Audi A8

Su discreta línea exterior nunca haría pensar que estamos ante uno de los automóviles más sofisticados del mercado. El nuevo Audi A8 tiene todos los ingredientes de una berlina de representación de lujo, pero los combina con un picante toque de deportividad.

Audi A8
Audi A8

Cada vez que se presenta el relevo del buque insignia de una marca de lujo es un verdadero acontecimiento para los amantes del automóvil. Es donde los fabricantes vuelcan toda su carga tecnológica y su saber hacer, y donde se pueden ver por primera vez algunas de sus innovaciones. En el caso del nuevo Audi A8, se podría decir que tiene prácticamente de todo, tanto a nivel técnico como de equipamiento, para agasajar a su conductor y al resto de pasajeros. Según Audi, es el coche más deportivo de su segmento, pero esta deportividad no es impedimento para lograr un confort de marcha excepcional o unos niveles de consumo muy contenidos. ¿Cuál es el secreto?

En primer lugar, se ha cuidado especialmente el peso, gracias a su fabricación en aluminio con estructura Audi Space Frame, algo que, según sus responsables, hace que sea 200 kilos más ligero que sus competidores. La aerodinámica también se ha tenido muy en cuenta y prueba de ello son los bajos carenados o el diseño de las llantas, sin olvidar una suspensión neumática que rebaja la altura de la carrocería para mejorar el Cx, que es de sólo 0,26 en el caso del modelo V8 4.2 FSI (97.900 euros) , de 372 CV y con un consumo medio de 9,5 l/100 km. Otro aliado a la hora de rebajar los consumos es la magnífica caja de cambios automática de 8 marchas que ya pudimos probar en el BMW 760i, fabricada por ZF, cuyo largo desarrollo en 8ª permite viajar por autopista con el motor girando a muy pocas revoluciones. De hecho, en el caso del motor V8 4.2 TDI (95.800 euros) , a poco más de 1.000 rpm casi se alcanzan 90 km/h en dicha marcha; sus 350 CV y 81,6 mkg de par pueden mover sin problemas estos impresionantes desarrollos, homologando 7,6 l/100 km. Estos dos motores llegarán a nuestro mercado en abril. En agosto se lanzará un V6 3.0 TDI (76.700 euros), de 250 CV y con un consumo medio de 6,6 l/100 km. Los tres cuentan con tracción total permanente a las cuatro ruedas, que se puede complementar con un diferencial trasero activo, capaz de repartir el par entre las ruedas posteriores para mejorar la agilidad en curva. Más adelante se lanzará una versión de tracción delantera con este mismo motor 3.0 TDI, pero con la potencia rebajada a 204 CV y con un consumo medio de 6 l/100 km.

Dinámicamente el nuevo Audi A8 sorprende por su elevadísima estabilidad, con un aplomo y precisión de guiado a alta velocidad envidiables. Pero resulta incluso más llamativo su comportamiento en carreteras viradas, donde se desenvuelve como pez en el agua, con una naturalidad inusitada para su tamaño. El grado de confort que proporcionan sus suspensiones neumáticas es siempre altísimo, incluso si configuramos su dureza al máximo mediante el nuevo ordenador MMI Touch, con el cual también podemos “individualizar" el nivel de dinamismo del diferencial trasero deportivo, de la dirección activa, del motor y del cambio, de la luz de giro y del pretensado de los cinturones ante situaciones de peligro. Una de las novedades del llamado MMI Touch es que dispone de una zona táctil (similar al touch pad de un ordenador portátil) multifunción, con la que podemos desplazar la pantalla del navegador (con Google Earth integrado a partir del verano, fecha en la que estará disponible una conexión a Internet mediante tecnología UMTS en lugar de GPRS, así como Wi-Fi para conectar a la red nuestros dispositivos portátiles dentro del habitáculo), o escribir sin tener que separar la vista de la carretera. No teníamos demasiada fe en esta función, pero lo cierto es que el reconocimiento de caracteres funciona a la perfección sin necesidad de entrenamiento previo.

Otra de las guindas tecnológicas de esta tercera generación del Audi A8 son sus faros de tipo LED opcionales. Luces de día, de cruce y de carretera, así como intermitentes, corren a cargo de diodos luminosos que otorgan un aspecto muy moderno y distintivo al diseño exterior. Sin embargo, de serie equipa faros de xenón capaces de anticiparse a la carretera y adaptarse a las condiciones de la vía, ya que se comunican con el sistema de navegación. De este modo, antes de un cruce iluminan los laterales de la carretera y, cuando entramos en una autopista, modulan el haz luminoso automáticamente para incrementar su alcance. Los antiniebla se han eliminado, ya que sus funciones las realizan los grupos ópticos principales cuando pulsamos la tecla “mal tiempo"; en el lugar que ocuparían van ubicados los sensores del control de crucero activo, que cuenta con modalidad de arranque y parada.

Del interior cabe destacar el acertado diseño de la consola y del cuadro de instrumentos, cuyos relojes a diferentes alturas, con una pantalla a color entre ellos, aportan un toque de aire fresco y modernidad. En dicha pantalla se pueden ver las imágenes del sistema de visión nocturna con reconocimiento de peatones. La palanca selectora del cambio es otro de los elementos característicos del nuevo Audi A8. Su manejo es algo peculiar, debido a unos recorridos muy cortos, pero con el tiempo es fácil acostumbrarse. El cambio, de funcionamiento intachable por suavidad y rapidez, se puede accionar por medio de levas en el volante. En definitiva, estamos ante un coche de altos vuelos, al que es difícil sacarle algún defecto, salvo un volumen del maletero no demasiado grande (510 litros) en relación a las dimensiones exteriores del modelo, y eso que las unidades de pruebas llevaban rueda de repuesto de emergencia. Otro punto negativo es la visibilidad lateral delantera hacia la izquierda, pues el enorme retrovisor resta algo de visión, y lo mismo sucede con los anchos reposacabezas traseros cuando miramos hacia atrás. Por lo demás, es un modelo de ensueño, bien encaminado a lograr el objetivo de Audi a medio plazo: ser la marca premium número uno.