El nuevo Córdoba incorpora el concepto de “Chasis Ágil" que ya han montado el Ibiza y el León Cupra R. Según la marca, en esta plataforma se combinan amortiguadores más duros, muelles de mayor flexibilidad, silent-blocks (acoplamientos elásticos) con un guiado más preciso, neumáticos con menor ángulo de deriva y un nuevo sistema de apoyo pendular del motor, que, con dos soportes superiores y un tirante de reacción inferior, permite independizar (afirma Seat) el conjunto propulsor-cambio del bastidor y, así, evitar la transmisión de la inercia de aceleración o retención a la estructura de la amortiguación.
Por si esto fuera poco, el Córdoba también ha sido dotado de un programa que modula la asistencia de la dirección teniendo en cuenta la velocidad a la que se circule y la rapidez de giro del volante, con el fin de obtener un tacto óptimo en cada situación. No hemos podido comprobar el buen funcionamiento de este mecanismo, ya que, en la unidad de pruebas, el eje delantero acusaba cierta flotabilidad, que restaba precisión y seguridad a la hora de afrontar las curvas y provocaba que –en ocasiones- hubiera que corregir la trazada inicial.
No termina aquí la tecnología aplicada al modelo de Seat, cuyo tablero de instrumentos ha sido realizado mediante una nueva técnica de doble inyección y modelado. Este sistema permite preformar la articulación de la tapa del airbag del acompañante hasta hacer invisible (gracias a un microperforado efectuado mediante láser) la línea de ruptura. De este modo, se simplifica la construcción y se favorece el reciclaje de la pieza. El láser también ha sido empleado para soldar los principales elementos de la carrocería, con lo que se obtiene –según afirma el fabricante- un acabado más limpio y un gran nivel de productividad. La planta de Martorell, que celebra en 2003 su décimo aniversario, cuenta con tres generadores de este tipo de rayo y 14 cabezales de soldadura. Dichos generadores proporcionan a los distintos robots la potencia láser adecuada en cada momento y, gracias a la optimización de recursos, pueden montarse 1.300 carrocerías diarias. En dos minutos y medio quedan aplicados los siete metros de junta que se encargan de ensamblar cada unidad.
Dado que las barras antivuelco de los vehículos de competición (la “jaula", en el argot) están prohibidas en los “de calle", Seat ha decidido trasladar, con otro tipo de soluciones, la seguridad que otorga esta estructura a los ocupantes. Así, el fabricante español ha empleado aceros de alta resistencia para incrementar la rigidez de la carrocería un 30 por ciento, lo que se traduce en un menor efecto de los impactos, una mayor facilidad de reparación y, consecuentemente, una reducción en los costes del seguro.
La marca ha utilizado programas informáticos que estudian el comportamiento de cada pieza en caso de accidente e, incluso, ha empleado un túnel de viento virtual para mejorar la aerodinámica del Córdoba: según afirma, el coeficiente de resistencia al avance se ha rebajado en un 6 por ciento.