DS 4 Crossback: a prueba un crossover de diseño

Si el DS 4 ya es un coche diferente, la versión Crossback añade todavía más exclusividad y diseño a la fórmula. Y no sólo mejora a nivel estético.

Pablo Mallo. Twitter: @p__mallo Fotos: Alicia Ruiz

DS 4 Crossback: a prueba un crossover de diseño
DS 4 Crossback: a prueba un crossover de diseño

La marca DS está dando sus primeros pasos hacia un objetivo ambicioso y de largo recorrido: posicionarse como firma de lujo y acercar sus coches a la parte más aspiracional de la balanza. Dentro de su estrategia, uno de los factores prioritarios es ofrecer un diseño rompedor y diferente, pero al mismo tiempo elegante, con elementos distintivos que afectan también al interior. No es una tarea fácil y, al menos en esta primera etapa de su trayectoria como marca independiente (relativamente, pues continuará utilizando plataformas PSA), todavía mantiene muchas similitudes con el modelo del que deriva, el Citroën C4, sobre todo en el interior, ya que comparten la mayoría de mandos, cuadro de instrumentos, volante... Sin embargo, no podemos negar que el DS 4 Crossback cuenta con una singular personalidad, distinta al resto, y más ahora que ha visto actualizado su frontal, incorporando ya el logotipo DS en lugar de los dos "chevrones" de Citroën, nuevos grupos ópticos y parrilla.

A nivel de materiales y cuidado por los detalles, en el DS 4 Crossback se aprecia especial mimo en elementos como la tapicería de cuero, que es de serie, aunque también se ofrecen de manera opcional una de tipo bitono y otra con una terminación más elaborada, formada por rectángulos, que recuerda a la que empleaban algunos modelos de la década de los 80, entre ellos el Citroën GS en sus versiones más exclusivas. Pero, sin duda, lo que aporta un aire más especial al habitáculo es la posibilidad de revestir el salpicadero en piel, algo normalmente reservado a modelos de alta alcurnia. La calidad y precisión de realización se puede ver en los paneles y elementos interiores, que no dan signos de desajuste ni siquiera cuando circulamos por pistas sin asfaltar. No es que sea su terreno natural, debido al bajo perfil de los neumáticos, pero los 4 cm adicionales de altura respecto al DS 4 otorgan cierta tranquilidad y aumentan las capacidades para abandonar el asfalto. Sin embargo, sus mayores virtudes las encontramos en el uso cotidiano en carretera, ya que se ha incrementado el recorrido de la suspensión y, con ello, se ha podido optar por unos tarados más suaves. No sólo eso, también se nota un mayor juego de la suspensión que permite trabajar mejor a la geometría del tren trasero, haciendo que al inscribirse en las curvas brinde mayor confianza, sobre todo si lo comparamos con el Citroën DS 4 anterior a esta actualización, que no sólo era un coche mucho más incómodo, sino también menos grato de conducir y con peores maneras. 

DS 4 Crossback: más elaborado

El DS 4 Crossback, aunque no es de los más ágiles del segmento, sí que proporciona unas reacciones de lo más progresivas, con un gran nivel de aplomo, mucha estabilidad y una pisada de calidad, factores que acaban aportando una alta sensación de seguridad. A pesar de su altura sobreelevada, el comportamiento es mucho mejor de lo que cabría esperar, con una gran eficacia en la mayoría de las situaciones. Únicamente bajo aceleración y en fuertes apoyos el tren delantero acaba cediendo y dejando paso a las ayudas electrónicas (no desconectables por encima de 50 km/h), que recolocan el coche en la trazada con cierta brusquedad. Y en caso de adelantarnos al ESP levantando el acelerador en plena curva, el tren posterior apenas se rebela, saliendo a relucir unas reacciones muy neutras, poco o nada exigentes para el conductor. Esta nobleza de bastidor se combina con una capacidad de frenado brillante, aunque el tacto de pedal puede resultar algo blando. Al contrario ocurre con la dirección cuando maniobramos, ya que proporciona poca asistencia con el coche parado, aunque en marcha se "ablanda" hasta niveles normales. Aun siendo muy precisa, apenas informa de lo que ocurre bajo las ruedas, como la mayoría de los coches actuales. Eso sí, su tacto es consistente y refinado, fruto de su mecanismo electrohidráulico. 

DS 4 Crossback

Mención aparte merece el motor 1.6 THP del DS 4 Crossback, de enérgica respuesta y con un funcionamiento muy agradable, con un paso de 0 a 100 km/h en 8,25 segundos y un consumo medio real medido por nuestro Centro Técnico de 7,9 l/100 km. Es silencioso y muy suave, cualidad que se incrementa gracias al convertidor de par del cambio automático. Al mismo tiempo proporciona un notable nivel de prestaciones y una contundente capacidad para subir de vueltas, siempre con una curva de par muy llena y una entrega progresiva. Permite disfrutar de la conducción y resulta especialmente satisfactorio utilizándolo en combinación con el modo manual del cambio, cuyo funcionamiento es suave y muy rápido. En modo automático es más que correcto, sin ser una referencia, pero sin puntos flacos reseñables. La única pega es cuando la transmisión interactúa con el Stop/Start (desconectable), pues cada vez que soltamos el freno y el motor arranca, transmite un tirón al habitáculo. Es una pena porque el sistema en sí es muy bueno, pero no hace buenas migas con el cambio automático, quizá por una cuestión de programación de este último. Otro inconveniente que sale a relucir cuando circulamos en ciudad, únicamente en arrancadas, es que hay cierto retardo desde que aceleras al ralentí hasta que el motor responde y el coche empieza a moverse, algo a lo que igual te acostumbras con el tiempo. 

DS 4 Crossback: diseño de las puertas traseras

Hay otro inconveniente en el DS 4 Crossback que responde al sacrificio de funcionalidad por diseño, y depende del uso que se le quiera dar al coche. Se trata de las puertas traseras, que resultan excesivamente pequeñas y dificultan el acceso al habitáculo, y sobre todo la salida del mismo. Hay poco espacio para pasar el pie, poca altura en el marco de la puerta —no en el interior, contrariamente a lo que sugiere la línea exterior del modelo—, y los respaldos quedan muy retrasados respecto al hueco. Por otro lado, la silueta de la puerta forma un pico en su parte trasera que conviene no perder de vista, pues queda a la altura de la cabeza de los más pequeños de la casa. También por culpa del contorno de la puerta, las ventanillas traseras son fijas. 

En cuanto al precio del DS 4 Crossback, la estrategia de posicionamiento elegida por DS implica que su factura final sea más elevada que los automóviles de Peugeot y Citroën, pero, a cambio, en su equipamiento de serie encuentras prácticamente de todo. No falta pantalla táctil con sistema de navegación, climatizador bizona, sintonizador de radio digital (DAB), acceso y arranque sin llave, o unos interesantes faros compuestos por módulos led y Xenon direccionales. Por su parte, el sistema de información y entretenimiento se ha puesto al día y puede incluir protocolo Mirror Link con Apple CarPlay, útil para que los usuarios de iPhone 5 en adelante puedan acceder a las funciones de su teléfono, o "conversar" con el asistente vocal Siri. 

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