Skoda Scala: prueba, opiniones y precios del nuevo compacto, muy espacioso

El nuevo Skoda Scala toma el testigo que deja el anterior Spaceback, un gran urbano con hechuras de compacto pero al que no llegabas a apreciarlo del todo como tal. Una fórmula habitual de Skoda es hacer coches lo más grandes posibles que les permita sus plataformas, de tal manera, que con plataformas pequeñas ofrecen modelos compactos y de una base de compacto plantean berlinas medias impactantes.

Con esta estrategia, quizá dejando la emoción a un lado (es cierto que cada vez estimulan más) y valorando la relación tamaño-practicidad-calidad-precio, posiblemente no haya rival que mejore la filosofía de Skoda. Pero en el nuevo Scala, todo esto parece que cunde más. Hay una muy buena plataforma de base, tecnología muy moderna y presenta el nuevo lenguaje de diseño que definirá a los futuros Skoda, transferido por el concept Vision RS. Finalmente, de todo ello ha surgido un Scala con talante de buen y gran compacto.

Skoda Scala: con la plataforma del Ibiza

Para su concepción, se ha partido de la plataforma MQB A0 del Grupo Volkswagen, ya vista en los “engrandecidos" Ibiza y Polo y derivada de la MQB de los Golf y León, pero con "especificaciones Skoda". Es decir, con 2,65 metros, ofrece más distancia entre ejes que incluso los compactos (2,62 en el Golf), y sobre ella ha diseñado una larga carrocería de 4,36 metros de longitud (10 centímetros más largo que el mismo Golf). A bote pronto, con 467 litros, el nuevo Skoda Scala ofrece el maletero más grande del segmento (el de los compactos) y la cota para las piernas de los pasajeros traseros, a falta de medirla por nuestro Centro Técnico, se antoja igualmente extraordinaria.

Su diseño interior transmite un aspecto mucho más fresco y moderno, donde destaca especialmente la pantalla táctil flotante del sistema de infoentretenimiento, que puede ser de 9,2 pulgadas con el equipo superior —con navegación híbrida y que permite dividir la información en tres planos— o 6,5 pulgadas para el básico. Se ha prescindido de muchos botones físicos por virtuales integrados en la pantalla táctil, sofisticando con ello el aspecto interior del Scala. Además, el cuadro de relojes puede ser analógico o el digital «Virtual Cockpit» en pantalla de 10,2 pulgadas configurable.

Por fuera, el Skoda Scala llama la atención por la luneta trasera extendida opcional (de serie en el pack de lanzamiento al inicio de su comercialización), que llega a cubrir parte del portón. Ahí desaparece el logo de la marca por el nombre Skoda, con la idea de identificar a partir de ahora mejor a sus modelos. Todos los puntos de luz son de led, los intermitentes traseros dinámicos y los grupos ópticos delanteros pueden ser en opción full-led.

Skoda Scala: en marcha

Dinámicamente, el Skoda Scala también aprovecha esa gran huella de pisada para transmitir tacto de coche grande, y aunque no resulte tan rotundo como un Golf o León, por seguir la comparación, pisa bien asentado y con calidad. Puede contar además con una especificación de chasis más deportiva que rebaja 15 milímetros la altura de la carrocería con muelles más cortos y firmes, que también pueden combinarse con amortiguadores activos, dejando el nivel dinámico del Scala todavía más arriba. Además, contando con el sistema dinámico de conducción, se puede ajustar la dirección, el cambio automático, la respuesta del motor y la amortiguación en función a los modos Normal, Sport, Eco e Individual.

La gama mecánica contará con tres propulsores de gasolina, un Diesel y otro de gas. En el primer grupo, el sorprendente y agradable 1.0 TSI tricilíndrico se ofrece con 95 CV y cambio manual de 5 velocidades o con 115 CV y cambio manual de 6 velocidades o DSG de 7. Esta variante resulta enormemente capaz y de ajustados consumos y por la propia finura de funcionamiento del motor y ligereza, le aporta un punto de calidad y exquisitez al propio Scala. Algo más adelante llegará con el moderno 1.5 TSI Evo con desconexión selectiva de cilindros, de 150 CV e igualmente con cambio manual de 6 velocidades o DSG de 7.

En Diesel, el 1.6 TDI de 115 CV, con inyección de AdBlue para la reducción de los NOX de escape, está disponible con cambio manual de 6 o el de doble embrague pilotado en seco de 7, como en sus hermanos. Menos “fino" que el 1.0 TSI, a su favor siempre tendrá una economía de consumo extraordinaria, con el que en ruta de forma natural estabilizas medias en torno a los 5 litros, incluso menos. También llegará más adelante una versión alimentada por Gas Natural con el motor 1.0 G-Tec con 90 CV, que contará con un depósito de gas de 14,2 kg y uno de gasolina de 9 litros, y siempre con cambio manual de 6 velocidades.

Skoda Scala: equipamiento y soluciones

Disponer de la plataforma MQB A0 también le permite disponer al Scala de un buen número de ayudas electrónicas de conducción, como el aviso de salida y mantenimiento de carril, frenado autónomo ante colisión inminente y/o multicolisión, de preparación previa al accidente —cierra ventanas, tensa cinturones…— que ofrecerá de serie, a las que opcionalmente se pueden sumar la alerta ante tráfico trasero cruzado, el asistente de aparcamiento, el control de crucero adaptativo y un aviso de vehículos en el ángulo muerto del retrovisor que amplía su capacidad de detección de 20 a 70 m. Además puede tener hasta 9 airbags, incluido el de rodillas para el conductor.

Pero el Scala no sería un Skoda sin todas esas otras soluciones Simply Clever de gran practicidad que caracteriza a la marca; como la guantera refrigerada e iluminada, el paragüero en el interior del marco de la puerta del conductor con su respectivo paraguas, la superficie de carga inalámbrica para el smartphone en la consola central, el portón con apertura y cierre eléctrico o un inédito tapón para llenar el líquido limpiaparabrisas que al abrirlo despliega una especie de embudo para no derramar líquido.

Skoda Scala gasolina: todos sus precios

Skoda Scala Diesel: todos sus precios