Poco a poco la marca española va tomando el puesto que el jefe supremo del consorcio alemán le auguraba no hace mucho tiempo: situarse como la marca de carácter más deportivo dentro del Grupo Volkswagen. Y no hay nada más que echar un vistazo a los dos modelos que hoy comparamos para comprobar que Seat ya cuenta con suficientes argumentos para ostentar ese título. Tras los tímidos pasos del lanzamiento de versiones especiales en Ibiza y Córdoba, bajo la denominación de Cupra, ahora es el León el que recibe una variante con esta denominación, sólo que esta vez han echado "toda la leña en el asador", ya que el León Cupra 4 cuenta con una mecánica V6 de 2,8 litros, 204 CV de potencia y tracción total, una conjunción inédita hasta ahora en la oferta de la marca. Eso, en lo que se refiere a motores de gasolina, ya que, en cuanto a las mecánicas Diesel, en las mismas fechas estará disponible el otro protagonista de nuestra comparativa con el que parece inagotable motor 1.9 TDI que, para esta ocasión, anuncia nada más y nada menos que 150 CV de potencia. El planteamiento y filosofía de ambos modelos resultan bastante distantes, ya que, mientras que el Cupra debe hacerse un hueco entre los deportivos, el TDI tiene como misión el posicionarse como un modelo con un enfoque más bien familiar de altas prestaciones y moderado consumo. El Cupra tiene como principal aliado la suavidad y elasticidad que ofrece su motor V6 con 2,8 litros de cilindrada y 204 CV de potencia. Y es que resulta digno de mención el hecho de que tras girar la llave de contacto nos deleitemos con un sonido verdaderamente agradable procedente del vano motor. Sin llegar a resultar demasiado recargado estéticamente, la línea exterior del Cupra ya nos deja bien claro que no es una versión cualquiera del León, sino que está destinado a aquellos que busquen unas buenas prestaciones con un comportamiento de corte deportivo y, sobre todo, seguro y eficaz en todo tipo de carreteras. Y las expectativas que transmite su imagen se ven completamente satisfechas tras realizar un recorrido a sus mandos. El motor V6 permite sin ningún problema una conducción relajada, en marchas largas y a baja velocidad y en caso de necesitar mayor velocidad, sólo hay que pisar a fondo el acelerador para ver cómo la aguja del velocímetro sube de forma rápida. Pero donde mejor se comprueba el carácter de esta mecánica es cuando abandonamos el ambiente urbano y nos adentramos en las carreteras con curvas, lo mismo da cerradas o de amplio giro, ya que el León es, como su nombre indica, todo un felino y se adapta con total perfección a todo tipo de terrenos.La caja de cambios de seis relaciones permite un mejor escalonamiento de marchas, con lo que se minimizan los saltos entre ellas y se aprovecha mejor el poderío que otorgan sus 204 CV de potencia. El hecho de contar con la tracción total -Haldex- y el control de estabilidad como equipo de serie hace que -siempre que no superemos las leyes físicas- la conducción sea verdaderamente fácil y segura, ya que, independientemente del estado del firme o del tipo de carretera, el coche obedece con total fidelidad a los mandatos del conductor y cuenta con una precisión de trazado verdaderamente destacada. A ello también contribuyen la presencia de una dirección que informa perfectamente al conductor, y unos neumáticos de perfil 45, que consiguen una mejor pisada y agarre. En carreteras con firme perfecto y curvas de amplio radio, el León permite una velocidad de paso por curva muy alta, sin que en ningún momento se detecten movimientos extraños que hagan bajar la confianza del conductor, ya que incluso forzando el coche, la zaga se mantiene totalmente inalterable y sigue con fidelidad la trazada que marcan las ruedas delanteras. El TDI tampoco se queda atrás en prácticamente ningún apartado, ya que, si bien hay teóricamente 54 CV menos bajo su capó delantero, lo cierto es que esta diferencia sólo se aprecia en algunas ocasiones. Para empezar, las sensaciones al volante son totalmente diferentes. Mientras que el motor V6 ofrece una suavidad de entrega destacable, en el caso del motor TDI esta entrega de potencia se realiza de forma más brusca. La presencia del turbocompresor de geometría variable permite que apenas se deje notar que este elemento está integrado en el motor, ya que éste empuja con verdadera fuerza desde poco más de las 1.250 rpm y sube con una rapidez increíble hasta pasadas las 4.500 rpm sin desfallecer. Y es que lo verdaderamente importante de este motor no son los 167 CV de potencia que nos ha ofrecido en el Banco de Potencia, sino que a un régimen más bien tranquilo de 2.400 rpm contamos con 37,2 mkg de par, y esto se traduce en una disposición más que fulgurante para lanzar el coche a poco que pisemos el acelerador. Como su hermano, el León TDI viene equipado con una caja de cambios de 6 marchas, con una relación final más bien larga, lo que permite "juntar" más las cinco primeras marchas y aprovechar mejor todo el potencial del motor, que no es poco. Las prestaciones son un claro reflejo de lo bien que van ambos motores. En aceleración es el Cupra el que impone su mayor potencia a la hora de enfrentarse con el cronómetro, pero la mayor abundancia de par con que cuenta el TDI hace que prácticamente sea el vencedor absoluto a la hora de las recuperaciones. De hecho, excepto en la última marcha partiendo desde 50 km/h -donde se deja notar el peso de una sexta marcha de casi 53 km/h de desarrollo final- en el resto de las mediciones es el TDI el que se impone con total claridad. Además, los consumos son siempre más favorables al motor TDI que al V6, y más si hacemos uso de todo el poderío que ofrecen esta mecánicas, ya que en este caso el consumo del V6 sube de forma exponencial, mientras que el del TDI se mantiene más comedido. La mayor diferencia entre ambos modelos se encuentra en el precio, ya que hay más de un millón de pesetas a favor del TDI. Sin embargo, no hay que olvidar que el Cupra ofrece un equipamiento de serie más nutrido, tracción total y el plus de contar con una mecánica de seis cilindros, con lo que la diferencia, al final, es grande, pero no resulta tan abultada. Nacidos para ofrecer a su propietario grandes dosis de satisfacción, tanto el Cupra como el TDI deberán situarse en poco tiempo como una referencia clara dentro de su segmento, ya que motivos no les faltan a ninguno de los dos. Poco a poco la marca española va tomando el puesto que el jefe supremo del consorcio alemán le auguraba no hace mucho tiempo: situarse como la marca de carácter más deportivo dentro del Grupo Volkswagen. Y no hay nada más que echar un vistazo a los dos modelos que hoy comparamos para comprobar que Seat ya cuenta con suficientes argumentos para ostentar ese título. Tras los tímidos pasos del lanzamiento de versiones especiales en Ibiza y Córdoba, bajo la denominación de Cupra, ahora es el León el que recibe una variante con esta denominación, sólo que esta vez han echado "toda la leña en el asador", ya que el León Cupra 4 cuenta con una mecánica V6 de 2,8 litros, 204 CV de potencia y tracción total, una conjunción inédita hasta ahora en la oferta de la marca. Eso, en lo que se refiere a motores de gasolina, ya que, en cuanto a las mecánicas Diesel, en las mismas fechas estará disponible el otro protagonista de nuestra comparativa con el que parece inagotable motor 1.9 TDI que, para esta ocasión, anuncia nada más y nada menos que 150 CV de potencia. El planteamiento y filosofía de ambos modelos resultan bastante distantes, ya que, mientras que el Cupra debe hacerse un hueco entre los deportivos, el TDI tiene como misión el posicionarse como un modelo con un enfoque más bien familiar de altas prestaciones y moderado consumo. El Cupra tiene como principal aliado la suavidad y elasticidad que ofrece su motor V6 con 2,8 litros de cilindrada y 204 CV de potencia. Y es que resulta digno de mención el hecho de que tras girar la llave de contacto nos deleitemos con un sonido verdaderamente agradable procedente del vano motor. Sin llegar a resultar demasiado recargado estéticamente, la línea exterior del Cupra ya nos deja bien claro que no es una versión cualquiera del León, sino que está destinado a aquellos que busquen unas buenas prestaciones con un comportamiento de corte deportivo y, sobre todo, seguro y eficaz en todo tipo de carreteras. Y las expectativas que transmite su imagen se ven completamente satisfechas tras realizar un recorrido a sus mandos. El motor V6 permite sin ningún problema una conducción relajada, en marchas largas y a baja velocidad y en caso de necesitar mayor velocidad, sólo hay que pisar a fondo el acelerador para ver cómo la aguja del velocímetro sube de forma rápida. Pero donde mejor se comprueba el carácter de esta mecánica es cuando abandonamos el ambiente urbano y nos adentramos en las carreteras con curvas, lo mismo da cerradas o de amplio giro, ya que el León es, como su nombre indica, todo un felino y se adapta con total perfección a todo tipo de terrenos.La caja de cambios de seis relaciones permite un mejor escalonamiento de marchas, con lo que se minimizan los saltos entre ellas y se aprovecha mejor el poderío que otorgan sus 204 CV de potencia. El hecho de contar con la tracción total -Haldex- y el control de estabilidad como equipo de serie hace que -siempre que no superemos las leyes físicas- la conducción sea verdaderamente fácil y segura, ya que, independientemente del estado del firme o del tipo de carretera, el coche obedece con total fidelidad a los mandatos del conductor y cuenta con una precisión de trazado verdaderamente destacada. A ello también contribuyen la presencia de una dirección que informa perfectamente al conductor, y unos neumáticos de perfil 45, que consiguen una mejor pisada y agarre. En carreteras con firme perfecto y curvas de amplio radio, el León permite una velocidad de paso por curva muy alta, sin que en ningún momento se detecten movimientos extraños que hagan bajar la confianza del conductor, ya que incluso forzando el coche, la zaga se mantiene totalmente inalterable y sigue con fidelidad la trazada que marcan las ruedas delanteras. El TDI tampoco se queda atrás en prácticamente ningún apartado, ya que, si bien hay teóricamente 54 CV menos bajo su capó delantero, lo cierto es que esta diferencia sólo se aprecia en algunas ocasiones. Para empezar, las sensaciones al volante son totalmente diferentes. Mientras que el motor V6 ofrece una suavidad de entrega destacable, en el caso del motor TDI esta entrega de potencia se realiza de forma más brusca. La presencia del turbocompresor de geometría variable permite que apenas se deje notar que este elemento está integrado en el motor, ya que éste empuja con verdadera fuerza desde poco más de las 1.250 rpm y sube con una rapidez increíble hasta pasadas las 4.500 rpm sin desfallecer. Y es que lo verdaderamente importante de este motor no son los 167 CV de potencia que nos ha ofrecido en el Banco de Potencia, sino que a un régimen más bien tranquilo de 2.400 rpm contamos con 37,2 mkg de par, y esto se traduce en una disposición más que fulgurante para lanzar el coche a poco que pisemos el acelerador. Como su hermano, el León TDI viene equipado con una caja de cambios de 6 marchas, con una relación final más bien larga, lo que permite "juntar" más las cinco primeras marchas y aprovechar mejor todo el potencial del motor, que no es poco. Las prestaciones son un claro reflejo de lo bien que van ambos motores. En aceleración es el Cupra el que impone su mayor potencia a la hora de enfrentarse con el cronómetro, pero la mayor abundancia de par con que cuenta el TDI hace que prácticamente sea el vencedor absoluto a la hora de las recuperaciones. De hecho, excepto en la última marcha partiendo desde 50 km/h -donde se deja notar el peso de una sexta marcha de casi 53 km/h de desarrollo final- en el resto de las mediciones es el TDI el que se impone con total claridad. Además, los consumos son siempre más favorables al motor TDI que al V6, y más si hacemos uso de todo el poderío que ofrecen esta mecánicas, ya que en este caso el consumo del V6 sube de forma exponencial, mientras que el del TDI se mantiene más comedido. La mayor diferencia entre ambos modelos se encuentra en el precio, ya que hay más de un millón de pesetas a favor del TDI. Sin embargo, no hay que olvidar que el Cupra ofrece un equipamiento de serie más nutrido, tracción total y el plus de contar con una mecánica de seis cilindros, con lo que la diferencia, al final, es grande, pero no resulta tan abultada. Nacidos para ofrecer a su propietario grandes dosis de satisfacción, tanto el Cupra como el TDI deberán situarse en poco tiempo como una referencia clara dentro de su segmento, ya que motivos no les faltan a ninguno de los dos.
Comparativa: Seat León Cupra 4 / Seat León 1.9 TDI Sport
El eterno dilema de gasolina o Diesel se presenta con muchos más motivos a la hora de enfrentar a estas dos potentes versiones del Seat León, ya que ambos ofrecen unas prestaciones verdaderamente destacadas.
