La economía de uso no tiene porqué estar ligada sólo a las marcas generalistas. En el mundo de los compactos se puede tener un coche «de marca», con el lujo, el equipamiento y la imagen que eso supone, pero con un motor de gasolina pequeño con un consumo contenido y que ofrezca buen rendimiento. Hoy en día marcas como Ford, Citroën, Renault, Opel, VW... están ofreciendo productos muy interesantes que nada tienen que envidiar a los tres modelos que a continuación probamos, pero que no están hechos para un tipo de comprador para el que la marca es un argumento de compra importante. Poniendo un ejemplo extremo, un reloj digital sin marca da la misma hora que un Rolex e incluso ofrecerá mayor información y resistencia, pero el que busca la marca de lujo, el primero ni lo mira, cueste lo que cueste.
Los tres aportan la economía de funcionamiento y las bajas emisiones contaminantes, llegando a ambas a través de caminos bien distintos: el Audi A3 Sportback 1.4 TFSI S-Tronic con su motor de baja cilindrada sobrealimentado de 125 caballos, tracción delantera y la caja de cambios automatizada S-Tronic de doble embrague, el BMW 116i con un 2 litros atmosférico de 122 caballos, cambio manual y propulsión trasera y el Lexus CT 200h con un sistema híbrido gasolina/eléctrico de 136 caballos y tracción a las ruedas delanteras. Los tres son compactos de cinco puertas, ofrecen potencias similares y cuestan más o menos lo mismo —y nada menos que entre 4.000 y 10.000 euros más que un compacto generalista con la misma potencia— pero cada uno tiene un estilo bien diferente, clara herencia de la marca a la que pertenecen.).
El comportamiento dinámico viene determinado por las dos configuraciones mecánicas existentes, por un lado tenemos a Audi y Lexus, que apuestan por la tracción delantera, y por otro a BMW, siempre fiel todavía a su propulsión trasera. Hay potencia en los tres modelos como para que no sean unos coches torpes pero, en ningún caso, resultan emocionantes, algo lógico cuando se habla de compactos que rondan los 10,4 kg/CV. El Audi es un coche fácil de conducir, con un control de estabilidad bien puesto a punto y que transmite agrado. En ciudad muestra agilidad y se maniobra bien —salvo a la hora de aparcar si lleva el brusco S-Tronic—. Es cómodo en vías rápidas y sólo acusa algo de sequedad en firmes irregulares, pero nada crítico; con este motor se agradece más si no se monta el extra de la suspensión deportiva; no la necesita. El ESP se encarga con suavidad de evitar que se llegue al límite del bastidor.
El BMW aporta algo más de emoción al día a día que los otros dos. Probablemente sea el BMW más fácil de conducir en el que nos hayamos montado; también de los menos potentes de la era moderna. Por ciudad no envidia al Audi y por carretera aporta algo más... para el que guste de la propulsión claro, ya que los conductores menos ávidos de sensaciones probablemente prefieran la menor complicación de la tracción delantera del Audi y el Lexus. Con todo, la dulzura con la que este 116i entrega la potencia unida a un control de estabilidad de los buenos, le permite ser apto para todos los públicos.de año y Audi a principios del que viene
Sin haber grandes diferencias, el Lexus se acerca más a lo que ofrece el Audi que el BMW. No es un coche complicado que busque el dinamismo, pero se aprecia una diferencia de comportamiento abismal con respecto al Toyota Auris Hybrid, con el que comparte plataforma y tecnología, siendo el Lexus un modelo mucho más completo y mejor puesto a punto. La única pega seria que le ponemos está en el tacto del pedal del freno, demasiado artificial y al que cuesta acostumbrarse. En ciudad es difícil de dosificar, cosa que en carretera se aprecia todavía más si se intenta conducir rápido. Probablemente éste sea el defecto más acusado del CT 200h, ya que por lo demás veremos que no plantea problemas. Su control de estabilidad al límite no actúa con la misma calidad que el de sus rivales alemanes —es más brusco y se percibe más cuando está funcionando— pero sí lo hace con similar efectividad y seguridad. El Lexus es tan cómodo como sus rivales y, quitando el detalle del freno, resulta también muy agradable.
Hay tres tecnologías donde elegir, dos más habituales y la híbrida del Lexus.Audi apuesta por un motor pequeño de 1,4 litros con turbo mientras que BMW utiliza un 2 litros atmosférico. Los dos prácticamente logran la misma potencia, con 134 y 130 caballos respectivamente, pero con 4,8 mkg más de par y 1.500 vueltas antes en el A3. En los dos casos se obtiene un buen nivel de prestaciones, con aceleraciones muy parecidas. Es lógico que el Audi tenga mejores recuperaciones, ya que su condición turbo y el cambio S-tronic así se lo permite, pero el Serie 1 se defiende con un tacto de motor muy agradable, con el mismo habitual carácter lineal de los motores atmosféricos de los BMW grandes; para la próxima generación, que se estrena en septiembre, este motor se descarta en favor de un 1,6 litros.
Los dos alemanes coinciden prácticamente en el consumo. A pesar de las diferencias mecánicas, tan sólo les separa una décima de litro en el gasto medio. Y es en este punto donde el Lexus entra en juego y, además, riéndose de sus rivales, sobre todo en ciudad y alrededores: el japonés registró un consumo medio de 5,1 l/100 km, es decir dos litros menos; casi nada. En autopista y carretera la diferencia es más baja, ya que la ayuda de la parte eléctrica del Lexus es menor. Sin embargo, en ciudad y extrarradio es demoledor. Su capacidad para arrancar y circular a baja velocidad exclusivamente en eléctrico hace que los sistemas Stop/Start de sus dos rivales parezcan obsoletos, ásperos y lentos, especialmente el del BMW. Sus aceleraciones son ligeramente peores que las de los dos alemanes, pero no recupera nada mal y, en conjunto, muestra la misma agilidad mecánica que ellos. A esto hay que sumar su silencio de marcha y la posibilidad de bajar el consumo mucho más que sus rivales si se realiza una conducción eficiente, algo más fácil gracias a la ayuda eléctrica y a la información que ofrece sobre el funcionamiento de su sistema híbrido.
Por espacio interior hay un claro ganador, el Audi. Delante todos son perfectamente válidos, pero detrás el A3 ofrece algo más de espacio con, además, mayor capacidad de maletero. Cuatro adultos caben perfectamente en los tres coches sin pasar calamidades en un viaje. En la parte trasera del BMW y del Lexus hay mayor sensación de encierro que en el Audi, debido a que sus líneas de cintura son más altas y las lunas más pequeñas, pero es eso, una sensación. El Lexus es claramente el más pequeño detrás y su maletero, cosas de la hibridación, es el que menos capacidad ofrece con unos 100 litros menos de espacio que los dos alemanes, que sólo se separan entre ellos por unos casi «insignificantes» 20 litros.
Los tres tienen buena calidad de materiales, ergonomía general y mandos, con mejores asientos, sobre todo los traseros, en Audi y BMW, al menos en las dos plazas laterales. El Lexus suple la ergonomía trasera, que tampoco es mala, de los otros dos con un mullido algo más confortable; es una cuestión de gustos. Los tres están bien insonorizados y aislados del exterior, siendo el Lexus el más agradable en este sentido, ya que su motor es el que menos ruido hace. Sólo se estropea cuando el sistema de refrigeración de las baterías comienza a trabajar, ya que, incomprensiblemente, los ingenieros de la marca han optado por poner la rejilla de salida de aire dentro del habitáculo, junto a la puerta derecha, por lo que no será extraño recibir quejas de los que se sienten en esa plaza.
La instrumentación es de fácil lectura. Los tres apuestan por las tradicionales agujas más una pantalla en la parte central de la consola, donde irá la radio y los opcionales sistemas de navegación. En el japonés esta pantalla es necesaria para aportar toda la información del sistema híbrido —también la muestra si se quiere en el cuadro— que, bien utilizada, sirve para que el conductor pueda rebajar el consumo con facilidad. De serie los tres coches tienen una dotación de elementos de seguridad. No faltan los controles de tracción y estabilidad, además de la ayuda al arranque en cuesta, los faros antiniebla o el habitual equipo de airbag. El Lexus se desmarca con la inclusión del airbag de rodilla de serie, mientras que el Audi es el único que ofrece la posibilidad de añadir los airbag laterales traseros. Hay anclajes Isofix en todas las plazas, excepto en la del acompañante del BMW, que es opcional.
El Lexus es el más caro, pero también el mejor equipado. De tarifa el BMW de nuestra comparativa resulta el más económico, pero si se le añade el cambio automático que los otros dos llevan —el del Lexus es un variador electrónico—, el precio se iguala. Tanto Audi como BMW cuentan con una extensa lista de extras que pueden convertir un coche «económico» en un equipado, pero muy caro, compacto. Esta es una de sus virtudes, ya que ofrecen mayores posibilidades de personalización que los generalistas de los que hablabamos al principio de la comparativa. Si no se busca un motor potente, se puede tener todo el lujo de sus respectivas marcas en motores tan económicos de uso como estos. Lexus no ofrece tantas posibilidades de personalización como los otros dos y su lista de extras es más reducida, pero es que también cuenta con un equipamiento más completo y la tecnología híbrida —mucho más compleja— que hay bajo su capó permite un superior ahorro de combustible; además, lleva poco tiempo en el mercado, mientras que las nuevas generaciones del Audi y el BMW están al caer (BMW a finales
Audi A3 |
BMW 116 |
Lexus CT200h |
Habitabilidad y capacidad de maletero
Funcionamiento general del cambio S-tronic
Calidad de acabado |
Refinamiento mecánico percibido
Excelente tacto de conducción
Propulsión trasera |
Consumos
Calidad de acabado percibida
Equipamiento de serie completo |
Audi A3 |
BMW 116 |
Lexus CT200h |
Suspensión seca
Reacciones del cambio en maniobras de 1ª y m/a
Túnel central voluminoso |
Recuperaciones más lentas
Visibilidad y sensación de espacio posterior
Sin rueda de repuesto |
Maletero muy pequeño
Tacto de freno artificial; impreciso a alta velocidad
Ruido de refrigeración de las baterías |
La economía de uso no tiene porqué estar ligada sólo a las marcas generalistas. En el mundo de los compactos se puede tener un coche «de marca», con el lujo, el equipamiento y la imagen que eso supone, pero con un motor de gasolina pequeño con un consumo contenido y que ofrezca buen rendimiento. Hoy en día marcas como Ford, Citroën, Renault, Opel, VW... están ofreciendo productos muy interesantes que nada tienen que envidiar a los tres modelos que a continuación probamos, pero que no están hechos para un tipo de comprador para el que la marca es un argumento de compra importante. Poniendo un ejemplo extremo, un reloj digital sin marca da la misma hora que un Rolex e incluso ofrecerá mayor información y resistencia, pero el que busca la marca de lujo, el primero ni lo mira, cueste lo que cueste.
Los tres aportan la economía de funcionamiento y las bajas emisiones contaminantes, llegando a ambas a través de caminos bien distintos: el Audi A3 Sportback 1.4 TFSI S-Tronic con su motor de baja cilindrada sobrealimentado de 125 caballos, tracción delantera y la caja de cambios automatizada S-Tronic de doble embrague, el BMW 116i con un 2 litros atmosférico de 122 caballos, cambio manual y propulsión trasera y el Lexus CT 200h con un sistema híbrido gasolina/eléctrico de 136 caballos y tracción a las ruedas delanteras. Los tres son compactos de cinco puertas, ofrecen potencias similares y cuestan más o menos lo mismo —y nada menos que entre 4.000 y 10.000 euros más que un compacto generalista con la misma potencia— pero cada uno tiene un estilo bien diferente, clara herencia de la marca a la que pertenecen.).
El comportamiento dinámico viene determinado por las dos configuraciones mecánicas existentes, por un lado tenemos a Audi y Lexus, que apuestan por la tracción delantera, y por otro a BMW, siempre fiel todavía a su propulsión trasera. Hay potencia en los tres modelos como para que no sean unos coches torpes pero, en ningún caso, resultan emocionantes, algo lógico cuando se habla de compactos que rondan los 10,4 kg/CV. El Audi es un coche fácil de conducir, con un control de estabilidad bien puesto a punto y que transmite agrado. En ciudad muestra agilidad y se maniobra bien —salvo a la hora de aparcar si lleva el brusco S-Tronic—. Es cómodo en vías rápidas y sólo acusa algo de sequedad en firmes irregulares, pero nada crítico; con este motor se agradece más si no se monta el extra de la suspensión deportiva; no la necesita. El ESP se encarga con suavidad de evitar que se llegue al límite del bastidor.
El BMW aporta algo más de emoción al día a día que los otros dos. Probablemente sea el BMW más fácil de conducir en el que nos hayamos montado; también de los menos potentes de la era moderna. Por ciudad no envidia al Audi y por carretera aporta algo más... para el que guste de la propulsión claro, ya que los conductores menos ávidos de sensaciones probablemente prefieran la menor complicación de la tracción delantera del Audi y el Lexus. Con todo, la dulzura con la que este 116i entrega la potencia unida a un control de estabilidad de los buenos, le permite ser apto para todos los públicos.de año y Audi a principios del que viene
Sin haber grandes diferencias, el Lexus se acerca más a lo que ofrece el Audi que el BMW. No es un coche complicado que busque el dinamismo, pero se aprecia una diferencia de comportamiento abismal con respecto al Toyota Auris Hybrid, con el que comparte plataforma y tecnología, siendo el Lexus un modelo mucho más completo y mejor puesto a punto. La única pega seria que le ponemos está en el tacto del pedal del freno, demasiado artificial y al que cuesta acostumbrarse. En ciudad es difícil de dosificar, cosa que en carretera se aprecia todavía más si se intenta conducir rápido. Probablemente éste sea el defecto más acusado del CT 200h, ya que por lo demás veremos que no plantea problemas. Su control de estabilidad al límite no actúa con la misma calidad que el de sus rivales alemanes —es más brusco y se percibe más cuando está funcionando— pero sí lo hace con similar efectividad y seguridad. El Lexus es tan cómodo como sus rivales y, quitando el detalle del freno, resulta también muy agradable.
Hay tres tecnologías donde elegir, dos más habituales y la híbrida del Lexus.Audi apuesta por un motor pequeño de 1,4 litros con turbo mientras que BMW utiliza un 2 litros atmosférico. Los dos prácticamente logran la misma potencia, con 134 y 130 caballos respectivamente, pero con 4,8 mkg más de par y 1.500 vueltas antes en el A3. En los dos casos se obtiene un buen nivel de prestaciones, con aceleraciones muy parecidas. Es lógico que el Audi tenga mejores recuperaciones, ya que su condición turbo y el cambio S-tronic así se lo permite, pero el Serie 1 se defiende con un tacto de motor muy agradable, con el mismo habitual carácter lineal de los motores atmosféricos de los BMW grandes; para la próxima generación, que se estrena en septiembre, este motor se descarta en favor de un 1,6 litros.
Los dos alemanes coinciden prácticamente en el consumo. A pesar de las diferencias mecánicas, tan sólo les separa una décima de litro en el gasto medio. Y es en este punto donde el Lexus entra en juego y, además, riéndose de sus rivales, sobre todo en ciudad y alrededores: el japonés registró un consumo medio de 5,1 l/100 km, es decir dos litros menos; casi nada. En autopista y carretera la diferencia es más baja, ya que la ayuda de la parte eléctrica del Lexus es menor. Sin embargo, en ciudad y extrarradio es demoledor. Su capacidad para arrancar y circular a baja velocidad exclusivamente en eléctrico hace que los sistemas Stop/Start de sus dos rivales parezcan obsoletos, ásperos y lentos, especialmente el del BMW. Sus aceleraciones son ligeramente peores que las de los dos alemanes, pero no recupera nada mal y, en conjunto, muestra la misma agilidad mecánica que ellos. A esto hay que sumar su silencio de marcha y la posibilidad de bajar el consumo mucho más que sus rivales si se realiza una conducción eficiente, algo más fácil gracias a la ayuda eléctrica y a la información que ofrece sobre el funcionamiento de su sistema híbrido.
Por espacio interior hay un claro ganador, el Audi. Delante todos son perfectamente válidos, pero detrás el A3 ofrece algo más de espacio con, además, mayor capacidad de maletero. Cuatro adultos caben perfectamente en los tres coches sin pasar calamidades en un viaje. En la parte trasera del BMW y del Lexus hay mayor sensación de encierro que en el Audi, debido a que sus líneas de cintura son más altas y las lunas más pequeñas, pero es eso, una sensación. El Lexus es claramente el más pequeño detrás y su maletero, cosas de la hibridación, es el que menos capacidad ofrece con unos 100 litros menos de espacio que los dos alemanes, que sólo se separan entre ellos por unos casi «insignificantes» 20 litros.
Los tres tienen buena calidad de materiales, ergonomía general y mandos, con mejores asientos, sobre todo los traseros, en Audi y BMW, al menos en las dos plazas laterales. El Lexus suple la ergonomía trasera, que tampoco es mala, de los otros dos con un mullido algo más confortable; es una cuestión de gustos. Los tres están bien insonorizados y aislados del exterior, siendo el Lexus el más agradable en este sentido, ya que su motor es el que menos ruido hace. Sólo se estropea cuando el sistema de refrigeración de las baterías comienza a trabajar, ya que, incomprensiblemente, los ingenieros de la marca han optado por poner la rejilla de salida de aire dentro del habitáculo, junto a la puerta derecha, por lo que no será extraño recibir quejas de los que se sienten en esa plaza.
La instrumentación es de fácil lectura. Los tres apuestan por las tradicionales agujas más una pantalla en la parte central de la consola, donde irá la radio y los opcionales sistemas de navegación. En el japonés esta pantalla es necesaria para aportar toda la información del sistema híbrido —también la muestra si se quiere en el cuadro— que, bien utilizada, sirve para que el conductor pueda rebajar el consumo con facilidad. De serie los tres coches tienen una dotación de elementos de seguridad. No faltan los controles de tracción y estabilidad, además de la ayuda al arranque en cuesta, los faros antiniebla o el habitual equipo de airbag. El Lexus se desmarca con la inclusión del airbag de rodilla de serie, mientras que el Audi es el único que ofrece la posibilidad de añadir los airbag laterales traseros. Hay anclajes Isofix en todas las plazas, excepto en la del acompañante del BMW, que es opcional.
El Lexus es el más caro, pero también el mejor equipado. De tarifa el BMW de nuestra comparativa resulta el más económico, pero si se le añade el cambio automático que los otros dos llevan —el del Lexus es un variador electrónico—, el precio se iguala. Tanto Audi como BMW cuentan con una extensa lista de extras que pueden convertir un coche «económico» en un equipado, pero muy caro, compacto. Esta es una de sus virtudes, ya que ofrecen mayores posibilidades de personalización que los generalistas de los que hablabamos al principio de la comparativa. Si no se busca un motor potente, se puede tener todo el lujo de sus respectivas marcas en motores tan económicos de uso como estos. Lexus no ofrece tantas posibilidades de personalización como los otros dos y su lista de extras es más reducida, pero es que también cuenta con un equipamiento más completo y la tecnología híbrida —mucho más compleja— que hay bajo su capó permite un superior ahorro de combustible; además, lleva poco tiempo en el mercado, mientras que las nuevas generaciones del Audi y el BMW están al caer (BMW a finales
Audi A3 |
BMW 116 |
Lexus CT200h |
Habitabilidad y capacidad de maletero
Funcionamiento general del cambio S-tronic
Calidad de acabado |
Refinamiento mecánico percibido
Excelente tacto de conducción
Propulsión trasera |
Consumos
Calidad de acabado percibida
Equipamiento de serie completo |
Audi A3 |
BMW 116 |
Lexus CT200h |
Suspensión seca
Reacciones del cambio en maniobras de 1ª y m/a
Túnel central voluminoso |
Recuperaciones más lentas
Visibilidad y sensación de espacio posterior
Sin rueda de repuesto |
Maletero muy pequeño
Tacto de freno artificial; impreciso a alta velocidad
Ruido de refrigeración de las baterías |
La economía de uso no tiene porqué estar ligada sólo a las marcas generalistas. En el mundo de los compactos se puede tener un coche «de marca», con el lujo, el equipamiento y la imagen que eso supone, pero con un motor de gasolina pequeño con un consumo contenido y que ofrezca buen rendimiento. Hoy en día marcas como Ford, Citroën, Renault, Opel, VW... están ofreciendo productos muy interesantes que nada tienen que envidiar a los tres modelos que a continuación probamos, pero que no están hechos para un tipo de comprador para el que la marca es un argumento de compra importante. Poniendo un ejemplo extremo, un reloj digital sin marca da la misma hora que un Rolex e incluso ofrecerá mayor información y resistencia, pero el que busca la marca de lujo, el primero ni lo mira, cueste lo que cueste.
Los tres aportan la economía de funcionamiento y las bajas emisiones contaminantes, llegando a ambas a través de caminos bien distintos: el Audi A3 Sportback 1.4 TFSI S-Tronic con su motor de baja cilindrada sobrealimentado de 125 caballos, tracción delantera y la caja de cambios automatizada S-Tronic de doble embrague, el BMW 116i con un 2 litros atmosférico de 122 caballos, cambio manual y propulsión trasera y el Lexus CT 200h con un sistema híbrido gasolina/eléctrico de 136 caballos y tracción a las ruedas delanteras. Los tres son compactos de cinco puertas, ofrecen potencias similares y cuestan más o menos lo mismo —y nada menos que entre 4.000 y 10.000 euros más que un compacto generalista con la misma potencia— pero cada uno tiene un estilo bien diferente, clara herencia de la marca a la que pertenecen.).
El comportamiento dinámico viene determinado por las dos configuraciones mecánicas existentes, por un lado tenemos a Audi y Lexus, que apuestan por la tracción delantera, y por otro a BMW, siempre fiel todavía a su propulsión trasera. Hay potencia en los tres modelos como para que no sean unos coches torpes pero, en ningún caso, resultan emocionantes, algo lógico cuando se habla de compactos que rondan los 10,4 kg/CV. El Audi es un coche fácil de conducir, con un control de estabilidad bien puesto a punto y que transmite agrado. En ciudad muestra agilidad y se maniobra bien —salvo a la hora de aparcar si lleva el brusco S-Tronic—. Es cómodo en vías rápidas y sólo acusa algo de sequedad en firmes irregulares, pero nada crítico; con este motor se agradece más si no se monta el extra de la suspensión deportiva; no la necesita. El ESP se encarga con suavidad de evitar que se llegue al límite del bastidor.
El BMW aporta algo más de emoción al día a día que los otros dos. Probablemente sea el BMW más fácil de conducir en el que nos hayamos montado; también de los menos potentes de la era moderna. Por ciudad no envidia al Audi y por carretera aporta algo más... para el que guste de la propulsión claro, ya que los conductores menos ávidos de sensaciones probablemente prefieran la menor complicación de la tracción delantera del Audi y el Lexus. Con todo, la dulzura con la que este 116i entrega la potencia unida a un control de estabilidad de los buenos, le permite ser apto para todos los públicos.de año y Audi a principios del que viene
Sin haber grandes diferencias, el Lexus se acerca más a lo que ofrece el Audi que el BMW. No es un coche complicado que busque el dinamismo, pero se aprecia una diferencia de comportamiento abismal con respecto al Toyota Auris Hybrid, con el que comparte plataforma y tecnología, siendo el Lexus un modelo mucho más completo y mejor puesto a punto. La única pega seria que le ponemos está en el tacto del pedal del freno, demasiado artificial y al que cuesta acostumbrarse. En ciudad es difícil de dosificar, cosa que en carretera se aprecia todavía más si se intenta conducir rápido. Probablemente éste sea el defecto más acusado del CT 200h, ya que por lo demás veremos que no plantea problemas. Su control de estabilidad al límite no actúa con la misma calidad que el de sus rivales alemanes —es más brusco y se percibe más cuando está funcionando— pero sí lo hace con similar efectividad y seguridad. El Lexus es tan cómodo como sus rivales y, quitando el detalle del freno, resulta también muy agradable.
Hay tres tecnologías donde elegir, dos más habituales y la híbrida del Lexus.Audi apuesta por un motor pequeño de 1,4 litros con turbo mientras que BMW utiliza un 2 litros atmosférico. Los dos prácticamente logran la misma potencia, con 134 y 130 caballos respectivamente, pero con 4,8 mkg más de par y 1.500 vueltas antes en el A3. En los dos casos se obtiene un buen nivel de prestaciones, con aceleraciones muy parecidas. Es lógico que el Audi tenga mejores recuperaciones, ya que su condición turbo y el cambio S-tronic así se lo permite, pero el Serie 1 se defiende con un tacto de motor muy agradable, con el mismo habitual carácter lineal de los motores atmosféricos de los BMW grandes; para la próxima generación, que se estrena en septiembre, este motor se descarta en favor de un 1,6 litros.
Los dos alemanes coinciden prácticamente en el consumo. A pesar de las diferencias mecánicas, tan sólo les separa una décima de litro en el gasto medio. Y es en este punto donde el Lexus entra en juego y, además, riéndose de sus rivales, sobre todo en ciudad y alrededores: el japonés registró un consumo medio de 5,1 l/100 km, es decir dos litros menos; casi nada. En autopista y carretera la diferencia es más baja, ya que la ayuda de la parte eléctrica del Lexus es menor. Sin embargo, en ciudad y extrarradio es demoledor. Su capacidad para arrancar y circular a baja velocidad exclusivamente en eléctrico hace que los sistemas Stop/Start de sus dos rivales parezcan obsoletos, ásperos y lentos, especialmente el del BMW. Sus aceleraciones son ligeramente peores que las de los dos alemanes, pero no recupera nada mal y, en conjunto, muestra la misma agilidad mecánica que ellos. A esto hay que sumar su silencio de marcha y la posibilidad de bajar el consumo mucho más que sus rivales si se realiza una conducción eficiente, algo más fácil gracias a la ayuda eléctrica y a la información que ofrece sobre el funcionamiento de su sistema híbrido.
Por espacio interior hay un claro ganador, el Audi. Delante todos son perfectamente válidos, pero detrás el A3 ofrece algo más de espacio con, además, mayor capacidad de maletero. Cuatro adultos caben perfectamente en los tres coches sin pasar calamidades en un viaje. En la parte trasera del BMW y del Lexus hay mayor sensación de encierro que en el Audi, debido a que sus líneas de cintura son más altas y las lunas más pequeñas, pero es eso, una sensación. El Lexus es claramente el más pequeño detrás y su maletero, cosas de la hibridación, es el que menos capacidad ofrece con unos 100 litros menos de espacio que los dos alemanes, que sólo se separan entre ellos por unos casi «insignificantes» 20 litros.
Los tres tienen buena calidad de materiales, ergonomía general y mandos, con mejores asientos, sobre todo los traseros, en Audi y BMW, al menos en las dos plazas laterales. El Lexus suple la ergonomía trasera, que tampoco es mala, de los otros dos con un mullido algo más confortable; es una cuestión de gustos. Los tres están bien insonorizados y aislados del exterior, siendo el Lexus el más agradable en este sentido, ya que su motor es el que menos ruido hace. Sólo se estropea cuando el sistema de refrigeración de las baterías comienza a trabajar, ya que, incomprensiblemente, los ingenieros de la marca han optado por poner la rejilla de salida de aire dentro del habitáculo, junto a la puerta derecha, por lo que no será extraño recibir quejas de los que se sienten en esa plaza.
La instrumentación es de fácil lectura. Los tres apuestan por las tradicionales agujas más una pantalla en la parte central de la consola, donde irá la radio y los opcionales sistemas de navegación. En el japonés esta pantalla es necesaria para aportar toda la información del sistema híbrido —también la muestra si se quiere en el cuadro— que, bien utilizada, sirve para que el conductor pueda rebajar el consumo con facilidad. De serie los tres coches tienen una dotación de elementos de seguridad. No faltan los controles de tracción y estabilidad, además de la ayuda al arranque en cuesta, los faros antiniebla o el habitual equipo de airbag. El Lexus se desmarca con la inclusión del airbag de rodilla de serie, mientras que el Audi es el único que ofrece la posibilidad de añadir los airbag laterales traseros. Hay anclajes Isofix en todas las plazas, excepto en la del acompañante del BMW, que es opcional.
El Lexus es el más caro, pero también el mejor equipado. De tarifa el BMW de nuestra comparativa resulta el más económico, pero si se le añade el cambio automático que los otros dos llevan —el del Lexus es un variador electrónico—, el precio se iguala. Tanto Audi como BMW cuentan con una extensa lista de extras que pueden convertir un coche «económico» en un equipado, pero muy caro, compacto. Esta es una de sus virtudes, ya que ofrecen mayores posibilidades de personalización que los generalistas de los que hablabamos al principio de la comparativa. Si no se busca un motor potente, se puede tener todo el lujo de sus respectivas marcas en motores tan económicos de uso como estos. Lexus no ofrece tantas posibilidades de personalización como los otros dos y su lista de extras es más reducida, pero es que también cuenta con un equipamiento más completo y la tecnología híbrida —mucho más compleja— que hay bajo su capó permite un superior ahorro de combustible; además, lleva poco tiempo en el mercado, mientras que las nuevas generaciones del Audi y el BMW están al caer (BMW a finales
Audi A3 |
BMW 116 |
Lexus CT200h |
Habitabilidad y capacidad de maletero
Funcionamiento general del cambio S-tronic
Calidad de acabado |
Refinamiento mecánico percibido
Excelente tacto de conducción
Propulsión trasera |
Consumos
Calidad de acabado percibida
Equipamiento de serie completo |
Audi A3 |
BMW 116 |
Lexus CT200h |
Suspensión seca
Reacciones del cambio en maniobras de 1ª y m/a
Túnel central voluminoso |
Recuperaciones más lentas
Visibilidad y sensación de espacio posterior
Sin rueda de repuesto |
Maletero muy pequeño
Tacto de freno artificial; impreciso a alta velocidad
Ruido de refrigeración de las baterías |