La generación anterior del A4 Cabriolet, basado en el Audi 80, se fabricó desde 1991 hasta 2000, un período en el que se consiguieron 72.000 matriculaciones de este modelo. La nueva versión, que se pondrá a la venta en mayo, ya tiene 2.000 pedidos -según anuncia la marca-, lo que demuestra la confianza de los consumidores en uno de los productos más llamativos del fabricante.
La compañía alemana ha mejorado este Cabriolet en varios aspectos, entre los que destaca la habitabilidad, una asignatura pendiente en la mayoría de los descapotables. La nueva carrocería, con 4,57 m de longitud y 1,77 m de anchura, permite que los ocupantes tengan 6,6 cm más para las piernas. Asimismo, se ha conseguido un maletero con una capacidad de 246 litros con la capota guardada -98 l más que en la anterior generación-, que además cuenta con una bolsa portaesquís y un hueco entre los asientos posteriores (normalmente ocupado por el reposabrazos, provisto de botiquín) para desplazar sin problemas este tipo de material deportivo u otros similares, como tablas de surf, snowboard e incluso bolsas de golf.
En el caso de que la capota esté desplegada, el panel protector del maletero, que evita que las maletas golpeen la lona cuando está recogida, puede plegarse con el sencillo movimiento de una palanca, aumentando así la capacidad de carga del Cabriolet.
Los mimos de la primera clase se han destinado a los ocupantes de las plazas delanteras. Un puesto de conducción cómodo, en el que destacan unos asientos muy envolventes, se completa con el volante regulable en altura y profundidad, un cuadro de mandos de fácil lectura, un radio-CD con nueve altavoces, ordenador de a bordo, climatizador independiente para conductor y acompañante y cajones debajo de las banquetas.
Para evitar (en la medida de lo posible) las turbulencias que el aire produce en las plazas posteriores, Audi ha mejorado la aerodinámica del vehículo, que ahora presenta un coeficiente de 0,30 Cx -un 15 por ciento mejor que en el anterior modelo-. Los ocupantes de las banquetas delanteras, que también sufren (aunque en menor medida) el problema del viento, cuentan, además, con un deflector abatible situado en los asientos traseros. Cuando éste se monta -mediante una sencilla operación- y se coloca en posición vertical, la pantalla evita que un exceso de aire (y de ruido) llegue al conductor y a su acompañante. En horizontal, el deflector se convierte en una malla que tapa las plazas posteriores y los objetos que se coloquen en ellas -bolsos, abrigos, etc-, evitando tentaciones a los "amigos de lo ajeno".
La generación anterior del A4 Cabriolet, basado en el Audi 80, se fabricó desde 1991 hasta 2000, un período en el que se consiguieron 72.000 matriculaciones de este modelo. La nueva versión, que se pondrá a la venta en mayo, ya tiene 2.000 pedidos -según anuncia la marca-, lo que demuestra la confianza de los consumidores en uno de los productos más llamativos del fabricante.
La compañía alemana ha mejorado este Cabriolet en varios aspectos, entre los que destaca la habitabilidad, una asignatura pendiente en la mayoría de los descapotables. La nueva carrocería, con 4,57 m de longitud y 1,77 m de anchura, permite que los ocupantes tengan 6,6 cm más para las piernas. Asimismo, se ha conseguido un maletero con una capacidad de 246 litros con la capota guardada -98 l más que en la anterior generación-, que además cuenta con una bolsa portaesquís y un hueco entre los asientos posteriores (normalmente ocupado por el reposabrazos, provisto de botiquín) para desplazar sin problemas este tipo de material deportivo u otros similares, como tablas de surf, snowboard e incluso bolsas de golf.
En el caso de que la capota esté desplegada, el panel protector del maletero, que evita que las maletas golpeen la lona cuando está recogida, puede plegarse con el sencillo movimiento de una palanca, aumentando así la capacidad de carga del Cabriolet.
Los mimos de la primera clase se han destinado a los ocupantes de las plazas delanteras. Un puesto de conducción cómodo, en el que destacan unos asientos muy envolventes, se completa con el volante regulable en altura y profundidad, un cuadro de mandos de fácil lectura, un radio-CD con nueve altavoces, ordenador de a bordo, climatizador independiente para conductor y acompañante y cajones debajo de las banquetas.
Para evitar (en la medida de lo posible) las turbulencias que el aire produce en las plazas posteriores, Audi ha mejorado la aerodinámica del vehículo, que ahora presenta un coeficiente de 0,30 Cx -un 15 por ciento mejor que en el anterior modelo-. Los ocupantes de las banquetas delanteras, que también sufren (aunque en menor medida) el problema del viento, cuentan, además, con un deflector abatible situado en los asientos traseros. Cuando éste se monta -mediante una sencilla operación- y se coloca en posición vertical, la pantalla evita que un exceso de aire (y de ruido) llegue al conductor y a su acompañante. En horizontal, el deflector se convierte en una malla que tapa las plazas posteriores y los objetos que se coloquen en ellas -bolsos, abrigos, etc-, evitando tentaciones a los "amigos de lo ajeno".