Para las mecánicas de gasolina se ha trabajado en un nuevo motor de 2 litros de cilindrada que, dependiendo de la versión, ofrece tres distintas cifras de potencia: 150, 175 y 210 CV para el futuro en el Aero. La versión de 175 CV se sitúa como la más equilibrada del conjunto, con una potencia más que suficiente para desarrollar unas altas prestaciones. Para ello cuenta con la presencia de un turbocompresor Garrett GT20 con una presión máxima de soplado de 0,7 bares y del sistema de gestión Trionic, desarrollado por la marca específicamente para este motor, que controla tanto la inyección como el encendido, la presión del turbo o la medición del aire de admisión. Y ciertamente, este apartado es uno de los más destacados de esta versión y, todo ello, a pesar de que los desarrollos de las dos últimas velocidades son más algo largos y penalizan en algunas mediciones a la buena disposición del motor para incrementar la velocidad del vehículo. En aceleración el 9-3 se muestra ciertamente implacable con sus rivales de su misma potencia, mientras que en las recuperaciones y adelantamientos las cifras sólo se pueden clasificar como discretas, sobre todo en la última marcha. El bastidor y suspensiones del nuevo Saab 9-3 proceden de su primo de Opel, el Vectra, aunque han sido revisadas y modificadas para dotar al 9-3 de un comportamiento dinámico más acorde con las pretensiones de deportividad que la marca quiere implantar en todos sus modelos. Se mantienen los esquemas de las suspensiones pero se introducen unas nuevas especificaciones de muelle-amortiguador y se incluye un efecto direccional en el tren posterior -denominado Reaxs por la marca- con lo que se reduce el típico comportamiento subvirador de un tracción delantera. Ciertamente el nuevo 9-3 ofrece una buena estabilidad en carretera virada y mantiene un destacado aplomo cuando se rueda deprisa por autopista, ayudado por la presencia de una dirección que informa a la perfección al conductor de lo que sucede entre las ruedas y el suelo. Tampoco podemos olvidar que en este apartado también se cuenta con la inestimable ayuda de un incremento de 7 cm en ambas vías y en la distancia entre ejes. Esto se traduce en un comportamiento dinámico destacable, con una buena respuesta a los cambios rápidos de apoyo y con una alta velocidad de paso por curva. Éstas se encadenan con rapidez y el coche mantiene una actitud bastante neutra ayudado por la acción del tren posterior activo, que en ningún caso supone ninguna interferencia en la trayectoria ya que su actuación es muy suave y controlada en todo momento. El control de tracción y la gestión del Trionic hacen que ahora no haya que "sujetarse al volante" cuando se pisa a fondo el acelerador porque la potencia pasa de forma suave y fluida a las ruedas delanteras y no hay pérdidas de tracción apreciables.
Puestos a buscarle un "pero" a su comportamiento, este sería el de que las suspensiones mantienen un grado de dureza algo elevado -sobre todo en comprensión-, lo que se traduce en una cierta incomodidad a la hora de afrontar zonas donde el asfalto no está en perfectas condiciones, restando cierto confort a sus ocupantes si rodamos con rapidez. Para aquellos que quieran una suspensión todavía más firme -que es de serie en el futuro Aero- se ofrece un kit denominado "chasis deportivo" que consiste en incluir muelles 10 mm más cortos, estabilizadoras más gruesas y amortiguadores más firmes en extensión. Los frenos responden con eficacia a su misión aunque en algunas ocasiones a la hora de exigirles duro trabajo se llegan a resentir y bajan su efectividad alargando un poco las frenadas. En conjunto, el nuevo Saab 9-3 resulta una buena berlina de brillantes prestaciones, poco vista y que mantiene ese cierto toque de exclusividad propio de los modelos de la marca. El precio final recomendado de este modelo, con el acabado Vector, está a la altura de modelos de categoría como BMW y Mercedes, pero no así su equipamiento de serie, en el que no se incluyen, por ejemplo, elementos bastante habituales, incluso en modelos de menor categoría, como el ESP o el ordenador de viaje.