La berlina media de Audi recibe aires nuevos y, con ellos, un soplo más dinámico. Nueva calandra trapezoidal, faros delanteros con óptica transparente, grupos ópticos traseros divididos en dos partes... Todos los elementos se actualizan y se hacen similares a los que ya llevan los A6, A8 o los A3 Sportback. El resultado es un vehículo que no esconde sus pretensiones deportivas ni siquiera en las versiones familiares.
¿Será porque los Audi suelen atraer las miradas de la gente o por la agresividad que le confieren sus nuevos rasgos? Sea como fuere, lo cierto es que son pocos los que no vuelven la cabeza a su paso. Cualquier cambio que la marca germana adopte en sus vehículos despierta la curiosidad y –generalmente- la aprobación del público. En este caso, no ha sido menos. Incluso la versión Avant, 4,1 centímetros más larga que la tradicional, rebosa empaque y distinción, justo lo que buscan los devotos de la marca y aún más aquellos que van a pasar muchas horas tras el volante.Los cambios exteriores que ha recibido el A4 no son muy profundos y, en el interior, apenas se advierten. Esperábamos que las líneas del vehículo, ahora más afiladas, se hubieran trasladado al habitáculo, pero hemos encontrado un ambiente que nos resulta muy conocido.Como únicas modificaciones destacables se encuentra el nuevo volante -con el emblema de la parrilla delantera-, los asientos de nuevo diseño y la posibilidad de bajar más en altura la banqueta del conductor. El resto se mantiene igual; Audi no ha querido alterar los elementos de una fórmula que ha funcionado sin problemas a lo largo del tiempo. Así, tendremos un puesto de conducción francamente cómodo, con asientos que sujetan el cuerpo firmemente y que ofrecen la posibilidad de ser regulados casi al milímetro. La visibilidad es otro de sus puntos fuertes: no perderemos detalle de lo que ocurre a nuestro alrededor. La presentación de las funciones que pone a nuestra disposición el MMI (MultiMedia Interface) es muy atractiva: un dispositivo de lectura clara, con una nueva pantalla, más grande, nos irá guiando a través de los diversos sistemas que están a nuestra disposición. Entre ellos destaca el de navegación, cuya nueva cartografía puede ser presentada “a vista de pájaro". Se trata de una opción de la que no solemos hablar mucho, debido a su precio (1.485 euros) y a que no es una de las más demandadas en este segmento. Sin embargo, aquellos que hayan echado cuentas considerando los “extras" que quieren incluir en el vehículo harán bien en detenerse a pensar en este dispositivo: es más barato que, por ejemplo, la tapicería de cuero, y nos ahorrará tiempo y atascos. Ya sabíamos que las plazas posteriores del A4 no estaban entre las mejores del segmento y esta característica no ha cambiado: es mejor que el asiento trasero sólo sea ocupado por dos adultos, que podrán aprovechar el reposabrazos central. Sin embargo, sí nos ha sorprendido no encontrar huecos en las puertas posteriores, ni bolsas tras los respaldos delanteros. El espacio es uno de los bienes más valorados en un vehículo familiar y, aunque la marca ha intentado compensar estas “pérdidas" con una guantera principal bastante generosa y con un reposabrazos delantero (que hay que pagar aparte), lo cierto es que echaremos de menos tener más sitios en los que colocar pequeños objetos.Algo parecido ocurre cuando abrimos el portón del maletero. Ante nosotros se presenta un vasto espacio que, como si fuera una ilusión óptica, desaparece cuando alberga cinco maletas no muy voluminosas. Estupor. “Parecía mucho más grande", pienso, y echo mano de las cifras de nuestro Centro Técnico: 380 litros de capacidad para el maletero del Avant, frente a los 460 que ofrece la berlina. Sin embargo, podemos “estirar" este espacio y, además de contar con la altura al techo, es posible variar la posición del suelo. La trampilla puede retirarse parcial o totalmente, lo que nos proporcionará 45 y 65 litros más, respectivamente. Cuando realicemos esta operación, aparecerá una bandeja de plástico que se encuentra unida al bastidor. Aquí podremos dejar algunos objetos. A nuestro favor también jugará la ausencia de salientes, lo que nos permitirá colocar el equipaje fácilmente y aprovechar al máximo el espacio. Una bolsa de malla, anillas de amarre, una toma de corriente y un punto de luz completan la dotación del maletero, en el que no hemos conseguido alojar las maletas junto a los abrigos: éstos han tenido que pasar al habitáculo.La berlina media de Audi recibe aires nuevos y, con ellos, un soplo más dinámico. Nueva calandra trapezoidal, faros delanteros con óptica transparente, grupos ópticos traseros divididos en dos partes... Todos los elementos se actualizan y se hacen similares a los que ya llevan los A6, A8 o los A3 Sportback. El resultado es un vehículo que no esconde sus pretensiones deportivas ni siquiera en las versiones familiares.
¿Será porque los Audi suelen atraer las miradas de la gente o por la agresividad que le confieren sus nuevos rasgos? Sea como fuere, lo cierto es que son pocos los que no vuelven la cabeza a su paso. Cualquier cambio que la marca germana adopte en sus vehículos despierta la curiosidad y –generalmente- la aprobación del público. En este caso, no ha sido menos. Incluso la versión Avant, 4,1 centímetros más larga que la tradicional, rebosa empaque y distinción, justo lo que buscan los devotos de la marca y aún más aquellos que van a pasar muchas horas tras el volante.Los cambios exteriores que ha recibido el A4 no son muy profundos y, en el interior, apenas se advierten. Esperábamos que las líneas del vehículo, ahora más afiladas, se hubieran trasladado al habitáculo, pero hemos encontrado un ambiente que nos resulta muy conocido.Como únicas modificaciones destacables se encuentra el nuevo volante -con el emblema de la parrilla delantera-, los asientos de nuevo diseño y la posibilidad de bajar más en altura la banqueta del conductor. El resto se mantiene igual; Audi no ha querido alterar los elementos de una fórmula que ha funcionado sin problemas a lo largo del tiempo. Así, tendremos un puesto de conducción francamente cómodo, con asientos que sujetan el cuerpo firmemente y que ofrecen la posibilidad de ser regulados casi al milímetro. La visibilidad es otro de sus puntos fuertes: no perderemos detalle de lo que ocurre a nuestro alrededor. La presentación de las funciones que pone a nuestra disposición el MMI (MultiMedia Interface) es muy atractiva: un dispositivo de lectura clara, con una nueva pantalla, más grande, nos irá guiando a través de los diversos sistemas que están a nuestra disposición. Entre ellos destaca el de navegación, cuya nueva cartografía puede ser presentada “a vista de pájaro". Se trata de una opción de la que no solemos hablar mucho, debido a su precio (1.485 euros) y a que no es una de las más demandadas en este segmento. Sin embargo, aquellos que hayan echado cuentas considerando los “extras" que quieren incluir en el vehículo harán bien en detenerse a pensar en este dispositivo: es más barato que, por ejemplo, la tapicería de cuero, y nos ahorrará tiempo y atascos. Ya sabíamos que las plazas posteriores del A4 no estaban entre las mejores del segmento y esta característica no ha cambiado: es mejor que el asiento trasero sólo sea ocupado por dos adultos, que podrán aprovechar el reposabrazos central. Sin embargo, sí nos ha sorprendido no encontrar huecos en las puertas posteriores, ni bolsas tras los respaldos delanteros. El espacio es uno de los bienes más valorados en un vehículo familiar y, aunque la marca ha intentado compensar estas “pérdidas" con una guantera principal bastante generosa y con un reposabrazos delantero (que hay que pagar aparte), lo cierto es que echaremos de menos tener más sitios en los que colocar pequeños objetos.Algo parecido ocurre cuando abrimos el portón del maletero. Ante nosotros se presenta un vasto espacio que, como si fuera una ilusión óptica, desaparece cuando alberga cinco maletas no muy voluminosas. Estupor. “Parecía mucho más grande", pienso, y echo mano de las cifras de nuestro Centro Técnico: 380 litros de capacidad para el maletero del Avant, frente a los 460 que ofrece la berlina. Sin embargo, podemos “estirar" este espacio y, además de contar con la altura al techo, es posible variar la posición del suelo. La trampilla puede retirarse parcial o totalmente, lo que nos proporcionará 45 y 65 litros más, respectivamente. Cuando realicemos esta operación, aparecerá una bandeja de plástico que se encuentra unida al bastidor. Aquí podremos dejar algunos objetos. A nuestro favor también jugará la ausencia de salientes, lo que nos permitirá colocar el equipaje fácilmente y aprovechar al máximo el espacio. Una bolsa de malla, anillas de amarre, una toma de corriente y un punto de luz completan la dotación del maletero, en el que no hemos conseguido alojar las maletas junto a los abrigos: éstos han tenido que pasar al habitáculo.