Audi A4 2.4 / Mazda6 2.3

Con la mira puesta en las berlinas medias con imagen de exclusividad, Mazda entra de lleno a competir sin ningún tipo de complejos con los más atractivos de su categoría, entre los que se encuentra el Audi A4 con su mecánica V6 de 2,4 litros y 170 CV.

Audi A4 2.4 / Mazda6 2.3
Audi A4 2.4 / Mazda6 2.3

Son muchos los condicionantes que se tienen en cuenta a la hora de decidirse por la compra de tal o cual modelo pero, sobre todo, hay uno que tiene un peso específico muy alto, que no atiende a ningún aspecto mensurable y que se define con solo dos palabras: me gusta.

Adentrándose en materia, el Audi A4 estrena el motor 2.4 V6 de doble árbol de levas por cada fila de cilindros que anuncia 170 CV de potencia y que cubre el hueco que existía entre el motor 1.8T de 150 CV y el 3.0 de 220 CV. Este motor -ya conocido en el A6- sustituye al que la generación anterior del A4 tenía con 165 CV de potencia y un solo árbol de levas por bancada. Aunque la principal característica de este propulsor es su refinamiento y suavidad en cuanto a entrega de potencia se refiere, lo cierto es que no resulta todo lo apetecible que se espera de un motor que anuncia esa cifra de potencia. Y nos explicamos. Es un motor que en la zona baja del cuentarrevoluciones no tiene prácticamente nada, lo que obliga a ir "tirando mucho de embrague" a poco que queramos salir rápido desde parado; pero es que en la zona alta del cuentarrevoluciones tampoco "dice nada" con lo que después de hacer kilómetros por todo tipo de ámbitos, nos queda un sabor de boca algo agridulce. Por decirlo de una forma gráfica, es de esos coches en los que no apetece nada pasar a una velocidad superior, porque sabemos que si dejamos caer mucho las revoluciones, nos va a obligar a ir bajando una o dos marchas después de cada curva. Además, no termina de convencer al conductor de que una maniobra de adelantamiento se puede hacer con la contundencia que se espera de sus 170 CV. ¿O será quizá que los TDI nos han malacostumbrado a tener par a raudales? El motor del Mazda es otra historia. Con menos cilindros, la respuesta es más vivaz y la diferencia de caballos no sólo no es perceptible, sino que el resultado frente a un crono es siempre superior. Sube de vueltas y alcanza la zona roja del cuentarrevoluciones con suma rapidez, cuenta con buenos bajos y en la zona alta se defiende sin ningún problema. La respuesta al acelerador es inmediata, superar los repechos de la carretera o hacer maniobras de adelantamiento no requiere mayor esfuerzo que pisar más el acelerador o, en el peor de los casos, bajar una marcha y mantiene la velocidad de crucero sin muchos problemas. Las prestaciones dan una clara idea de la diferencia que existe entre ambas mecánicas. El Mazda es superior al Audi en todas las mediciones sin ningún tipo de confusiones. Las aceleraciones son buenas pero lo que más destaca en el Mazda son los adelantamientos y recuperaciones -estas últimas exigen bastante al motor ya que se realizan desde una velocidad muy baja y en marchas largas- donde las diferencias entre ambos vehículos son verdaderamente amplias. Eso sí, a pesar de los árboles de equilibrado, el cuatro cilindros de Mazda es ruidoso, pero el Audi no lo es menos cuando se le exige.

Son muchos los condicionantes que se tienen en cuenta a la hora de decidirse por la compra de tal o cual modelo pero, sobre todo, hay uno que tiene un peso específico muy alto, que no atiende a ningún aspecto mensurable y que se define con solo dos palabras: me gusta.

Adentrándose en materia, el Audi A4 estrena el motor 2.4 V6 de doble árbol de levas por cada fila de cilindros que anuncia 170 CV de potencia y que cubre el hueco que existía entre el motor 1.8T de 150 CV y el 3.0 de 220 CV. Este motor -ya conocido en el A6- sustituye al que la generación anterior del A4 tenía con 165 CV de potencia y un solo árbol de levas por bancada. Aunque la principal característica de este propulsor es su refinamiento y suavidad en cuanto a entrega de potencia se refiere, lo cierto es que no resulta todo lo apetecible que se espera de un motor que anuncia esa cifra de potencia. Y nos explicamos. Es un motor que en la zona baja del cuentarrevoluciones no tiene prácticamente nada, lo que obliga a ir "tirando mucho de embrague" a poco que queramos salir rápido desde parado; pero es que en la zona alta del cuentarrevoluciones tampoco "dice nada" con lo que después de hacer kilómetros por todo tipo de ámbitos, nos queda un sabor de boca algo agridulce. Por decirlo de una forma gráfica, es de esos coches en los que no apetece nada pasar a una velocidad superior, porque sabemos que si dejamos caer mucho las revoluciones, nos va a obligar a ir bajando una o dos marchas después de cada curva. Además, no termina de convencer al conductor de que una maniobra de adelantamiento se puede hacer con la contundencia que se espera de sus 170 CV. ¿O será quizá que los TDI nos han malacostumbrado a tener par a raudales? El motor del Mazda es otra historia. Con menos cilindros, la respuesta es más vivaz y la diferencia de caballos no sólo no es perceptible, sino que el resultado frente a un crono es siempre superior. Sube de vueltas y alcanza la zona roja del cuentarrevoluciones con suma rapidez, cuenta con buenos bajos y en la zona alta se defiende sin ningún problema. La respuesta al acelerador es inmediata, superar los repechos de la carretera o hacer maniobras de adelantamiento no requiere mayor esfuerzo que pisar más el acelerador o, en el peor de los casos, bajar una marcha y mantiene la velocidad de crucero sin muchos problemas. Las prestaciones dan una clara idea de la diferencia que existe entre ambas mecánicas. El Mazda es superior al Audi en todas las mediciones sin ningún tipo de confusiones. Las aceleraciones son buenas pero lo que más destaca en el Mazda son los adelantamientos y recuperaciones -estas últimas exigen bastante al motor ya que se realizan desde una velocidad muy baja y en marchas largas- donde las diferencias entre ambos vehículos son verdaderamente amplias. Eso sí, a pesar de los árboles de equilibrado, el cuatro cilindros de Mazda es ruidoso, pero el Audi no lo es menos cuando se le exige.