Nissan Primera 2.0i 16v CVT / Nissan Primera 2.2 DI 16v Wagon

Poco o nada, salvo la denominación, mantiene la nueva generación del Primera con relación a su predecesor. El avanzado diseño y la profusión de elementos técnicos sumamente novedosos que muestra su configuración le convierte en un producto completamente nuevo y carente de relación con el modelo al que sustituye.

Nissan Primera 2.0i 16v CVT / Nissan Primera 2.2 DI 16v Wagon
Nissan Primera 2.0i 16v CVT / Nissan Primera 2.2 DI 16v Wagon

Más grande, con una imagen ligeramente atrevida y una configuración distinta a la de su antecesor, el nuevo Nissan Primera muestra una serie de cualidades que superan en todos los apartados al modelo al que sustituye. Si hay una particularidad para el coche es la cantidad de elementos técnicos introducidos y su dotación de serie. En ella encontramos, sin necesidad de recurrir a la lista de opciones, todos los elementos que pueden considerarse necesarios y que cabe esperar de un automóvil de esta categoría. Esto resulta especialmente palpable en la motorización de gasolina, cuyo acabado Acenta incluye hasta el novedoso control de crucero inteligente (ICC). El sistema funciona como cualquier otro control de crucero, pero añade un sensor láser situado en la parte izquierda del paragolpes que es capaz de medir la distancia entre nuestro vehículo y el que nos precede. Si circulamos a mayor velocidad que la del otro vehículo, el sistema actúa sobre la gestión electrónica del motor reduciendo la aceleración y frenando cuando es necesario para mantener una distancia de seguridad adecuada a la velocidad. Esa distancia de seguridad se puede predeterminar a voluntad del conductor mediante un botón situado bajo los mandos del ICC y que permite programar tres grados de distancia. Una vez que el vehículo que rueda por delante acelera, o cambia de carril, el sistema se encarga de volver a recuperar la velocidad programada de manera completamente automática y sin intervención del conductor.El sistema de medición -láser- no es tan preciso como el radar empleado en otros controles de crucero. Así, bajo condiciones atmosféricas determinadas -niebla o lluvia- las mediciones pueden no ser exactas. Es por eso por lo que, al activar la velocidad constante del limpiaparabrisas, el control se desconecta como medida de precaución. Tampoco identifica perfectamente motocicletas ni peatones, por lo que conviene mantener la atención y no confiar en su actuación a ciegas. Si la frenada requerida es muy fuerte, el sistema avisa mediante una señal acústica, «recomendando» que sea el conductor el que se haga cargo de la maniobra.

La terminación Tekna, única disponible para la carrocerías Wagon y que tiene la motorización Diesel, no es tan completa, aunque tan sólo presenta la carencia del Control de Estabilidad y del ICC citado. El problema -y esto sí puede resultar reprochable- es que ninguno de los dos elementos puede instalarse, ni siquiera como opción, al menos en estos primeros momentos de vida del Primera y esto puede ser una limitación que reste interés para algunos usuarios.

Más grande, con una imagen ligeramente atrevida y una configuración distinta a la de su antecesor, el nuevo Nissan Primera muestra una serie de cualidades que superan en todos los apartados al modelo al que sustituye. Si hay una particularidad para el coche es la cantidad de elementos técnicos introducidos y su dotación de serie. En ella encontramos, sin necesidad de recurrir a la lista de opciones, todos los elementos que pueden considerarse necesarios y que cabe esperar de un automóvil de esta categoría. Esto resulta especialmente palpable en la motorización de gasolina, cuyo acabado Acenta incluye hasta el novedoso control de crucero inteligente (ICC). El sistema funciona como cualquier otro control de crucero, pero añade un sensor láser situado en la parte izquierda del paragolpes que es capaz de medir la distancia entre nuestro vehículo y el que nos precede. Si circulamos a mayor velocidad que la del otro vehículo, el sistema actúa sobre la gestión electrónica del motor reduciendo la aceleración y frenando cuando es necesario para mantener una distancia de seguridad adecuada a la velocidad. Esa distancia de seguridad se puede predeterminar a voluntad del conductor mediante un botón situado bajo los mandos del ICC y que permite programar tres grados de distancia. Una vez que el vehículo que rueda por delante acelera, o cambia de carril, el sistema se encarga de volver a recuperar la velocidad programada de manera completamente automática y sin intervención del conductor.El sistema de medición -láser- no es tan preciso como el radar empleado en otros controles de crucero. Así, bajo condiciones atmosféricas determinadas -niebla o lluvia- las mediciones pueden no ser exactas. Es por eso por lo que, al activar la velocidad constante del limpiaparabrisas, el control se desconecta como medida de precaución. Tampoco identifica perfectamente motocicletas ni peatones, por lo que conviene mantener la atención y no confiar en su actuación a ciegas. Si la frenada requerida es muy fuerte, el sistema avisa mediante una señal acústica, «recomendando» que sea el conductor el que se haga cargo de la maniobra.

La terminación Tekna, única disponible para la carrocerías Wagon y que tiene la motorización Diesel, no es tan completa, aunque tan sólo presenta la carencia del Control de Estabilidad y del ICC citado. El problema -y esto sí puede resultar reprochable- es que ninguno de los dos elementos puede instalarse, ni siquiera como opción, al menos en estos primeros momentos de vida del Primera y esto puede ser una limitación que reste interés para algunos usuarios.