Se ha ganado el apodo del “Mini japonés" y no sólo por su estética: aplomado, de peso contenido y con un motor muy contrastado. La comparación, ciertamente, le va un poco grande: este Suzuki no forjará una historia como ganador de rallies, pero tampoco es un vehículo para dejar encerrado en la ciudad.
Suzuki Swift 1.3 DdiS GLX 5p
El Swift de cinco puertas sí está homologado para cinco pasajeros, pero la carrocería de tres puertas sólo permite llevar a cuatro. La diferencia es importante en el apartado legal, ya que, en la práctica, casi es misión imposible que tres adultos viajen en su parte trasera. Este Suzuki sí es el “mini" entre sus rivales. De hecho, modelos más pequeños que él, como el C2 o el tan citado Mini, aprovechan mejor el espacio interior. Así, el modelo de Citroën es tres centímetros más ancho en las plazas traseras y el One ofrece un centímetro más para las piernas de los pasajeros. Otros modelos como el Fiat Grande Punto, Mitsubishi Colt, Smart Forfour y Toyota Yaris también hacen valer su mayor longitud. En nuestro protagonista, además, hay que enfrentarse a unos asientos traseros algo incómodos. Vas sentado muy recto. El respaldo queda muy corto para un adulto, por lo que tendrás que jugar con los reposacabezas (cuadrados y muy voluminosos). El punto fuerte del Swift es su maletero: 260 litros, según nuestras mediciones. Es todo un derroche, ya que la mayoría de los modelos antes citados hacen verdaderos esfuerzos para alcanzar los 200 litros. Podemos ampliar el maletero si abatimos los asientos. Es la única función que te permitirá jugar con el interior del Swift. Olvídate de banquetas correderas al estilo Modus o cofres ocultos como en el Micra, hasta anda escaso de esos pequeños huecos tan útiles para dejar esas mil pequeñas cosas que siempre nos acompañan en los viajes. El interior del Swift está “bien rematado", incluso encontramos algunos detalles realizados en símil de titanio esparcidos en su salpicadero y cambio. Han optado por las líneas rectas, sin abigarrar su interior. Todo está a mano y a la vista, aunque aquí hay que hacer una pequeña excepción: la minipantalla que nos informa de la hora, el consumo y la temperatura que corona el salpicadero (su grafía es de color rojo y muy pequeña y, cuando da el sol, no se ve). En el equipamiento, el Swift merece un aprobado. Con el motor Diesel y este acabado, GLX (el más alto de la gama), encontramos volante multifunción, radio CD, llantas de aleación y un amplio equipo de airbags. Sin embargo, no incluye el control de estabilidad (ni siquiera como opción). También queda fuera el arranque sin llave, una función que sí encontramos en las versiones de gasolina.
LO MEJOR
LO PEOR
* Consumo contenido
* Comportamiento
* Ausencia de ESP
* Falta de modularidad
El Swift de cinco puertas sí está homologado para cinco pasajeros, pero la carrocería de tres puertas sólo permite llevar a cuatro. La diferencia es importante en el apartado legal, ya que, en la práctica, casi es misión imposible que tres adultos viajen en su parte trasera. Este Suzuki sí es el “mini" entre sus rivales. De hecho, modelos más pequeños que él, como el C2 o el tan citado Mini, aprovechan mejor el espacio interior. Así, el modelo de Citroën es tres centímetros más ancho en las plazas traseras y el One ofrece un centímetro más para las piernas de los pasajeros. Otros modelos como el Fiat Grande Punto, Mitsubishi Colt, Smart Forfour y Toyota Yaris también hacen valer su mayor longitud. En nuestro protagonista, además, hay que enfrentarse a unos asientos traseros algo incómodos. Vas sentado muy recto. El respaldo queda muy corto para un adulto, por lo que tendrás que jugar con los reposacabezas (cuadrados y muy voluminosos). El punto fuerte del Swift es su maletero: 260 litros, según nuestras mediciones. Es todo un derroche, ya que la mayoría de los modelos antes citados hacen verdaderos esfuerzos para alcanzar los 200 litros. Podemos ampliar el maletero si abatimos los asientos. Es la única función que te permitirá jugar con el interior del Swift. Olvídate de banquetas correderas al estilo Modus o cofres ocultos como en el Micra, hasta anda escaso de esos pequeños huecos tan útiles para dejar esas mil pequeñas cosas que siempre nos acompañan en los viajes. El interior del Swift está “bien rematado", incluso encontramos algunos detalles realizados en símil de titanio esparcidos en su salpicadero y cambio. Han optado por las líneas rectas, sin abigarrar su interior. Todo está a mano y a la vista, aunque aquí hay que hacer una pequeña excepción: la minipantalla que nos informa de la hora, el consumo y la temperatura que corona el salpicadero (su grafía es de color rojo y muy pequeña y, cuando da el sol, no se ve). En el equipamiento, el Swift merece un aprobado. Con el motor Diesel y este acabado, GLX (el más alto de la gama), encontramos volante multifunción, radio CD, llantas de aleación y un amplio equipo de airbags. Sin embargo, no incluye el control de estabilidad (ni siquiera como opción). También queda fuera el arranque sin llave, una función que sí encontramos en las versiones de gasolina.