Audi A7 Sportback 3.0 TFSI quattro y Mercedes CLS 350 BlueEfficiency

Imagen, maneras y condición física. No sólo son parte de la nobleza del automóvil: heredan ya, además, todo el saber por su linaje. Durante años, el Mercedes CLS ejerció el poder como primera gran berlina-coupé. Hoy, al celebrar descendencia, Audi reclama la sucesión. Su nuevo A7 llega muy preparado. ¿Quién ganará el duelo?

Audi A7 Sportback 3.0 TFSI quattro y Mercedes CLS 350 BlueEfficiency
Audi A7 Sportback 3.0 TFSI quattro y Mercedes CLS 350 BlueEfficiency

A simple vista, estamos ante dos berlinas almas gemelas, con dos magníficos V6 gasolina de inyección directa y similar potencia (300 CV en Audi A7 contra 306 CV en Mercedes CLS), asociados sólo a cambios automáticos de 7 marchas. Ahora bien, en diferente configuración para marcar ya diferencias. Mercedes apuesta mecánicamente por la cilindrada (3,5 litros) y la aspiración atmosférica, y por un suave y dulce convertidor de par para la transmisión 7G-Tronic Plus; Audi, en cambio, recurre a un propulsor de 3,0 litros sobrealimentado por compresor y a una más deportiva caja S-Tronic de doble embrague que, a pesar del elevado peso del A7 y su tracción total, terminan por ofrecer un gran resultado. 

Más rápido que su rival en las mediciones, el Audi A7 responde con mayor velocidad y agilidad, especialmente ante un Mercedes CLS donde prima la eficiencia de uso, aunque obtiene también muy buenas prestaciones acordes a motores V6 atmosféricos equivalentes, como el del Porsche Panamera, sin ir más lejos. Y es que, ya desde el apellido BlueEfficiency adoptado por esta versión (también como el A7 con sistema Stop/Start de impecable funcionamiento), Mercedes gestiona el cambio en automático para engranar siempre la marcha más larga posible, lo que ante necesidades de fuerte aceleración (como adelantamientos) ralentiza ligeramente la respuesta por reducciones también más lentas.

Para buscar, por tanto, reacciones más inmediatas, mejor recurrir en el Mercedes CLS por botón al modo "Manual" de cambio, ya que, anteriormente, ni siquiera pulsando levas cederá el control de marcha a diferencia del más libre Audi A7. Claro que este funcionamiento, más aburguesado y menos dinámico, tiene compensación en Mercedes: hasta 1,4 l/100 km menos de gasto de combustible, con consumos francamente buenos para su volumen y potencia, aunque no aprovechables en autonomía: su reducido depósito con 59 litros de serie no alarga el tiempo entre repostajes.

En el interior, prácticamente sólo matices. Como en comportamiento o en motor, Mercedes y Audi alcanzan en habitáculo un alto grado de excelencia en sus largos CLS y A7 de 4 plazas. Ajustes, materiales o acabado están a la altura de los buques insignias de cada marca y, también, de su rol como berlinas de representación.

Con nueva plataforma, incluso el Mercedes CLS mejora su anteriormente criticado espacio, no sólo en anchura y distancia trasera para piernas, sino sobre todo en una altura por fin para adultos de hasta 1,85 metros de altura. Hasta el punto de aventajar hoy al Audi A7. Eso sí, con una superioridad mínima intrascendente. 

Como más preferencias personales: nos quedamos con los asientos más cómodos del Mercedes CLS (también con sus 2 plazas traseras más señoriales e independientes) y con un diseño de salpicadero mejor integrado; en cambio, preferimos el Audi A7 por ergonomía y tacto de mandos, y por su, finalmente, mayor funcionalidad. Y es que, si bien Mercedes añade buenos huecos y cajones bajo asientos delanteros, el Audi aprovecha su más práctico portón trasero (además eléctrico de serie) y la mayor facilidad de abatimiento del respaldo trasero (con comunicación al maletero para introducir por ejemplo esquíes sin reclinar) para sumar carga. Sólo falta, por tanto, recurrir a las opcionales suspensiones neumáticas para que viajar de acompañante se convierta en A7 y CLS en la mejor recompensa. Casi tanta como ponerse a sus mandos.

¿Buena inversión?

Elegantes, deportivos, lujosos... Caros. Condición indispensable para entrar a formar parte de la aristocracia del automóvil. Y los nuevos CLS y A7 merecen sin duda tal distinción. En versión V6 gasolina de 300 CV, alcanzan de partida los 66.000 €, con Mercedes posicionándose, sin tracción total, unos 1.500 € por encima: diferencia relativa en este nivel ya de precios. Ni en el equipamiento de serie, tanto en confort como en entretenimiento (sólo habría que añadir asientos eléctricos al A7), ni entre las opciones (con similar dotación y tarifas), encontramos motivos para desequilibrar la balanza. Y es que, hasta en precio final (más de 80.000 € cada uno si pretendemos disponer de una unidad con la más avanzada tecnología dinámica), Audi y Mercedes nos ponen contra las cuerdas. ¿Con cuál quedarnos?

Audi A7
- Motor y prestaciones
- Tracción total de serie
- Baja sonoridad

Mercedes CLS
- Confort/dinamismo
- Consumos
- Espacio interior

Audi A7
- Peso total
- Reflejos bandeja trasera
- Precio final

Mercedes CLS
- Capacidad del depósito
- Visibilidad trasera
- Precio final

Superberlinas

A simple vista, estamos ante dos berlinas almas gemelas, con dos magníficos V6 gasolina de inyección directa y similar potencia (300 CV en Audi A7 contra 306 CV en Mercedes CLS), asociados sólo a cambios automáticos de 7 marchas. Ahora bien, en diferente configuración para marcar ya diferencias. Mercedes apuesta mecánicamente por la cilindrada (3,5 litros) y la aspiración atmosférica, y por un suave y dulce convertidor de par para la transmisión 7G-Tronic Plus; Audi, en cambio, recurre a un propulsor de 3,0 litros sobrealimentado por compresor y a una más deportiva caja S-Tronic de doble embrague que, a pesar del elevado peso del A7 y su tracción total, terminan por ofrecer un gran resultado. 

Más rápido que su rival en las mediciones, el Audi A7 responde con mayor velocidad y agilidad, especialmente ante un Mercedes CLS donde prima la eficiencia de uso, aunque obtiene también muy buenas prestaciones acordes a motores V6 atmosféricos equivalentes, como el del Porsche Panamera, sin ir más lejos. Y es que, ya desde el apellido BlueEfficiency adoptado por esta versión (también como el A7 con sistema Stop/Start de impecable funcionamiento), Mercedes gestiona el cambio en automático para engranar siempre la marcha más larga posible, lo que ante necesidades de fuerte aceleración (como adelantamientos) ralentiza ligeramente la respuesta por reducciones también más lentas.

Para buscar, por tanto, reacciones más inmediatas, mejor recurrir en el Mercedes CLS por botón al modo "Manual" de cambio, ya que, anteriormente, ni siquiera pulsando levas cederá el control de marcha a diferencia del más libre Audi A7. Claro que este funcionamiento, más aburguesado y menos dinámico, tiene compensación en Mercedes: hasta 1,4 l/100 km menos de gasto de combustible, con consumos francamente buenos para su volumen y potencia, aunque no aprovechables en autonomía: su reducido depósito con 59 litros de serie no alarga el tiempo entre repostajes.

En el interior, prácticamente sólo matices. Como en comportamiento o en motor, Mercedes y Audi alcanzan en habitáculo un alto grado de excelencia en sus largos CLS y A7 de 4 plazas. Ajustes, materiales o acabado están a la altura de los buques insignias de cada marca y, también, de su rol como berlinas de representación.

Con nueva plataforma, incluso el Mercedes CLS mejora su anteriormente criticado espacio, no sólo en anchura y distancia trasera para piernas, sino sobre todo en una altura por fin para adultos de hasta 1,85 metros de altura. Hasta el punto de aventajar hoy al Audi A7. Eso sí, con una superioridad mínima intrascendente. 

Como más preferencias personales: nos quedamos con los asientos más cómodos del Mercedes CLS (también con sus 2 plazas traseras más señoriales e independientes) y con un diseño de salpicadero mejor integrado; en cambio, preferimos el Audi A7 por ergonomía y tacto de mandos, y por su, finalmente, mayor funcionalidad. Y es que, si bien Mercedes añade buenos huecos y cajones bajo asientos delanteros, el Audi aprovecha su más práctico portón trasero (además eléctrico de serie) y la mayor facilidad de abatimiento del respaldo trasero (con comunicación al maletero para introducir por ejemplo esquíes sin reclinar) para sumar carga. Sólo falta, por tanto, recurrir a las opcionales suspensiones neumáticas para que viajar de acompañante se convierta en A7 y CLS en la mejor recompensa. Casi tanta como ponerse a sus mandos.

¿Buena inversión?

Elegantes, deportivos, lujosos... Caros. Condición indispensable para entrar a formar parte de la aristocracia del automóvil. Y los nuevos CLS y A7 merecen sin duda tal distinción. En versión V6 gasolina de 300 CV, alcanzan de partida los 66.000 €, con Mercedes posicionándose, sin tracción total, unos 1.500 € por encima: diferencia relativa en este nivel ya de precios. Ni en el equipamiento de serie, tanto en confort como en entretenimiento (sólo habría que añadir asientos eléctricos al A7), ni entre las opciones (con similar dotación y tarifas), encontramos motivos para desequilibrar la balanza. Y es que, hasta en precio final (más de 80.000 € cada uno si pretendemos disponer de una unidad con la más avanzada tecnología dinámica), Audi y Mercedes nos ponen contra las cuerdas. ¿Con cuál quedarnos?

Audi A7
- Motor y prestaciones
- Tracción total de serie
- Baja sonoridad

Mercedes CLS
- Confort/dinamismo
- Consumos
- Espacio interior

Audi A7
- Peso total
- Reflejos bandeja trasera
- Precio final

Mercedes CLS
- Capacidad del depósito
- Visibilidad trasera
- Precio final

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