciones exteriores. El Mercedes GLE Coupe es 1 centímetro más corto que el BMW X6 pero 1 cm más ancho y 3 cm más alto. Esto, unido al elevado capó delantero, hace que si los ves por separado el GLE te parezca más grande que el BMW, pero ya ves que la diferencia es poca. Esta misma sensación la tienes al conducir, provocada de nuevo por el abultado capó delantero del GLE, que ha buscado ser más musculoso en su frontal; al final se mueven igual y donde aparcas uno aparcas el otro, con la salvedad de que el BMW tiene peor radio de giro y que la visibilidad del de la estrella es peor en aparcamientos.
En el interior encontramos lujosos habitáculos y una calidad de acabado muy por encima de la media. Me resulta imposible determinar cuál está mejor acabado, y todo depende de la estética que hayas elegido a la hora de configurarlo; BMW ofrece más opciones de colores interiores y puedes conseguir algo más de vistosidad. La ergonomía es buena en todos los mandos y los únicos defectos que puedes encontrar son obvios, como que la guantera queda demasiado lejos o que te guste más la palanca selectora del cambio del Mercedes tras el volante o la del BMW en la consola central. El espacio es igualmente satisfactorio en los dos. Por altura no tendrás problema, ni siquiera en las plazas traseras. Detrás hay más diferencias entre uno y otro, sin que sea algo problemático. El X6 es 3 cm más estrecho y tiene 6 cm más de espacio para las piernas, mientras que el GLE Coupé ofrece 7 cm más de altura; en estos coches el peor dato no te obliga a pasar estrecheces. Los asientos traseros son más cómodos para tres ocupantes en el Mercedes y sujetan mejor el cuerpo para dos en el BMW, que tiene un respaldo central menos cómodo. La capacidad de maletero es mejor en el GLE, con además un hueco bajo el piso más grande. Los dos tienen una boca de carga enorme, con sus virtudes y defectos. Puedes meter objetos muy grandes pero el piso queda muy alto y la parte superior del portón cuando está abierto se queda a nivel NBA (a 2,19 m queda la del GLE), por lo que es fácil golpear con el techo de algún aparcamiento. Ambos llevan accionamiento automático, algo imprescindible dado el tamaño y peso de los portones.
El comportamiento del BMW X6 30d y del Mercedes GLE Coupe 350d impresiona por la facilidad con la que esconden el tamaño tanto en carretera como en ciudad. Aparcarlos ya te pues imaginar que no es fácil, aquí no dudes en montar el extra de la visión 360 grados de sus cámaras, te ahorrará arañazos y facilitará la tarea porque cuesta encontrar tanto el principio como el final de las carrocerías. En el tráfico urbano se mueven con más soltura de la que aparentan, con la ventaja que da la altura. En carretera me gusta más el BMW X6 desde el punto de vista deportivo ya que ofrece menos inercias que su rival que pesa 168 kg más. Además del dato teórico sacado de la báscula, se aprecia conduciendo. Las dos unidades probadas carecían del extra de la suspensión neumática, algo que te recomiendo en las dos marcas ya que el peso y la altura se compensan con suspensiones duras que estropean el confort en los dos; no son incómodos, hasta que pasas un bache. Tienen una excelente capacidad de tracción que sólo se estropea en situaciones de baja adherencia si has optado por neumáticos más anchos. Si vas a transitar por carreteras nevadas o con mucho agua, o salir de vez en cuando a caminos mejor deja los que traen de serie, o pon unos buenos de invierno cuando toque, que pesan mucho y hay demasiada sección de rueda, especialmente si se opta por las llantas de 20 o 21 pulgadas.
El nivel de prestaciones de sus motores Diesel es bueno. El BMW X6 siempre es un poco más rápido en todas las prestaciones y además gasta menos. Ambos tienen la misma potencia pero el peso vuelve ligeramente más lento y gastón al Mercedes. Pasar de los 10 litros en ciudad es mucho para un Diesel y más cuando su rival en la misma medición consume casi un litro menos. Los enormes depósitos les permiten una buena autonomía en los dos casos. Los dos suponen una buena alternativa para el que quiera un SUV menos “familiar” y más “deportivo”. Con estos motores Diesel resultan más funcionales y el nivel prestacional es más que de sobra tanto para el uso deportivo que se les presupone como para una utilización normal. En unas cosas me gusta más el BMW y en otras el Mercedes. En cualquier caso son dos cochazos de muy buena calidad, aunque sigo sin encontrarles más sentido que el estético. No sé si es por la novedad pero el GLE Coupé en la calle llama más la atención.
También te puede interesar:
BMW X6 xDrive 30d vs Porsche Cayenne Diesel
Vídeo: El BMW X6 M, a tope en circuito