Habrá quienpiense que en un coche utilitario que sobrepasa con largueza los 1.000 kilos de peso optarpor un motor de sólo 75 CV, como es el caso de este Volkswagen Polo,es algo así como tirar el dinero por lo que supone de renuncia a moverse ágilmente. Sin embargo, lejos de ser realmente así y como ocurre en otras muchas circunstancias, conviene sopesar seriamente, sin apasionamientos ni ideas preconcebidas las condiciones de uso habituales antes de decidirnos. De hacerlo, probablemente, más de un conductor encontrará que, a fin de cuentas, 75 CV no son tan pocos y que, si bien es cierto que no se contará con una respuesta al acelerador fulgurante, la prestación puede resultar satisfactoria.
Volkswagen Polo, un motor del Volkswagen Up!
El motor 1.0 del Volkswagen Polo es un tres cilindros idéntico al que usan, dentro de su misma gama, losVolkswagen Up! en también en dos versiones, de 68 y 75 CV. En el caso del Polo la primera es sustituida por una de 60 CV, en tanto que la segunda se mantiene invariada. La diferencia entre ambas versiones está, exclusivamente, enla gestión electrónica. Es la responsable de que el motor más potente sea capaz de estirar más y, consecuentemente a esa mayor capacidad para escalar revoluciones, conseguir mayor potencia. Por su parte, el par máximo es idéntico en ambas versiones de este 1.0 multiválvula y con distribución variable para sus válvulas de admisión: es una forma de ampliar la zona de conseguir un cruce más favorable cuando se eleva la carga del motor en lugar de tener que conformarse con un diagrama de compromiso entre bajo y alto régimen.
Este motor del Volkswagen Polo identificado escuetamente en la gama como 1.0, sin más apellidos, es realmente el MPI, tal como aparece grabado en la caja de su filtro de aire. Esto significa que un motor Multipoint Injection, es decir, un motor de inyección multipunto lo que, por sí mismo, puede parecer poco relevante —hasta hace lo excepcional es que no se tratase de un motor en el que la inyección se realizase en el conducto de admisión— pero que contrasta en la gama Volkswagen puesto que se trata del único motor de estas características que aún sobrevive en ella. La norma hoy es que, como ocurre con tantos otros fabricantes, la inyección de combustible sea directa, es decir, se realice dentro de la cámara de combustión. Es una fórmula que permite optimizar cada gota de combustible y que, ya desde hace muchos años, utilizan los Diesel. Pero este 1.0 es excepcional también por algo más, ya que carece de sobrealimentación por turbo. Ambos argumentos —más unos cuantos más que contribuyen a su sofisticación, hasta el punto de hacerlos muy distintos— sí están en los 1.0 TSI de última hornada. Uno de ellos, con 95 CV, coexiste también en el Volkswagen Polo con este 1.0 MPI, en tanto que en versión de 115 CV se emplea, por el momento exclusivamente, en el Volkswagen Golf.
El 1.0 del Volkswagen Polo se diferencia del que lleva el Up! con idéntica potencia en términos de uso en que cuenta, por ejemplo, con el sistema Start/Stop. Este sistema apaga el motor al detener el movimiento del coche y lo arranca automáticamente, lo que resulta muy valioso en conducción urbana o atascos y, además, lo hace de manera muy precisa, cuando toca y suavemente.
La otra diferencia es anecdótica: cuando hay que arrancar el coche con la llave, y a diferencia de lo que ocurre en el Up!, en el Volkswagen Polo se hace necesario pisar el embrague.
Volkswagen Polo, un cambio para ser usado
La forma de empujar ambos es semejante, con su zona buena concentrada entre las 2.750 y las 5.500 vueltas, aunque resulta perfectamente posible, e incluso deseable si queremos sacar el máximo provecho al motor, llevarlo hasta prácticamente su régimen de corte de inyección: éste se sitúa en 6.500 rpm y la potencia máxima se aporta prácticamente coincidiendo con él.
Ayuda a sacarlo buen provecho el cambio, que aunque es sólo de cinco marchas, es suficientemente rápido, preciso y suave. Como los desarrollos están bien ajustados a las posibilidades de ese motor, con una quinta de 29,4 km/h por cada 1.000 km —la velocidad punta se logra a 5.900 rpm— y sin que se produzcan grandes saltos entre marchas: el más perceptible, sin serlo mucho, está entre segunda y tercera. Así, este cambio manual resulta clave para sacar un buen rendimiento al motor, con la sorpresa de que no hacen nada ruidosa a esta versión del Volkswagen Polo: no lo es ni menos ni más que lo que supone la media de utilitarios con motores de gasolina de menos de 110 CV.
Volkswagen Polo, para algo más que la ciudad
Obviamente, sus prestaciones son muy modestas. Como mínimo es la calificación que merece una aceleración de 0 a 1.000 m por encima de los 37 segundos: 37,4 s, exactamente. Es, entre los utilitarios que están a la venta, el registro más lento; aunque cuesta creerse las cifras a tenor de las sensaciones. Sí, porque este Volkswagen Polo se mueve con soltura al compás del tráfico, incluso por vías rápidas. Cierto que, entonces, se hace imprescindible llevar el motor a un régimen vivo, incluso echando mano del cambio y hasta abusando de la cuarta marcha, pero el resultado compensa.
Además, con esos desarrollos, el Volkswagen Polo 1.0 de 75 CV incluso se permite recuperar de forma casi análoga a coches mucho más potentes en los que el cambio parece más enfocado a favorecer el consumo. ¿Ejemplos? Pues hay menos diferencia de la esperable, menos de un segundo, entre lo que tarda en acelerar de 80 a 120 km/h si no echamos mano del cambio y mantenemos cuarta o quinta entre este Volkswagen Polo y lo que lo Mazda2 1.5 Skyactiv-G 90. Con otros también más potentes como los Renault Clio 0.9 TCe 90 CV eco² S/S o los Hyundai i20 1.2 MPI 85 CV la distancia tampoco parece menor de la esperable.
Ese cambio, por tanto, ayuda a este Volkswagen Polo a ser más dinámico de lo inicialmente estimado pero, ¿supone un problema para el consumo? La respuesta es que no. A fin de cuentas el gasto de 5,62 l/100 km en carretera y 6,68 en ciudad, siempre según nuestras pruebas, es muy razonable sin ser nada excepcional.
Así este Volkswagen Polo 1.0 MPI se trata de un motor óptimo para la ciudad, donde resulta agradable de conducir, cómodo y muy manejable; y su inmediata periferia. Con todo, y como ha quedado dicho, bien puede ir más allá pues puede moverse por vías rápidas con el tráfico y en carreteras convencionales llevar a cabo adelantamientos de vehículos lentos, como camiones. Mejor, además, si se usa el cambio, aunque tan cierto como esto que es aquí donde más claramente aparecen sus limitaciones. Lógicamente van a más si se aprovechan sus posibilidades de carga, con un espacio interior espacioso para cuatro adultos, con unas de las mejores plazas posteriores de la categoría, y con un maletero con una capacidad en la media de su clase.
En cuanto al comportamiento, no difiere del de otros Volkswagen Polo en tanto a que resulta confortable y, a la vez, estable, con un comportamiento en cualquier tipo de curva que se siente muy superior a lo que es capaz de dar de sí su motor. Percibimos, eso sí, que en el caso concreto de esta unidad, dotada de ruedas Nexen NBlue, ese comportamiento, especialmente se degrada rápidamente si el suelo está mojado porque éstas pierden también velozmente adherencia. En seco, sin embargo, no hay pegas que ponerle. Una demostración de ello es como su más que correcta capacidad de frenada en estas condiciones.
Volkswagen Polo, ahorrar es un acierto
El motor 1.0 de 75 CV del Volkswagen Polo se puede combinar en el Volkswagen Polo con tres niveles de equipamiento: A-Polo, Edition —el único con el que se asocia la versión 1.0 de 60 CV— y Advance. Este último es el que más equipamiento estándar y para el que quedan más opciones disponibles. Así aporta de serie, al margen del aire acondicionado, refinamientos como luces adicionales de lectura para los ocupantes posteriores, espejos de cortesía en los parasoles con luz, asientos delanteros regulables en altura o cuero en volante y pomo del cambio, mayor cantidad de equipamiento opcional.
Con todo, quizá el más recomendable de los tres sea, en muchos casos, el Volkswagen A-Polo, una versión especial que por 120 euros más que el Edition aporta como elementos estándar las llantas de aleación de 15”, la radio CD con pantalla táctil de 6,5” o Bluetooth, el volante multifunción de cuero y el ordenador de viaje. Adicionalmente puede enriquecerse con el aire acondicionado, (645 euros) , el paquete que incluye sensor de lluvia y de luces (140), el control de velocidad de crucero (380) , los airbags de cortina (725) o el navegador (735). No son tantos elementos funcionales como los disponibles en el Advance, ni su equipo de serie tan rico; pero casi supone 1.400 euros menos en el precio de tarifa: el A-Polo, en versión de tres puertas supone 13.990 euros; con cinco, 560 más, como el resto de Volkswagen Polo.
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